Nuestra jueventud es una etapa única y estimulante, que Jesús mismo vivió, santificándola, en su trabajo, en su familia y en la relación con Dios en la oración y en la sinagoga. ¡Porque la palabra nunca regresa vacía!
Jóvenes de 17 años en adelante que buscan permanentemente una relación fuerte con Cristo, en oración y ruego para sortear en victoria todo lo que no glorifique su nombre.
Hombres y mujeres que, con amor, responden al llamado de Dios para orientar, guiar y acompañar a cada joven cimentando sus conocimientos en la palabra de Dios.