YO SOY…. Nombre sobre todo Nombre

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Introducción
El capítulo 3 del libro del Éxodo relata que cierto día a un pastor llamado Moisés que se encontraba en un monte llamado Horeb, allí se le reveló la presencia de Dios a través de una zarza ardiendo que no se quemaba, lo cual causó una gran impresión en este hombre. Aquí Dios se presentó a Moisés como el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob y le dijo que él lo escogió para sacar a su pueblo Israel de Egipto ya que él ha visto el martirio que viven bajo la esclavitud de esa nación.
Entonces Moisés le preguntó a Dios que cual sería el nombre de ese Dios de sus antepasados con el cual él debía presentarse ante los Israelitas cautivos en Egipto y Dios le contestó: “Yo soy” el que soy, me envía a ustedes.
Y complementando con el nombre de Dios revelado en Apocalipsis 1:8 “Yo soy” el Alfa y la Omega, se puede concluir sobre tres características de la personalidad de Dios, lo siguiente:
- Su eternidad: Dios es por sí mismo, sin principio ni fin, él está presente en todos los tiempos sin depender de nada ni de nadie. Antes que naciesen los montes, y que tú formases la tierra y el mundo, desde la eternidad y hasta la eternidad, tú eres Dios Salmos 90:2
- Su Inmutabilidad y Santidad: Su naturaleza y carácter no cambian a lo largo del tiempo. Y su esencia es ser santo y por eso llama constantemente a sus hijos a vivir en santidad. ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?. Santiago 4:5
- Su Presencia: Refleja la cercanía de Dios y su disposición a estar con su pueblo. Cercano está El Señor a todos los que le invocan, a todos los que le llaman de verdad. Salmos 145:18.
Estamos empezando la época de navidad en la que se recuerda el nacimiento del Unigénito Hijo de Dios en un pesebre, como cumplimiento de las profecías de Isaías 7:14 y 9:6, en las que se reveló su nombre: Emanuel: “Dios con nosotros”. Y en el evangelio de Lucas 1:31 el ángel Gabriel le reveló a la joven María su madre, el nombre JESÚS: “El Señor es salvación”.
De acuerdo con algunos relatos del evangelio de Juan, cuando el Señor Jesús en medio de sus enseñanzas se daba a conocer utilizó la frase “Yo soy” así como cuando Moisés le preguntó a Dios su nombre y él le respondió “Yo Soy”. Esta es una manera en que Jesús dio evidencia que él es parte de la deidad, es decir que Jesucristo es Dios.
Miremos un poco lo que el Señor Jesús quiso decir cuando utilizó la frase: “Yo soy”
“En la medida que conozcas al Señor tu Dios, así mismo crecerá tu relación con él y experimentarás un cambio de vida”.
Juan 11:25
- Yo soy la resurrección y la vida (Juan 11:25)
Jesús le dijo: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
En este contexto bíblico, el Señor Jesús habla a Marta, la hermana de Lázaro, quien había muerto recientemente. Su afirmación es una base de la fe cristiana ya que el Señor Jesús tiene poder sobre la muerte pues él resucitó al tercer día de entre los muertos.
Pero aquí el Señor Jesús hace énfasis en una verdad con sentido espiritual: toda persona que está muerta en sus delitos y pecados y que se arrepiente y cree en el Señor Jesús, él le puede resucitar a una vida nueva bendecida por Dios. “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)” Efesios 2:4-5
Dios no te impone nada, así que tu tomas la decisión de tener un arrepentimiento genuino o seguir viviendo un evangelio mediocre.
Recordemos que de cualquier manera también estamos llamados cada día a morir con Jesucristo al pecado y resucitar con él a una vida de santidad que es obediencia y adoración a Dios Padre.
Con relación al futuro de los creyentes que ya han muerto en Cristo, ellos podrán experimentar la resurrección cuando el Señor Jesús vuelva y ser santificados y llevados de su mano a la casa celestial con Dios Padre.
No importa que tan larga sea nuestra vida aquí en la tierra, lo importante es que vivamos cada día buscando hacer la voluntad de nuestro Padre y vivamos cada día como si ese fuera el ultimo, es decir estar preparados para morir y descansar en su paz y para ir con él en su segunda venida.
- Yo soy el pan de vida (Juan 6:35)
Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre.
Así como el pan es esencial y fundamental para el bienestar del cuerpo, Jesucristo es esencial y fundamental para el bienestar espiritual del creyente. Solamente Él puede satisfacer las necesidades más profundas del ser humano.
