Qué es más para el creyente

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Introducción
El Señor Jesús para hacerse entender, hablaba de una manera simple, utilizaba la cotidianidad para dar una enseñanza entendible y fácil de digerir, utilizaba el ambiente cotidiano y sobre todo las figuras literarias;
¿Qué son las figuras literarias?
Las figuras literarias, tropos o figuras retóricas, son una serie de giros del lenguaje que se emplean para potenciar su significado o embellecer el discurso, especialmente en el contexto de la oratoria y de la literatura, alterando significativamente el modo común y cotidiano de emplear el idioma.
Suelen usarse con fines estéticos o persuasivos, como parte de un discurso elaborado, y hacen énfasis en la función poética del lenguaje: la que se centra en el modo de transmitir el mensaje por encima de todo lo demás. También puede hallárselas en el lenguaje coloquial, a manera de giros creativos o lúdicos.
Tienen como finalidad destacar una idea, persuadir, embellecer un texto o despertar una emoción en el lector, y son muy utilizadas en el ámbito literario para la creación de escritos originales.
Algunas figuras literarias: la hipérbole – la metáfora y el símil- la metonimia- la sinécdoque- la ironía- la alegoría- la analogía- la anáfora- la hipérbaton, y muchas mas
El sermón del monte está lleno de esas figuras
Nuestros cuerpos en sí no son la fuente de nada. No nos dan vida, sino que quien les da vida es Dios, el origen de toda vida: espiritual, emocional, intelectual y física. Por tanto, sea que el Señor nos dé más o nos dé menos de alguna cosa, como propietario, controlador y proveedor todo le pertenece.
Mateo 6:25-34
Las necesidades que Jesús menciona aquí son las más básicas: comer, beber y vestir. Esas son cosas que toda persona en cualquier época ha necesitado;
pero debido a que la mayoría de los cristianos occidentales las tenemos y algunos en abundancia, a menudo no nos preocupamos por ellas.
Sin embargo, a lo largo de la Biblia la comida y el agua rara vez pudieron darse por sentado. Cuando había poca nieve en las montañas había poca agua en los ríos, y la carencia de lluvias era frecuente. La escasez de agua traía naturalmente escasez de alimentos, lo que afectaba de manera seria toda la economía y hacía más difícil comprar ropa. No obstante, Jesús declaró:
¡No os afanéis por nada de esto!
La última parte del versículo 25 es una pregunta retórica que el Señor Jesús le hace a sus oyentes y lectores: ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Todas esas tres necesidades pertenecen al cuerpo, y Jesús explica que la plenitud de vida es más que cuidar tan solo del cuerpo.
Cuidar el cuerpo siempre ha sido una obsesión común en los Seres humanos. Aunque no estemos muriéndonos de hambre o sed, ni estemos desnudos, damos una excesiva cantidad de atención a nuestros cuerpos.
Mimamos demasiado el cuerpo, lo decoramos, lo ejercitamos, lo protegemos de la enfermedad y el dolor, lo desarrollamos, lo adelgazamos, lo cubrimos con joyas, lo mantenemos caliente o frío, lo entrenamos para trabajar y jugar, lo ayudamos a que duerma, y cien cosas más con que servimos y satisfacemos nuestros cuerpos.
Incluso como cristianos a veces quedamos atrapados en la idea del mundo de que vivimos a causa de nuestros cuerpos. Y ya que creemos que vivimos a causa de nuestros cuerpos, vivimos para nuestros cuerpos.
Desde luego que tenemos mejor criterio, pero esa es la forma en que a menudo actuamos. Nuestros cuerpos en sí no son la fuente de nada. No nos dan vida, sino que quien les da vida es Dios, el origen de toda vida: espiritual, emocional, intelectual y física. Por tanto, sea que el Señor nos dé más o nos dé menos de alguna cosa, como propietario, controlador y proveedor todo le pertenece. Y es responsabilidad nuestra agradecerle por lo que nos da y usarlo de manera prudente y generosa por el tiempo que nos lo confía.
