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¿Cuál es tu disculpa?

Predicación: ¿Cuál es tu disculpa?

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Propósito:

“Cuando Dios nos llama a servirle presentamos muchas disculpas; Dios se encarga de derribar cada una de ellas hasta que decidimos servirle y descubrimos que somos instrumentos poderosos en sus manos para su gloria”.

¿Saben? Las personas estamos llenas de disculpas, siempre que no queremos hacer algo tenemos una disculpa.
Unos domingos atrás predicó Gildardo hablando acerca del miedo, hablo acerca de cinco excusas producidas por el miedo.

Un día hablando con un amigo me dijo que le gustaba mucho el futbol y que cuando jugaba su equipo favorito, no le importaba salir bien temprano de su casa para llegar dos horas antes del partido, no se olvida de llevar su refrigerio, cuando juega el equipo en otro sitio compra con tiempo sus pasajes y reserva un buen hotel para verlos.

Y me dice: nooo pero las gradas son muy incomodas, el árbitro marco un penalti injustamente, el partido se fue a tiempos suplementarios, el partido comenzó muy tarde, el equipo ha estado jugando muy mal últimamente.
“Mi amigo pudo utilizar estas disculpas para abandonar el equipo y ¡NO! lo hizo”.

Cuando invitamos a alguien a la iglesia resultan miles de disculpas: tengo mucho trabajo, tengo que sacar el perro a pasear, estoy enfermo, no tengo ganas de ir, que dirán mis amigos, vienen unos amigos de otra ciudad a visitarnos, mi hijo viene a casa y hace tiempo no nos vemos, el domingo pasado no me gusto lo que dijo el Pastor.

Cuando se invita a un evento especial nos dicen: preciso ese día y a esa hora me va a dar un fuerte dolor de cabeza entonces no puedo ir.

Y así miles de disculpas cuando se invita a servir en Ujieres, sonido, alabanza, maestros de niños, dirección de ministerios y en todo lo que tiene que ver con el crecimiento de la iglesia.

Nuestro Señor Jesucristo hizo un llamado a unos hombres para que fueran sus discípulos, ellos también colocaron sus disculpas, pero se unieron a ese gran equipo del Señor. Sin saber que solamente tendrían tres años para trabajar a su lado.

Nosotros utilizamos todas estas disculpas para no servir en la obra de Dios, también Moisés utilizó unas excusas como lo dijo Gildardo.

El Apóstol Pablo en la carta a los Filipenses habla de una manera sencilla y directa, una carta afectuosa a unos amigos y dice en:

Filipenses 2:5-11

Podemos superar los obstáculos que se nos presenten y servirle a Dios con todo nuestro ser. Tenemos varias razones para servirle a Dios: desde el momento en que somos salvos, Dios nos llama a seguirle, nos llama a dejar nuestros pecados atrás y a caminar en santidad. También nos llama a servirle, a veces puede ser una tarea difícil.

Este texto nos habla del descenso del hijo de Dios y es una porción muy directa de las escrituras.

El versículo 5 nos dice: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, ¡o sea el mismo pensamiento!, estamos llamados a actuar, a pensar y compórtanos de tal manera que agrade al Padre.

Y de ahí en adelante del versículo 6 al 11 dice: el cual siendo en forma de Dios, su ser esencial es en forma de Dios, sea cual sea la forma que El adopte, sigue siendo Dios, su ser es incambiable y divino, posee la naturaleza de Dios y es inalterable. Nuestro Señor Jesucristo dice: Yo y el Padre uno somos o también si me has visto a mí, has visto al Padre. El hijo es la representación exacta de Dios, él es igual a Dios.

Y miremos esto, se despojó a sí mismo. El ser igual a Dios lo lleva a vaciarse a sí mismo para bendecir a otros, en medio del sufrimiento no dejo de ser Dios, hizo a un lado sus derechos y obedeció al Padre; tomando forma de siervo, paradójicamente se volvió siervo de Dios, y dice Yo solamente vengo a hacer lo que el Padre me muestra que haga, lo que el Padre me manda a hacer, lo que el Espíritu hace a través de mí.

Voluntariamente se convirtió en un esclavo, se volvió siervo, adopto la forma de hombre y sirvió y está sirviendo.
Lucas 22:27 Porque, ¿Cuál es el mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.

Mateo 20:28 y Marcos 10:45 dice: porque el hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

Su servicio fue para Dios y lo vemos en Juan 13 cuando lavo los pies de sus discípulos que eran egoístas y orgullosos.

Se humillo a si mismo al punto de volverse siervo, se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Dios lo exalto y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Aquí vemos en la Carta a los Filipenses como nuestro Señor Jesucristo sirvió obedeciendo a su Padre y no sacando disculpas para no hacerlo.

Perooo.. en la Biblia encontramos hombres y mujeres que desobedecieron el mandato de Dios.

-. La primera disculpa del primer hombre de la biblia Adán, cuando Dios le pregunta ¿Quién te enseño que estabas desnudo? ¿has comido del árbol que yo te mande que no comieras? Y el hombre le respondió: la mujer que me disté por compañera me dio del árbol, y yo comí. Y la mujer también tuvo su disculpa y le dijo la serpiente me engaño y comí.