Para que Jesucristo llegará a ser el pan de vida, tuvo que pasar por el proceso de ser el grano de trigo que fue molido en la cruz del calvario y al morir y ser sepultado también resucitó y está sentado a la diestra de Dios Padre e intercede por nosotros. Por eso en la última cena con sus discípulos el Señor Jesús tomó el pan y lo bendijo y declaró: “este es mi cuerpo que por ustedes es partido”.
Al identificarse como el pan de vida, Jesús nos ayuda a alimentar diariamente nuestra relación con Dios Padre a través de él.
El Señor Jesús es el pan espiritual que nutre y fortalece y le da vigor a nuestro ser interior que en ocasiones se siente débil y tiende a desfallecer.
Amado hermano, te invito a que analices cual es el alimento espiritual que estás consumiendo diariamente y si ves que es comida chatarra, cámbialo por el pan de vida que Jesús te da, porque los hijos de Dios vivimos de toda Palabra que sale de la boca de Dios.
Y algo muy importante, nunca dejes los verdes pastos donde el Señor te ha colocado como oveja de su prado, para ir como el hijo prodigo a comer el alimento de los cerdos.
- Yo soy la luz del mundo (Juan 8:12)
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
En esta forma como el Señor Jesús se identifica, da a entender que una de las características del mundo en el que vivimos, pero del cual no somos parte, es que está en tinieblas y oscuridad.
La principal esencia de la luz es el poder que tiene para disipar la oscuridad, por esa razón siempre que ingresamos a un lugar oscuro lo primero que preguntamos es ¿dónde se prende la luz?, Y es una pregunta obvia porque en medio de la oscuridad no podemos desplazarnos y tampoco ir hacia el lado correcto… en el sentido espiritual si alguien camina en la oscuridad del pecado, puede terminar en un abismo de muerte.
Es fácil comprender que la luz representa dirección y guía. Así que Jesucristo es la única luz que nos puede guiar por el camino correcto hacia la casa celestial de nuestro Padre.
La luz es sinónimo de confianza… por ejemplo, en muchos casos a personas ciegas les acompaña siempre un perro que hace el papel de lazarillo pero lo primero que existe en la persona ciega es confianza en el perro…Tu estarías dispuesto a vendar tus ojos para que te guíe Jesús por el camino correcto? El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré? Salmos: 27
Te invito a que reflexiones quien es tu guía al caminar porque dependiendo de qué o de quién guía tu vida ese será tu destino.
- Yo soy la puerta (Juan 10:7)
Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto les digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
Al describirse como la puerta, el Señor Jesús da a comprender que solo a través de Él se puede entrar al redil y encontrar en primer lugar vida eterna y en segundo lugar pastos que representan el alimento espiritual al igual que el pan.
En el contexto de un rebaño, la puerta hace referencia a la entrada al aprisco que es donde el pastor guarda y protege a las ovejas. Jesús ofrece protección a quienes le siguen, asegurando que están a salvo de los los peligros de este mundo. Hoy en día se volvió común ver a lobos vestidos de ovejas, así que tengamos cuidado de no ser arrebatados del rebaño del Señor.
Nadie abre la puerta de su casa para invitar a entrar a un desconocido. Así que Jesucristo está invitando hoy a conocerle para que tengas acceso a través de él a la casa de Dios Padre, para no estar en ese grupo de personas a las que él les dirá: ¡apártense de mí, nunca los conocí!
Si has entrado por una puerta que lleva a un mundo de oscuridad, permítele hoy al Señor Jesús que te ayude a dar media vuelta y salir … confía en Jesús, toma su mano y camina en su compañía por la entrada a la presencia de Dios Padre.
El pastor generalmente tiene una responsabilidad muy grande en la puerta, ya que es un espacio muy estrecho y él mira detalladamente que ninguna oveja se quede por fuera, es como un llamado a lista. Así que apresúrate a entrar por la puerta que es Jesús, no sea que te quedes por fuera.
No sigas jugando a la oveja No.100, no sea que en ese juego peligroso se te haga tarde para entrar al redil.
- Yo soy el buen Pastor (Juan 10:11)
Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas
Sabemos que dentro de las responsabilidades que tiene un pastor de ovejas se pueden mencionar estas: guiarlas, buscar su alimento y llevarlas a lugar de buenos pastos, protegerlas de los peligros, proveer medicina a la patiquebrada, esquilarlas, evitar que se vayan por una pendiente, velar porque estén seguras en la noche. Para que todo lo anterior suceda él las conoce a cada una y las llama por su nombre y ellas también conocen a su pastor y siguen su voz.