El sentido básico de estos versículos es que un creyente realmente convertido y que su vida esta de rodillas ante el dador de su vida, no tiene guna razón para preocuparse, porque Dios es su Padre celestial. La pregunta que debemos responder es: en los momentos de crisis “¿olvidas quién es tu Padre?”, no se responda alocadamente como el apóstol pedro en Mateo 26:34-35, 74-75
Para ilustrar su enseñanza Jesús muestra lo innecesario y ridículo que es preocuparse por la comida, por la longevidad, o por la ropa.
PREOCUPACIÓN POR LA COMIDA ver. 26
Hay muchas aves en el norte de Galilea, y es probable que Jesús se refiriera a algunas de las aves migratorias cuando dijo: Mirad las aves del cielo. Como una lección objetiva, llamó la atención hacia el hecho de que esas aves no tienen procesos intrincados y participativos para adquirir alimentos: No siembran, ni siegan, ni recogen en graneros.
No viven con ansiedad, no intentan amontonar recursos para un futuro invisible e imprevisible; y sin embargo se mantienen vivos
Al igual que todas las criaturas, las aves obtienen su vida de Dios. Pero El en realidad no les dice: “Yo he hecho mi parte; de ahora en adelante ustedes debe arreglárselas por su cuenta”. El Señor les ha provisto una abundancia de recursos alimentarios y el instinto para encontrar esos recursos tanto para ellas como sus crías. Como dice el salmista en 147:9-11
Si Dios cuida con tanto esmero de criaturas relativamente tan poco significativas como las aves, ¿cuánto más cuidará de aquellos a quienes creó a su propia imagen, y que se han convertido en sus hijos por medio de la fe? ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
El señor Jesús ¡NO! sugiere que las aves no hacen nada para alimentarse. Cualquiera que las ha observado incluso por poco tiempo queda impresionada con la diligencia y la persistencia de las aves para buscar alimento. Muchas de ellas pasan la mayor parte de su tiempo y energía buscando comida para sí, para sus compañeros, y para sus crías. Pero no les preocupa de dónde vendrá su próxima comida. Recogen alimentos hasta que tienen suficiente, y luego se ocupan de lo que tienen que hacer hasta el momento de la próxima comida. Las aves solo comen en exceso cuando los humanos las ponen en jaulas.
Nunca se preocupan por acumular sus alimentos. Ciertas especies almacenan semillas o nueces para el invierno, pero lo hacen por sentido instintivo, no por temor o preocupación. Mucho menos acumulan simplemente por el hecho de regodearse con su tesoro. En su propia manera limitada ilustran lo que nosotros deberíamos saber: que el Padre celestial las alimenta.
“Pero ningún ave creada por Dios Jehová de los ejércitos, fue creada a la imagen de Dios ni ha vuelto a nacer a imagen de Cristo. A ningún pájaro se le prometió jamás ser coheredero con Jesucristo por toda la eternidad. Ningún ave tiene un lugar preparado para ella en el cielo. Y si Dios da vida a las aves y la sustenta, ¿no cuidará de nosotros que somos sus hijos y que se nos han dado todas esas gloriosas promesas?”
PREOCUPACIÓN POR LA LONGEVIDAD ver.27
La segunda ilustración tiene que ver con la esperanza de vida. Nuestra sociedad hoy está obsesionada con tratar de prolongar la vida. Hacemos ejercicio, comemos cuidadosamente, complementamos nuestras dietas con vitaminas y minerales, nos sometemos a revisiones médicas regulares, y hacemos muchísimas cosas más con la esperanza de agregar algunos años a nuestra vida. Sin embargo, Dios ha limitado la vida de toda persona. El ejercicio, la buena alimentación, otras prácticas de sentido común son beneficiosas cuando se hacen de manera razonable y se miran con la perspectiva correcta. Sin duda pueden mejorar la calidad y la productividad de nuestras vidas, pero no obligan a Dios a extender nuestra estatura un codo, “una sola hora al curso de su vida”. algunos han visto el creador de contenido para redes llamado Jefferson Cossío que se hizo implantes en los pies para crecer no se cuantos centímetros, ¿Cómo esta hoy?, caminando con muletas, dependiendo de otros etc.
Recuerdan los atletas de alto rendimiento que han quedado en los escenarios deportivos, futbolistas etc. que uno se pregunta ¿peero que paso ahí?