Adán y Eva eluden la responsabilidad con disculpas. La desobediencia de Adán y Eva tuvo graves consecuencias, incluida la expulsión del Jardín, dolor durante el parto y aflicción por la comida. No podemos dejar de ser sinceros con Dios. (Gen.3:1-13)

Gildardo hablo de Moisés. Dios le dijo a Moisés: “he oído el clamor de mi pueblo, me piden que los liberte de la esclavitud, por fin los voy a libertar.

Y Moisés le dice, que bueno, Señor, ya han sufrido mucho tiempo”. Por eso te enviare ante el Faraón para que saques a mi pueblo de Egipto y me sirvan aquí.

Ahí fue donde Moisés dio muchas excusas en vez de servicio:

¿Quién soy yo para ir ante Faraón?
¿Con que autoridad me presento ante el pueblo?
¿Y qué tal si no me creen que tú me enviaste?
Yo no soy bueno para hablar
Yo no, envía a otro.

– Saúl desobedece y es Desechado. Dios instruyo a Saúl para que atacara a los amalecitas y destruyera todo por completo, incluso el ganado. Sin embargo, Saúl perdono a algunos de los mejores animales, pensando que podría ofrecerlos como sacrificio a Dios. (Samuel 15:1-23).

Jonás: esta historia es notable, Dios llamo a Jonás para que fuera a Nínive y pregonara contra ella por su maldad; pero Jonás no obedeció y se fue para Tarsis. Dios envía una gran tormenta que amenazo el barco, y los marineros arrojaron a Jonás por la borda, donde fue tragado por un gran pez. Jonás desobedeció por su orgullo y falta de amor por los demás. (Jon 1:4-17).

– Jeremías: pensaba que para servir a Dios debía tener cierta edad y hablar bien. Tenía entre 20 y 25 años cuando Dios lo llamo, se le advirtió que la gente no lo escucharía; se sintió muy mal cumpliendo su ministerio. (Jer 1:4-9)

La Biblia contiene muchas historias de los que siguieron a Dios y los que no. La desobediencia a la palabra de Dios puede tener graves consecuencias, como lo demuestran los personajes antes mencionados. Es fundamental aprender de los errores y esforzarse por obedecer la palabra de Dios.

Cuando Dios te llama a servirle ¿le has respondido con disculpas?

¡¿Hermano, tú puedes enseñar los domingos a los niños?! Empiezan las disculpas. Dios coloca en tu corazón compartir el evangelio con tus vecinos y los invites a la iglesia, a los GDV, Pero también hay disculpas para no hacerlo.

Dos alumnos llegan tarde a su clase en la universidad y el profesor les pregunta que porque llegaron tarde, le contesta uno de ellos disculpe profe, pero me quede dormido y estaba soñando que viajaba a muchos países y yo alegre de visitar todos esos sitios y me desperté tarde. Y le pregunta al otro y él le dice: no profe es que llegue tarde porque fui al aeropuerto a esperar que llegara mi amigo.

Y esto no son más que disculpas, disculpas y más disculpas.

¿Qué quiere decir disculpa en el diccionario? Acción de disculpar o disculparse (igual que excusa) Razón o argumento que se da para justificar un error o una falta o para demostrar que alguien no es culpable de algo.

A veces nos cuesta hacer lo que tenemos que hacer, lo que toca, cuanto más nos cuesta hacer algo más, ir más allá, hacer algo que nos corresponde, algo injusto.

Nuestro Señor Jesucristo no fue como nosotros. (Isaías 53:3-7) toda nuestra vida está basada en esta injusticia. Jesús se podía haber excusado, no tenía que hacerlo y lo dio todo por ti y por mí.

No tenemos disculpas para no darle todo a Dios; él nos dio la vida, nos rescató, nos salvó, nos da todo lo que tenemos, no tenemos disculpas para no servirle en todo.

¿Cuál es tu disculpa?

Si servir a nuestro Dios nos llena de alegría, nos podemos sentir felices de servir al Señor, sean cuales sean nuestras disculpas, él nunca es irrazonable ni nos pide imposibles.

¿Y cómo lo sabemos? La palabra de Dios nos dice: no te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo. (proverbios 3:27)

Podemos superar los obstáculos que se nos presenten y servirle a Dios con todo nuestro ser.

Tenemos varias razones para servirle a Dios: desde el momento en que somos salvos, Dios nos llama a seguirle, nos llama a dejar nuestros pecados atrás y a caminar en santidad. También nos llama a servirle, a veces puede ser una tarea difícil.

Unas de estas razones son:

  1. Servir a Dios trae muchos beneficios

nos ayuda a establecer nuestra identidad, nos da un propósito en la vida y nos ayuda a centrarnos en lo que es realmente importante, nos da tranquilidad y nos ayuda a superar los problemas de la vida. 