Analiza hermano, en qué situación o condición estás hoy… ¿con hambre de buenos pastos? ¿Será que estas para esquilar? ¿serás la patiquebrada? O tal vez ¿la que está al borde de un precipicio? ¿De pronto la que ensucia el pasto y no come ni permite que otra coma?… de cualquier manera, reconoce que el Señor Jesús se está revelando como tu buen pastor y déjate guiar por él al aprisco divino.
El Señor Jesús en una muestra de amor fue capaz de dar su vida en rescate por nosotros y hoy somos ovejas de su prado y nadie nos arrebatará de su rebaño.
El Señor es tu pastor nada te faltará… Salmos: 23 (orar)
- Yo soy la vid verdadera (Juan 15:1)
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador
El Señor Jesús utilizó esta metáfora para describir de manera simbólica su relación con toda persona que ha decidido seguirle y ser su discípulo.
Pero si él afirmó que es la vid verdadera, es porque hay otra clase de uvas…las uvas silvestres, las cuales son amargas…
Los hijos de Dios somos los pámpanos o sarmientos que estando unidos a él podemos llevar fruto. Un pámpano es ese tallo del cual brotan los racimos de flores que luego se convierten en uvas.
Así como un tallo no puede producir fruto si no está unido a la planta, así de igual manera el creyente no puede producir fruto si no permanece unido a Jesucristo.
El Señor Jesús explicó que el labrador quitará de la planta todo tallo que no lleve fruto y luego este se secará y será echado al fuego; el fuego es una representación del juicio de Dios ya que él es el labrador…y aquí viene una sentencia:
“…tú dices estar unido a Jesucristo y entonces surge la pegunta: ¿Estás produciendo frutos? ¿O eres sencillamente un tallo que no produce nada?”
Así como la vid proporciona nutrientes a los pámpanos para que estos produzcan frutos, así mismo los hijos de Dios unidos a Jesucristo reciben de él la fortaleza espiritual para crecer y producir frutos.
El Señor Jesús escogió el ejemplo de la vid posiblemente porque esta es una de las plantas que más produce cantidades de frutos en racimo. Así mismo Dios Padre espera que sus hijos llevemos frutos en abundancia. (Gálatas 5:22-23).
- Yo soy el Camino y la Verdad y la Vida (Juan 14:6)
El Señor Jesús es el único camino que conduce a Dios Padre. Él es la ruta trazada por la cual debemos caminar si queremos llegar al destino final que es la casa de Dios Padre. Se ha dicho que todos los caminos conducen a Roma, pero Jesucristo es el único camino que conduce al Padre.
La Biblia dice que “hay caminos que al hombre le parecen derechos; pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12). Así que ese es el destino final para cada persona que se va por un camino diferente al trazado por el Señor Jesús.
El Señor Jesús es la plenitud de la verdad…esa verdad que rompió con el poder que tenía la mentira en manos de satanás que es el padre de la mentira. Dejemos que el Espíritu Santo nos guie a toda la verdad la cual está fundamentada en Jesucristo, y que esa verdad sea nuestra bandera.
Cómo discípulos de Jesucristo estamos llamados a andar en su verdad cada día, sin dar lugar al chisme o a la mentira, en nuestra manera de hablar. El que dice la verdad permanece para siempre, pero el mentiroso, permanece solo un instante Proverbios 12:19
El Señor Jesús mismo declaró que el propósito de su venida fue traer vida en abundancia, es decir la vida eterna. Así que es necesario morir al viejo hombre y resucitar a una vida nueva con Cristo Jesús porque de lo contrario no será posible estar ante la presencia de Dios Padre.
El apóstol Pablo, en la carta a los Gálatas capítulo 5, hizo un contraste entre el viejo hombre que está viciado conforme a los deseos del cuerpo y el nuevo hombre que vive por el Espíritu y es guiado por el Espíritu llevando frutos dignos de arrepentimiento.
Conclusión
La época de navidad que ha llegado es un tiempo peligroso, por todo lo que se mueve en el campo espiritual a través de las fiestas y celebraciones que conduce a las personas a un desenfreno de placeres.
La navidad no es un tiempo de vacaciones espirituales para los hijos de Dios, sino que esta es más bien una época en que las familias se pueden reunir para compartir y celebrar de una manera digna que tienen un Salvador que es su luz, su camino, su pan, su pastor, su verdad, su vida y su todo.
La navidad es una época para que seas probado como hijo de Dios, de que estás hecho… y que la luz que se encienda y más brille, sea la del Señor Jesucristo en tu corazón.
Por: Víctor Romero A. IFRAN