El sermón del monte la realidad de lo falso; ¡cuidaos! solo ¡cuidaos!

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Introducción
A lo largo de la vida nos vamos encontrando con multitud de personas que nos ofrecen de todo: placeres, amistad, facilidades, riquezas, sentimientos, diversión, amor, conocimientos… Muchos de ellos sinceros, pero otros… ummm, ¡déjame decirte!, en mi trayectoria pastoral me he encontrado con muchos lobos, pero sobre todo con muchos lobos vestidos de ovejas.
Desde muy joven he tenido una fijación y tiene que ver con mi espalda, “esos abrazos con palmaditas lisonjeras son mas peligrosas que una daga que tiene una línea en su hoja”.
Debemos aprender a discernir entre lo falso y lo verdadero: falsos amigos, falsos profetas, entre esos lobos con pieles de cordero y los que verdaderamente nos acercan a Dios.
La Historia está llena de ejemplos. Cuántas veces hemos creído en la bondad de unas palabras, de un pensamiento, y al final nos hemos dado cuenta de que detrás de una hermosa apariencia lo que había eran oscuros intereses. Movimientos políticos, corrientes filosóficas, sectas de todo tipo que, al final, nos han mostrado su verdadera cara, sus frutos.
No es fácil hacer esa distinción, de verdad que se torna muy complicado en nuestras propias fuerzas descubrirlos se saben mimetizar muy bien, son camaleónicos y lisonjeros.
La Biblia dice en la carta a los efesios un texto que todos deberíamos aprender de memoria y poner en práctica cada momento de nuestra existencia, el texto dice: “para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría, y de revelación en el conocimiento de él”.
Si ese texto fuera una realidad en nuestra vida, puedo asegurarles que podríamos diferenciar claramente lo bueno y lo malo, pero a veces “el corazón nos juega una mala pasada” y pasamos por encima de lo que la palabra de Dios nos previene.
Estamos a puertas determinar este precioso discurso que el Señor Jesucristo predicó y que llamaron el sermón del monte, y que John stott le denominó contracultura cristiana. Y en esta última parte el señor Jesús nos invita hacer mansos como ovejas y astutos como serpientes para descubrir los falsos profetas, los falsos amigos, Esos lobos vestidos de oveja.
Nuestras actitudes, acciones, palabras y perspectivas cambian a medida que caminamos en comunión con el Espíritu Santo. Cuando nuestros corazones cambian, nuestro fruto cambia.
MATEO 7:15-20
Después de invitar a entrar por la puerta estrecha para llegar a Dios por el único camino que él ha proporcionado, el señor Jesús advierte que no todos los que afirman pertenecer a Dios y hablar por él en realidad dicen la verdad. Cuando nos encontramos en la encrucijada de la decisión debemos recordar que el camino verdadero que lleva a Dios es estrecho y que el camino falso es espacioso; el camino verdadero es difícil y exigente, y el camino falso es fácil y permisivo; el el camino verdadero tiene relativamente pocos seguidores, el camino falso tiene muchos, muchos, muchos.
Ahora el señor Jesús nos está advirtiendo: “A medida que se esfuercen por atravesar esa puerta estrecha y recorrer ese camino angosto que lleva a la vida, cuídense de quienes pueden engañarlos. Así como hay una puerta engañosa y un camino engañoso, también hay predicadores y maestros engañosos Que señalan hacia esa puerta y promueven ese camino”.
Al igual que sucede con la puerta y el camino falsos, tales individuos afirman estar mostrando el camino que lleva al cielo y a la vida, pero en realidad indican el camino al infierno y a la destrucción. La puerta falsa tiene falsos profetas parados delante de ella, tratando de hacer entrar a la gente por el camino falso e impidiéndoles ingresar por el verdadero.
Los falsos profetas no eran algo nuevo para el pueblo de Israel. Mientras que Dios Jehová de los ejércitos ha tenido verdaderos profetas, Satanás ha tenido falsos. Y estos se han visto desde la historia redentora. Los falsos profetas siempre encuentran oyentes y a menudo son animados por aquellos a quienes les disgustan los caminos de Dios.
Cuando el señor Jesús se sentó en el monte de los olivos poco antes de la última cena de Pascua, sus discípulos le preguntaron: “¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?, Mateo 24:4-5, 24.