Podemos preocuparnos hasta morir, pero no vivir. El doctor Charles Mayo de la famosa Clínica Mayo escribió: “La preocupación afecta la circulación, el corazón, las glándulas y todo el sistema nervioso. Nunca he conocido a un individuo que haya muerto por exceso de trabajo, pero sí he conocido muchos que han muerto por preocupación”.
El don de la vida es un regalo de Dios con el fin de ser usado para sus propósitos, por razones espirituales y celestiales, no para cumplir razones egoístas terrenales. Nuestra preocupación debería estar en obedecer, honrar, agradar y glorificar al Señor, dejando todo lo demás a su sabiduría y cuidado.
PREOCUPACIÓN POR LA ROPA (ver. 28-30
La tercera ilustración tiene que ver con el vestido, usando las flores como un modelo. Algunas de las personas a las que Jesús hablaba tal vez tenían poca ropa, no más que un par de prendas para sus cuerpos. Por eso volvió a señalar hacia los alrededores, esta vez hacia las flores, con el fin de asegurarles la preocupación y la provisión que Dios tiene por los suyos.
Los lirios del campo pudo haber sido un término general usado para las flores silvestres que en gran variedad y belleza agraciaban los campos y las colinas de Galilea.
Tan hermosas decoraciones de la naturaleza no hacen ningún esfuerzo por crecer y no tienen parte en diseñarse o colorearse así mismas. No trabajan ni hilan, explicó Jesús, afirmando lo obvio; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.
Es una crítica para nuestros días que gastamos demasiado tiempo, esfuerzo en vestirnos. Codiciar ropas costosas y elegantes es pecado, porque su único propósito es alimentar el orgullo. Es asombrosa la cantidad de tiendas de ropa que tenemos hoy día, y la cantidad de ropa que encontramos en ellas. Muchas personas han hecho un dios de la moda, y descaradamente gastan dinero en ropas costosas que usarán solo unas pocas veces.
Nuestra preocupación hoy día casi nunca es por la ropa necesaria. Si Jesús les dijo a quienes tenían una sola prenda que no se preocuparan por la ropa, ¿qué nos diría nosotros?
No obstante, a pesar de su belleza las flores no duran mucho tiempo. Les ocurre lo mismo que a la hierba del campo que hoy está viva y mañana se echa en el horno.
Pero si Dios se molesta en adornar la hierba del campo con hermosas flores aunque de corta duración, ¿no se preocupará mucho más por vestir y cuidar de sus propios hijos que están destinados a la vida eterna?
Jesús declara que estar ansiosos incluso por lo que necesitamos para sobrevivir es pecado y demuestra poca fe. Un individuo que se preocupa por esas cosas podría tener fe que salva, pero no tiene la fe que confía en que Dios termina lo que comienza.
Es significativo que cada una de las otras cuatro veces que Jesús usa la frase “hombres [o ‘ustedes’] de poca fe”, también fue con relación a la preocupación por comida, ropa o longevidad. El Señor está diciendo: “Ustedes creen que Dios puede redimirlos, salvarlos del pecado, romper las cadenas de Satanás, llevarlos al cielo donde les ha preparado lugar y mantenerlos por toda la eternidad, y sin embargo no confían en que Él supla para las necesidades diarias que tienen”.
Libremente ponemos nuestro destino eterno en sus manos, pero en ocasiones no queremos creer que proveerá lo que necesitamos para comer, beber y vestir.
La ansiedad no es un pecado trivial, porque es un golpe tanto al amor de Dios como a su integridad. La preocupación declara que nuestro Padre celestial es poco confiable en su Palabra y sus promesas. Confesar que creemos en la infalibilidad de las Escrituras y al momento siguiente expresar preocupación es hablar por ambos lados de la boca. La ansiedad muestra que estamos dominados por nuestras circunstancias y por nuestras perspectivas y nuestro entendimiento finito, en lugar de la Palabra de Dios. Por tanto, la preocupación no solo es debilitante y destructiva, sino que difama y afrenta a Dios.
Conclusión
Cuando un creyente no se renueva todos los días en la Palabra, de modo que tenga a Dios en su mente y corazón, entonces Satanás se muda a ese vacío y planta preocupación. La ansiedad aleja aún más al Señor de nuestra mente.
Como escribió el apóstol Pablo a los efesios en 1:17-19