Esmirna era una ciudad pequeña a unos 50 km de la ciudad de Éfeso, fundada en el año 1.000 A.C. como una colonia griega, establecida en la cima de una colina de nombre “Colina de Pagos”. Fuerzas externas la tomaron y la destruyeron en el año 600 A.C. El general Lisímaco, uno de los comandantes de Alejandro Magno la reconstruyó entre el año 300 y 281 A.C. Era un orgullo para sus habitantes, recordar cómo su ciudad “renació de las cenizas”. “Había muerto, pero estaba de nuevo viva”.

Era una de las ciudades más hermosas de la época, algunos hasta la consideraban la más hermosa de todas las ciudades construidas por los griegos.

La ciudad tenía como fondo un espléndido mar y se levantaba desde la falda de la colina, con sus hermosos edificios en la cima de la colina de pagos y allá, en esa punta, sus habitantes la conocían como “la corona de Esmirna”.

Dentro de sus grandiosas construcciones tenían un anfiteatro con capacidad aproximada para 20.000 personas.

Sus habitantes eran tan orgullosos de su ciudad que en sus monedas se acuñaba la frase: “La mejor ciudad de Asia”.

La ciudad recibió su nombre, por su producto principal: Una resina aromática, una especie que los antiguos utilizaban para embalsamar a los muertos y que se conocía como mirra. En varias partes de los evangelios se menciona el uso de la mirra. 

Como ven, ese producto principal de esa ciudad servía para todo. Y como tenía diferentes usos, su comercialización traía mucha prosperidad a la ciudad, así que era un buen lugar para hacer muchos negocios.

Con esa ciudad tan hermosa a la vista del mundo, debía tener un espacio físico para la adoración a los dioses del sistema por el que se regía. Esta ciudad tenía una calle que iba de extremo a extremo, desde la falda de la colina, hasta la cima de la colina y era la calle de los dioses, que terminaba en la cumbre con un templo al dios júpiter.

Era la calle donde se profesaban todos los credos que había en Esmirna. Todos menos el cristianismo.

Los cristianos no tenían templo en esa calle, sino que se ubicaban en casas humildes y allí adoraban a su Señor. Eran despreciados por muchos judíos que había en la ciudad y por los demás habitantes del territorio.

¿Por qué estaban así? Porque en Esmirna había empezado la adoración al emperador, para la parte oriental del imperio. En Esmirna estaban muy agradecidos con el imperio Romano, porque entre otras cosas, había traído paz a la zona “La pax romana”. Este concepto es todo lo contrario de la “paz total” que se practica en nuestro País.

Los Romanos entendieron que para que existiera paz, debía haber temor a la guerra y encontraron en el fortalecimiento de su poderío militar la solución, para que nadie se atreviera a meterse con ellos.

¿A quién no le gustaría vivir en un territorio en paz? ¿En un territorio que garantice la seguridad de sus ciudadanos?

Hoy en día, la calidad de vida de una ciudad se determina en un importante porcentaje por la seguridad de su ciudad.

Y cuando usted tiene garantizada la seguridad, ¿Qué queda? Prosperar, hacer. ¿Qué?: Carreteras, infraestructura, negocios, aumento del comercio. El imperio Romano estaba dando “bienestar” a sus ciudadanos.

Así que los ciudadanos estaban tan agradecidos, que vieron con buenos ojos adorar el espíritu de Roma. Pero adorar un espíritu para una sociedad tan materialista no es muy fácil, necesitaban adorar algo palpable; así que empezaron a adorar a los emperadores. 

Al principio esto les chocaba a ellos, pero después no solo les encantaba, sino que empezaron a abrogarse cualidades de divinidad y a exigir adoración. No era un tema religioso, era una cuestión política. Así que cualquiera que rehusara adorar al césar, era considerado como un traidor al imperio.

Y allí estaba la iglesia de Esmirna. Una iglesia fiel al Señor, que no se doblegaba ante ningún otro dios, que no negociaba sus principios y por eso, la carta que Jesús le envía a esta iglesia no trae ningún reproche.

Les escribe: “Yo conozco tu tribulación y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que son sinagoga de Satanás.” Apocalipsis 2:9.

El Señor lo primero que les informa es que Él no es ajeno a la situación que están padeciendo.

Sabía que estaban en extrema persecución y que además los tenían obligados a vivir en extrema pobreza (La palabra que utiliza el texto en griego es πτωχείαν (togían)).

Hombres y mujeres cabezas de familia, que tienen personas a cargo, imagínese que a causa de su fe, usted no tenga como poner un plato de comida en la mesa de sus hijos. No es por pereza, no es por incapacidad. Usted puede trabajar y lo hace con diligencia, honestidad y excelencia; pero el sistema lo explota, lo tima. La paga de su esfuerzo es nada.

Que difícil esa situación de los cristianos en Esmirna, ¿verdad? Que presión. 

Pero ahí no termina, aparte de todo había unos miserables que los calumniaban (así traduce blasfemia la NVI).

Perseguidos, pobres y calumniados. ¿Te identificas en algo o en todo con nuestros hermanos de Esmirna?