En otras partes del Nuevo Testamento se habla de falsos profetas como de “espíritus engañadores” que apoyan doctrinas de demonios y como los que “introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aún negarán al señor que los rescató”.
A estos individuos se les llama falsos hermanos, falsos apóstoles, falsos maestros, espíritus engañadores, es decir, mentirosos, testigos falsos, y falsos cristos. Por eso el apóstol Juan nos advierte en 1ª juan 4:1
siempre ha existido un gran mercado para falsos profetas, por qué la mayoría de personas no quieren oír la verdad. Prefieren escuchar lo que les es agradable y adulador, aunque sea falso y peligroso, por sobre lo que es desagradable y poco lisonjero, aunque sea cierto y útil.
Mis amados la característica más peligrosa de los falsos profetas es que también afirman ser de Dios y hablar en su nombre jeremías 14:14.
Cuando en la Biblia se menciona la palabra guardaos siempre es una advertencia de peligro. No se trata de un simple llamado a observar o sentir algo, sino a estar vigilantes contra ese algo porque es muy perjudicial. Los falsos profetas están más equivocados, son peligrosos y no deberíamos exponer nuestras mentes a ellos. Pervierten el pensamiento y envenenan el alma. Los falsos profetas son bestias espirituales y muchísimo más letales que las físicas.
Los lobos eran los enemigos más comunes de las ovejas. Vagaban por colinas y valles en busca de una presa que se hubiera descarriado o alejado del rebaño.
Lobos era el nombre que se les daba a los malos gobernantes y a los falsos profetas, son inteligentes y astutos, y siempre están al acecho de nuevas víctimas
El profeta Ezequiel lo dijo muy claro en 22:27. El apóstol Pablo en su discurso a los ancianos de Éfeso les habló diciendo hechos 20:29
La afirmación “por sus frutos los conoceréis”, forma parte de las enseñanzas de Jesús sobre cómo reconocer a los verdaderos seguidores y evitar a los falsos profetas.
El séptimo capítulo del Evangelio de Mateo es una mina de oro de enseñanzas, desde el popular versículo 1 hasta la conocida parábola del sabio que construye su casa sobre la roca (versículos 24-27). En los versículos 21-23, Jesús hace un anuncio escalofriante a muchos que creían pertenecer a Él. Les advirtió que en el Día del Juicio Final le oirán decir: “Nunca os conocí; apartaos de mí”.
Justo antes de esa advertencia, Jesús había acusado a aquellos que pretendían seguirle, pero cuyas vidas indicaban otra cosa. Dijo a Sus seguidores que el “fruto” de sus vidas demostraba lo que había en sus corazones.
En nuestras vidas, cada palabra y cada acción es fruto de nuestro corazón. Los pecadores pecan porque eso es lo que hay en sus corazones. Los ladrones roban, los violadores atacan y los adúlteros engañan porque esos pecados son el fruto que produce un corazón malo. Los corazones malos producen malos frutos. Cuando Jesús dijo: “Por sus frutos los conoceréis” con respecto a los falsos maestros, nos estaba dando una guía para identificarlos. Los falsos profetas, habladores de mentiras, realizarán acciones que corresponden a su mensaje engañoso. Así como su mensaje es anti-Dios, también lo serán sus obras. Se desviarán del camino de la justicia.
Cuando nos arrepentimos de nuestro pecado y recibimos a Jesús como nuestro unico Señor y salvador de nuestras vidas, Él cambia nuestros corazones. Ahora el fruto que se produce es un buen fruto. Gálatas 5:22-23. Nuestras actitudes, acciones, palabras y perspectivas cambian a medida que caminamos en comunión con el Espíritu Santo. Cuando nuestros corazones cambian, nuestro fruto cambia.
Muchos falsos profetas han venido y se han ido, y muchos de ellos vivían en pecado flagrante mientras predicaban su mensaje. Los falsos maestros pueden mostrar el “fruto” de la inmoralidad sexual, la avaricia, el materialismo, la glotonería y otros pecados mientras justifican su comportamiento y se muestran como algo santo. Desafortunadamente, muchas personas a través de los años han sido engañadas para seguir a tales personajes y unirse a ellos para justificar el pecado. Si tan sólo hubieran prestado atención a la advertencia de Jesús de que “por sus frutos los conoceréis”. No importa cuán bueno o convincente suene alguien, si está dando malos frutos, hay que evitar su mensaje.
