La evidencia del amor en acción

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Propósito:
Un elemento de la gran filosofía de vida es que todos tenemos ciertos derechos inalienables.
En ninguna generación anterior se ha hablado tanto de derechos como en esta generación del siglo XXI, derechos “INALIENABLES” como la vida, la libertad, y la búsqueda de felicidad y se han desarrollado movimientos por los derechos civiles.
Los derechos de la mujer. Sin embargo, en este siglo es donde mas se ha visto la violencia de género, feminicidios, violencia psicológica, emocional, física, caso sonado de la patinadora campeona mundial Luz Mery Tristán, el caso del presidente de la real federación española de futbol (RFEF), el señor Luis Rubieles que besó a la jugadora española Jenni Hermoso sin su consentimiento. Y que de la mujer común y corriente que cuenta su historia y nadie le cree o queda en los anaqueles de un juzgado.
Los derechos de los niños pelean por tantos derechos que grupos liberales, alienan sus mentes con la famosa ideología de genero.
Los derechos de los hombres, pobrecitos, tan tiernos, tan inocentes que no parten un huevo.
Los derechos de los trabajadores, miren pelean por tantos derechos que ya hoy en Colombia es pésima idea ser empresario o emprendedor. El gobierno solo por congraciarse con este sector oprime con cargas impositivas a las empresas que se vuelven insostenibles.
Los derechos de los prisioneros, hoy en Colombia, ser corrupto, asesino, ladrón, narcotraficante, “PAGA”; te condonan, te justifican como lo hace un candidato a la alcaldía de Bogotá, te pagan para no delinquir, te ponen a estudiar inglés, porque los que hablan inglés no roban, y hasta te dan estatus de gestor de paz; y ¿qué de los que se levanta cada mañana a sudar el pan, porque su sueldo ya no le alcanza ni para los huevos? Los derechos que le pelean como trabajadores, se los parrandean con las altas tasas de interés que encarecen los bienes y servicios, la inflación, que es la muestra más evidente de estancamiento económico o el alza de la gasolina “que solo afecta a los de la BMW”, etc, etc.
Se ha tergiversado tanto el concepto de Justicia que inclusive llegamos a idolatrar a ese héroe que defiende lo que le pertenece sin que importe quién pueda ofenderse. (vivir sabroso, por ejemplo), la preocupación excesiva por los propios derechos viene del egoísmo desmesurado y conduce hacia una anarquía desmesurada.
Todo el mundo exige derechos, pero no están comprometidos con sus deberes. Cuando se enfatiza los derechos en detrimento de los deberes, en realidad se promueve el egoísmo, la venganza y el odio.
Se dice, por ejemplo: “tengo derecho a estar indignado, tengo derecho a odiar y no perdonar, tengo derecho a que me pidan perdón, tengo derecho a que me paguen con intereses lo que me deben así se queden en la calle, o, tengo derecho a que el estado me mantenga y me de todo gratis”. “¿Y DE LOS DEBERES QUE?”
La ley fue dada para frenar el pecado y controlar la maldad, pero los falsos maestros torcían esta enseñanza, como muchos hoy en día también lo hacen.
Cuando alguien ataca nuestro derecho a la dignidad no debemos defender ese derecho por medio de las represalias. Debemos dejar en las manos de Dios la protección y la defensa de nuestra dignidad, sabiendo que algún día viviremos y reinaremos con él en su reino con gran gloria.
Mateo 5:38-42
El propósito de Dios al dar esta ley era ofrecer misericordia. Se dijo a los jueces “que el castigo sea acorde al delito”. No era una guía para la venganza personal, su propósito era limitar la venganza y ayudar al juez a aplicar castigos que no fuesen ni estrictos ni livianos. Algunas personas, sin embargo, estaban usando esta frase para justificar la venganza. La gente todavía trata de excusar sus actos de venganza diciendo: “estaba cobrándome lo que me hizo”, o “como me las dan me las tomo”.