Te tengo buenas noticias, Jesús te manda una razón:

• Que tú eres la niña de sus ojos. NO.
• Que tú eres hijo del Rey y debes decretar que tus dolores y angustias se van. NO
• Que ha llegado el año de la victoria. ¡Aleluya! NO.

Verso 10: NO TENGAS MIEDO de lo que estás por sufrir. Te advierto que el diablo meterá a algunos de ustedes en la cárcel para ponerlos a prueba y sufrirán aflicciones durante diez días. SÉ FIEL hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida. Apocalipsis 2:10

Se imaginan al Pastor de la iglesia en Esmirna, reunida la congregación les dice: “Por favor silencio, el Señor Jesús a través del Apóstol Juan nos trae un mensaje: Yo conozco tu difícil situación, te advierto, se pondrá peor. NO TENGAS MIEDO, SÉ FIEL HASTA LA MUERTE.

A nuestro Dios le encanta los valientes, recordemos cuando el Señor le repetía una y otra vez a Josué: “sé fuerte y valiente” (Jos. 1:6). “Solamente sé fuerte y muy valiente (Jos. 1:7). ‘¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas. (Jos. 1:9).

Nuestro Dios, no es un padre sobreprotector, es un Padre diligente que nos prepara y nos provee herramientas para enfrentar las tribulaciones, como cuando le advierte al Apóstol Pedro: “Satanás los ha reclamado para sacudirlos como a trigo, pero yo he rogado por ti, para que tu fe no falle; y tú, una vez hayas regresado, fortalece a tus hermanos “(Lc. 22:31-32).

 El Apóstol Santiago nos dice: “Si un hermano o una hermana no tienen ropa y carecen de sustento diario, y uno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais lo necesario para su cuerpo, ¿de qué sirve? Santiago 2:15-16

Entonces el Señor Jesús, hoy nos da 2 mandatos para cuando estemos en pruebas, aflicciones y tribulaciones: NO TEMAS y SE FIEL.

Ahora bien, ¿cómo logramos esto?:

Volvamos a ver como inicia la carta el Señor Jesús: “Yo conozco”. Nos descargamos cuando estamos bajo mucha presión y otra persona simplemente nos abraza y con sinceridad de corazón nos dice: “te entiendo, sé por lo que estás pasando”.

Imaginemos la tranquilidad que nos debe dar si conocemos quien nos dice: “Yo conozco tu tribulación”. ¿Quién conoce lo que estoy pasando? El primero y el último, el que estuvo muerto y vivió, el Señor Todopoderoso, omnisciente, omnipresente, el que ya venció.

En unos de sus sermones Spurgeon dirigiéndose a los que somos calumniados dice: “Hay un consuelo. TÚ DIOS, ME VES”. No necesitas defender hasta rabiar tu reputación. Dice Spurgeon: “Levanta el dedo índice señalando al cielo y dí: Allí hay un testigo que me reivindicará al final, hay un juez de toda la tierra cuya decisión estoy dispuesto a esperar. Su respuesta será una completa exoneración de mi y saldré como oro purificado 7 veces”

En medio de la presión que la sociedad de Esmirna ejercía contra los creyentes de esa ciudad, para que renegaran de su fe, el Señor lo estaba viendo todo. “TÚ DIOS, ME VÉS”. (La historia de la vecina de la oficina). Ella no es todopoderosa, pero nuestro Dios sí; así como el Señor no nos permite ser tentados más allá de lo que podemos soportar y es fiel para proveer la vía de escape. Así también Él no nos permitirá atravesar por pruebas más allá de las fuerzas con que nos ha equipado. 

MI DIOS NO ES CRUEL, ES JUSTO.

Miremos esta otra frase: “YO conozco tu pobreza (pero tú eres rico)”. Que ironía, es como la frase: “hay gente tan pobre y miserable, que lo único que tienen es dinero”.

Esa frase que el Señor le envía a la iglesia en Esmirna es totalmente opuesta a la que le escribe a la iglesia en Laodicea (Porque dices: ‘Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad’; y no sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudo,) Apocalipsis 3:17.

Es posible que hoy te hayas levantado sin saber con que dinero vas a comprar para hacer algo de almuerzo, o que tengas deudas que veas impagables con los recursos que tienes, o que no tengas como pagar la pensión y manutención de tus hijos; si has hecho tesoros en el cielo. El Señor te dice: “Tú eres rico”. Eres rico en Cristo.

¿Cómo hago tesoros en el cielo? ¿Sembrando mil dólares para el Pastor? NO. Es buscando primeramente el reino de Dios y su justicia, que haces tesoros en el cielo.

Hace 15 días nos hablaban sobre las coronas. Aquí el señor les promete a los creyentes de la iglesia de Esmirna, que si lograran mantenerse firmes en la fe en medio de las pruebas; como dice el Apóstol Santiago “recibirán la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que le aman.” Santiago 1:12. Ahora esas coronas no son para lucirlas en el cielo y “chicanear” con ella(s). Es para ponerlas a los pies de nuestro Cristo coronado en gloria, demostrando que fue gracias a Él que logramos obtenerla(s).