Con frecuencia, la gente profesa la fe en Jesús como Salvador, pero es una mera profesión sin una verdadera fe.
Algunos grupos religiosos fomentan el bautismo, la confirmación u otros ritos religiosos que supuestamente aseguran el futuro de una persona en el cielo. Pero a medida que pasa el tiempo, el fruto que se produce en esa vida no se parece en nada a lo que está claramente prescrito en la Biblia 1ª Pedro 1:16.
Algunos asisten a los servicios de la iglesia, pero pasan el resto de su tiempo viviendo completamente para sí mismos. Algunos pueden llegar a ser famosos, incluso enseñando o predicando, escribiendo libros o dominando los medios de comunicación, pero el fruto de sus vidas desmiente sus palabras. La codicia, el engaño, la inmoralidad, el orgullo o la deshonestidad los caracterizan, convirtiéndolos en falsos profetas según el criterio de Jesús.
Ahora bien ¿cuáles son los efectos negativos, los malos frutos, Que puede producir un falso profeta?
1.- La enseñanza es falsa sí produce una religión que consiste exclusiva o principalmente en la observancia de cosas externas
Para los escribas y fariseos de la época del señor Jesús la religión consistía en la observancia de la ley ceremonial, Si se cumplían todos los rituales entonces era una buena persona.
2.- La enseñanza es falsa si produce una religión que consiste en prohibiciones.
Cualquier religión que se basa en una serie de “no harás”, es una religión falsa, Hay unos falsos profetas que le dicen a la persona que ha emprendido el camino Cristiano: “de ahora en adelante, no irás más al cine, no bailarás, no fumarás, no te sentarás en silla de escarnecedores, a las mujeres: desde ahora en adelante, no usarás pantalón, no te maquillarás, no te cortaras el cabello, de ahora en adelante no leerás novelas ni periódicos, de ahora en adelante no tendrás redes sociales, no verás Netflix ni nada que se le parezca.
Mis amados si se pudiera ser Cristiano simplemente absteniéndose de hacer ciertas cosas, el cristianismo sería una religión más fácil de lo que es. Pero toda la esencia del cristianismo es que no consiste en no hacer cosas, sino en hacer cosas.
3.- una enseñanza es falsa si produce una religión fácil.
Cualquier enseñanza que le quita a la palabra de Dios la firmeza de la roca, cualquier enseñanza que excluye la Cruz del cristianismo, cualquier enseñanza que elimina la amenaza de la voz de Cristo, cualquier enseñanza que pone el juicio fuera de la perspectiva y que hace que la gente piense con ligereza en el pecado es una falsa enseñanza.
4.- una enseñanza es falsa cuando divorcia la religión y la vida
cualquier enseñanza que aparta el Cristiano de la vida y de la actividad del mundo es falsa. Ese es el error que cometieron los monjes y los ermitaños. Ellos creían que para poder vivir la vida cristiana tenían que retirarse a un desierto o a un monasterio pero el Señor Jesucristo dijo en Juan 17:15: “no ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal”.
5.- una enseñanza es falsa si produce una religión arrogante y separatista
cualquier enseñanza que anima a una persona a retirarse de una senda estrecha, y a considerar el resto del mundo como pecadores, es una falsa enseñanza. La misión de la religión no es erigir paredes separatistas, sino derribarlas.
El sueño del Señor Jesucristo era que hubiera un solo rebaño y un solo Pastor. La religión está diseñada para acercar a las personas, no para separarlas, la religión debe servir para reunir a las personas en una gran familia, no para dividirlas en grupos hostiles.
Cristo no es un Cristo que divide, sino un Cristo que une
Conclusión
Aunque nunca podemos conocer el corazón de nadie, podemos valorar sabiamente a otras personas observando el fruto habitual de sus vidas. Todos tropezamos de vez en cuando, y podemos pasar por épocas de poco fruto. Pero la Biblia en 1ª juan 3 deja claro que los que conocen a Dios no continuarán con un estilo de vida en el que den mal fruto. Hemos sido transformados, y el fruto de nuestras vidas es evidencia de esa transformación. Los manzanos no producen plátanos, y las plantaciones de fresas no producen higos. Este hecho de la naturaleza también es cierto en el ámbito espiritual. Podemos identificar a aquellos cuyos corazones han sido redimidos por el fruto que vemos en sus vidas.