Cuando somos agraviados, con frecuencia nuestra primera reacción es buscar desquite. Jesús nos dice que debiéramos hacer el bien a los que nos causan daño. No debemos guardar resentimientos, sino amar y perdonar. “ESTO NO ES ALGO NATURAL”; es mi lucha diaria y se que la suya también, pero lo que dice el Señor Jesús es sobrenatural, y solo Dios puede darnos la fuerza para amar como él lo hace, en lugar de buscar venganza ore por los que lo hieren.
La ley establecía este paralelo “ojo por ojo”, como principio para limitar el castigo a lo que se creía como justo. Su intención era asegurar que el castigo en los casos civiles fuera el adecuado según el crimen. Nunca se tuvo en mente justificar actos de venganza personal.
Bajo ninguna circunstancia podemos llegar a pensar que las enseñanzas del señor Jesús buscar alterar, abrogar, o reemplazar la moral contenida en la ley del Antiguo Testamento.
Jesús no estaba dando una nueva ley ni estaba tampoco modificando la antigua, él estaba explicando el verdadero significado de la moral contenida en la ley de Moisés y en el resto del Antiguo Testamento.
El Señor Jesucristo estaba enfatizando que él era el cumplimiento de la ley en todos sus aspectos. Él cumplió la ley moral al mantenerse perfecto. Él cumplió la ley ceremonial al ser la Encarnación de todo lo que los tipos y símbolos de la ley puntualizaron. Cumplió también la ley judicial personificando la justicia perfecta de Dios
CRISTO DEMANDA A LOS SUYOS MORIR AL YO
La biblia dice en la carta a los romanos cap.12:17-21. El desquite vengativo no tiene cabida en la sociedad en general, y mucho menos entre aquellos que pertenecen a Cristo.
El Señor Jesucristo escoge cuatro derechos humanos fundamentales que utiliza para ilustrar el principio de no tomar represalias: “la dignidad, la seguridad, la libertad, y la propiedad.
A- La dignidad. Ver.39B
Como seres humanos tenemos el derecho de ser tratados básicamente con dignidad, respeto y consideración.
Puesto que todos estamos creados a imagen de Dios, El exige que nos tratemos unos a otros de manera respetuosa. Pero sabemos que no siempre nos tratarán así.
A menudo, por la misma razón de que le pertenecemos a Dios y andamos por el nombre de su hijo, seremos maltratados, ridiculizados y menospreciados; y es precisamente de la manera en que reaccionamos al maltrato y el insulto de lo que el señor Jesús está hablando en esta porción del versículo 39.
Entre los judíos una bofetada u otro tipo de golpe en el rostro estaban entre los aspectos más humillantes y despectivos. Golpear a alguien en otra parte del cuerpo podría ocasionar más daño físico, pero una bofetada en el rostro era un ataque al honor de la persona y se consideraba una terrible indignidad; significaba ser tratado con desprecio, como menos que un ser humano. Sin embargo, Cuando nos insultan, nos calumnian y nos tratan con desprecio; de manera literal o figurada sería que alguien nos golpeara en la mejilla. Debemos volver también la otra.
El propósito del señor Jesús se refiere más a lo que no debemos hacer que a lo que debemos hacer, volver la otra mejilla simboliza el espíritu de no vengarnos, de no tomar represalias, un espíritu humilde y apacible que caracteriza a los ciudadanos del reino.
Cuando alguien ataca nuestro derecho a la dignidad no debemos defender ese derecho por medio de las represalias. Debemos dejar en las manos de Dios la protección y la defensa de nuestra dignidad, sabiendo que algún día viviremos y reinaremos con Él en su reino con gran gloria.
B- La seguridad – Ver. 40
La túnica mencionada aquí era un tipo de ropa usado como prenda interior, y la capa era una prenda exterior que también servía como cobija en la noche. La mayoría de las personas de esa época poseía solo una capa y probablemente una o dos túnicas.
Jesús no está hablando de un hurto, en que una persona trata de robarle a usted la ropa, sino del reclamo legítimo del que quiera ponerte a pleito. Cuando una persona no tenía dinero u otras posesiones, a menudo el tribunal exigía que la multa o el juicio se pagará con ropa.