Podríamos decir que esta corona se la ganan a cambio de estar dispuestos hasta de ofrendar sus vidas, pues el verso 10 dice: “que echaran algunos a la cárcel, que sean fieles hasta la muerte”. 

Si el señor lo hubiese dejado ahí, posiblemente a los que estaban oyendo esta carta de ánimo que el Señor Jesús les estaba remitiendo, hubiesen pasado saliva con dificultad. Pero el Señor cierra con una declaración triunfal: “El vencedor, no sufrirá daño de la muerte segunda”. 

Es decir, los podrán matar, pero no podrán quitarlos de la vida eterna (Lucas 12:4-5).

El Apóstol Pablo en la carta a los Romanos en el capítulo 8, a partir del verso 31 nos dice:

1. Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? (Rom. 8:31)
2. El que no nos negó ni a su hijo, no nos dará juntamente con Él todas las cosas (Rom. 8:32).
3. ¿Quién nos condenará si Cristo está intercediendo por nosotros ante Dios? (Rom. 8:34)
4. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? Tribulación o angustia o peligro o hambre (Rom. 8:35) 
5. Sentencia el Apóstol: “’Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8:38-39.

Los creyentes no debemos temer a la primera muerte. Pero mi amigo si no has venido en arrepentimiento a Cristo Jesús, teme a morir antes de ser hallado por el Señor (Contar la anécdota de Rosita).

La biblia no nos relata que pasó con esa iglesia después de esta carta, pero la historia si nos habla del pastor de esa iglesia y su testimonio de vida.

De las demás iglesias a las que Jesús le escribió carta, no sabemos quién fue el pastor, pero de Esmirna sí. Policarpo nace sobre el año 69 D.C. y muere en el 155 D.C., fue discípulo del Apóstol Juan. Perseguido al igual que el resto de los creyentes de esa ciudad, fueron tras él y decidió huir, saliendo de la ciudad y refugiándose en un granero a las afueras, a donde después de tanto buscar y él cansado de esconderse; es hallado por los soldados romanos. Policarpo pide que le permitan tomar un tiempo para orar y mientras lo hace, manda que le den comida y bebida a los soldados que estaban exhaustos de perseguirlo.

Cuando es llevado ante el Procónsul este lo insta a negar su fe y adorar al césar, a lo que Policarpo respondió: “86 años le he servido y jamás me hizo daño alguno, ¿Cómo podría blasfemar de mi Rey y mi Salvador? Pero el Procónsul lo seguía hostigando y amenazando con mandarlo a la hoguera. Así que Policarpo le responde: “Tú me amenazas con fuego que arde por un tiempo y luego se extingue, pero ignoras del fuego del juicio que viene y del castigo eterno reservado para los malos”.

Y cuando es prendido el palo en el que se encontraba amarrado, Policarpo en voz alta pronuncia esta oración: “Señor Dios soberano, te doy gracias, porque me has tenido digno de este momento, para que junto a tus mártires yo pueda tener parte en la copa de Cristo, por ello te bendigo y te glorifico, Amén”.

Qué valentía, qué convicción de su fe. Y a nosotros nos preguntan: ¿Eres cristiano? Y respondemos: “Bueno, a veces voy a la iglesia” o “si, pero no soy fanático”. 

Hoy iglesia IFRAN: 

• El que fue traicionado te dice, yo conozco tu dolor por esa traición. NO TEMAS, SÉ FIEL.

• El que fue menospreciado por muchos te dice, yo conozco como sufres a causa del rechazo de los demás. NO TEMAS, SÉ FIEL. 

• El que fue calumniado y cayó por amor de ti, dice. Yo conozco la frustración que te genera que declaren juicios injustos contra ti. NO TEMAS, SÉ FIEL.

• El que recibió toda la injusticia de los hombres te dice, yo conozco tu desilusión al ver que tu reclamo justo no es atendido. NO TEMAS, SÉ FIEL.

IFRAN, nosotros somos privilegiados. Vivimos en una burbuja llamada Bogotá, ciudad capital; pero en los territorios más apartados, en las zonas limítrofes del país, hay unos hermanos en Cristo, que en este momento sufren persecución a causa de su fe en Jesucristo. Todos los días viven en angustia y zozobra pensando en qué momento llegan a quitarles lo poquito que tienen y que han trabajado con honestidad o peor aún, en qué momento llegan a violarles sus mujeres e hijos y a llevarlos cautivos para ponerlos de carne de cañón, ante la ineptitud histórica de gobiernos permisivos y de un gobierno actual impunemente cómplice de estos grupos ilegales, que permite que se apropien de territorios y territorios de nuestro país, para subyugar a la población que allí reside y continuar aumentando sus riquezas productos de sus actividades ilegales.

Intercedamos ante nuestro Señor, que todo lo ve y que no es ajeno a lo que está pasando en nuestro País; para que guarde a nuestros hermanos y su fe no falte. 

Este documento ha sido preparado por Maicol Andrés Pérez. Un pecador, redimido por la gracia de Dios, que solo puede hablar de las maravillas que Dios ha hecho y que él ha visto.

Bogotá al 1 día del mes de Octubre de 2024