Para las personas de la época del señor Jesús era más fácil soltar la túnica o esa prenda interior que la capa. A lo que el Señor Jesucristo se refiere es a que tú y yo como ciudadanos del reino estemos dispuestos a entregar un poco más en lugar de causar una afrenta o resentimiento a un adversario.
Si un juicio legal se hace con justicia contra nosotros por cierta cantidad debemos estar dispuestos a ofrecer incluso un poco más con el fin de evidenciar nuestro verdadero arrepentimiento con respecto al daño causado y con esto evidenciamos que ni hay amargura ni resentimiento contra el demandado. Al hacer esto estaremos mostrando el verdadero amor de Cristo y que somos hijos de nuestro padre que está en los cielos.
C- La libertad – Ver. 41
El tercer derecho que el señor indica que los ciudadanos del reino deben de estar dispuestos a sacrificar es el de la libertad.
La intención original de Dios fue que todo El Mundo hecho a su imagen viviera en libertad. La esclavitud y el vasallaje humano son consecuencias de la caída y de no participar en el plan original de Dios para su creación.
En este versículo el Señor Jesucristo se refería a la ley romana que daba el derecho a un soldado de obligar a un civil a llevarle la mochila por una milla romana esto causaba inconvenientes en la gran mayoría de los civiles y hacía que fueran más despreciable por el hecho de que los oprimidos se les obligaba a cargar el equipo y las armas de sus opresores esto hacía que los soldados romanos fueran más odiados que cuando tenían esa obligación.
Pero por despreciada que fuera una carga Jesús dice que debe llevarse de buena gana, no solo de manera voluntaria sino magnánima.
Cuando nos despojen de algo de nuestra preciada libertad, debemos rendir aún más de ella en lugar de tomar represalias. Al proceder así somos obedientes a nuestro señor y testigos de su justicia, sabiendo que en él tenemos libertad más preciada que El Mundo no puede quitarnos.
D- La propiedad – Ver. 42
El deseo de poseer es otra característica de la naturaleza humana caída. No nos gusta renunciar ni siquiera de modo temporal, a lo que nos pertenece. Incluso como cristianos a menudo olvidamos que nada nos pertenece realmente, y que somos solo mayordomos de lo que le pertenece a Dios.
Jesús no está hablando de responder de mala gana a una súplica por ayuda, sino el deseo deliberado, generoso y amoroso de ayudar a otros, está hablando de esa generosidad que satisface de verdad las necesidades de otra persona, no de gestos simbólicos de hacer una buena acción para calmar nuestra propia conciencia.
Jesús no está socavando la justicia civil, está debilitando el egoísmo personal, que no debe darse en ninguna parte y mucho menos en los corazones de los ciudadanos del reino.
La única persona que no está a la defensiva, que no es vengativa, que no guarda rencores, y que no tiene odio en su corazón, es el individuo que ha muerto al yo.
A través de estas breves ilustraciones el Señor está demandando a sus seguidores, a sus discípulos, a aquellos que son bienaventurados porque Dios les ha dado su gracia, que deben morir cada día al yo en cada situación de su cotidianidad, en sus relaciones personales y exigencias que recibe como ciudadano de un estado.
Por eso Cristo usa ejemplos de la cotidianidad de su auditorio en ese entonces. Y ese es el mismo principio para nosotros hoy.
Conclusión
Nuestra inclinación natural ante una ofensa es responder inmediatamente con la misma o una mayor ofensa, con la mirada, con las palabras, y hasta con golpes si es el caso, o con cualquier acción que produzca en nosotros la satisfacción de hacerle daño a quien nos ha ofendido.
Nuestro deseo natural ante alguien que nos quiere quitar algo (cualquier clase de posesión interna, o externa) es defendernos y responder con resentimiento y rencor ante tal intento.
Pero aquel que ha nacido de nuevo, que sabe que Dios ya no le juzga por su mal comportamiento, que no tomará venganza contra él por haberle ofendido con la multitud de sus pecados, tiene una actitud diferente ante las injusticias y ofensas que pueda recibir en sus relaciones personales.
¡¡¡AMÉN!!!