Y nos da un sentido más profundo del porque vivir. Un beneficio es recibir el fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5:22-23)

2. Servir a Dios de todo corazón

Pablo dice en 1ª corintios que hagamos todas las cosas para la gloria de Dios. No podemos decir que servimos a Dios si no hacemos todo para su gloria. Ahora bien, debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, y con toda nuestra alma y con toda nuestra mente como lo dijo nuestro Señor Jesucristo en Mateo 22:37.

3. Cómo mantenernos al servicio de Dios

debemos servir a Dios con todo nuestro corazón porque él nos ama y nos ha dado todo lo que tenemos, debemos mantenernos cerca de El con la oración, estudiando y memorizando su palabra. Debemos proclamar su nombre a todos los que nos rodean.

¿Qué significa trabajar con el Señor?

¿Qué significa trabajar con el Señor? Primero debemos comprender que significa trabajar. La palabra de Dios nos enseña que el trabajo es un regalo de Dios, Dios puso al hombre en el huerto del edén para que trabajara. Aunque el trabajo a veces es muy duro y frustrante, es un don de Dios, es una oportunidad para que utilicemos nuestros talentos y habilidades para glorificarlo. Es una oportunidad de hacer el bien en este mundo.

Debemos buscar la guía y la ayuda de Dios para poder hacer bien nuestro trabajo, y con sabiduría.

¿Estás trabajando para el Señor? O estas trabajando con el Señor ¿Estás buscando su guía y sabiduría en todo lo que haces? ¿Estas sirviendo a un propósito más grande que tu propio sueldo? Trabajar con Dios es descansar en él.

No se queden hay firmes como lo dijo Moisés, vayan y marchen. (Éxodo 4)

Cuando el Señor obro en mí, yo no sabía nada de Él, comencé a obedecer su palabra, a entregarme a él y desde el comienzo de mi vida cristiana comencé a servir junto con mi esposa, llevamos 27 años al servicio, en la obra de Dios, en todo.

Y la palabra de Dios nos dice: mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en donde quiera que vayas. (Josué 1:9) y una muy buena amiga siempre que nos vemos nos dice este texto: estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionara hasta el día de Jesucristo. (Filipenses 1:6).

Y ¿tu? ¿Trabajas con el Señor? ¿estas glorificando su nombre?

Dios nos ama y quiere lo mejor para nosotros, Dios nos ha llamado a servirle, Dios nos da la sabiduría y el poder para servirle, Servir a Dios nos ayuda a mantener una buena relación con El, Servir a Dios nos ayuda a mantener una buena relación con los demás, Servir a Dios nos permite tener una mejor comprensión de su propósito para nuestras vidas, Servir a Dios nos da la oportunidad de ser un ejemplo para los demás

El servicio a Dios fluye de un corazón agradecido a Él por perdonarnos y salvarnos. No digamos más disculpas para no servirle.

A veces creemos que la iglesia es el lugar para el servicio cristiano, cuando tenemos un ministerio o responsabilidad de servir a los demás, esto es verdad. En la iglesia debe haber un orden y no todos deben o pueden predicar desde un pulpito, no todos pueden o deben ser maestros de niños o jóvenes, no todos son evangelistas, etc.

Para que una iglesia funcione, todos los miembros pueden poner al servicio de Dios los dones que recibieron de parte de Él, Dios nos da dones para servir a los demás, no para nuestro propio beneficio o disfrute. Sino para la edificación de su pueblo. Como lo dijo el apóstol Pablo en 1 Corintios 12

No más disculpas, comencemos a servirle al Señor en lo que Él nos ha dado. No más decir: no se hacer nada, siempre tienes algo que ofrecer sirviendo a Dios en la iglesia que te ha puesto.

Al mismo tiempo debemos saber que servir es un estilo de vida, no solo servimos en la iglesia, sino en cualquier lugar que estemos. Debemos tener un espíritu de servicio.

Cuando le estas cambiando el pañal al bebé, estas sirviendo, cuando estas cuidando y siendo ayuda idónea para tu esposo y esposa, estas sirviendo, cuando cuidas los niños de un matrimonio para que puedan salir a un encuentro de parejas, estas sirviendo, cuando estás en tu trabajo cumpliendo con tus deberes, estas sirviendo.

A nosotros nos ha ayudado mucho cuando estamos haciendo cualquier tarea, pensar y tener la certeza de que es para el señor.

Conclusión

El hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate de muchos. Recuerda como Jesús lavo los pies de sus discípulos, ahí tenemos un buen ejemplo de servicio y humildad. 

Jesús se despojó a si mismo tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres, se humillo y fue a la cruz. Por amor a nosotros y para salvarnos del pecado.

Por lo tanto, si nuestro Señor se hizo siervo por nosotros y nunca tuvo disculpas para no hacerlo, ¿será que nosotros no podemos dejar de dar tantas disculpas para no servirle e Él?

Ora al Señor y dile: Padre mío, si es posible, pase de mi esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como tú. (Mateo 26:39)

Aprendamos a vencer los obstáculos que se nos presentan y veremos como Dios obra en nuestras vidas.

¡¡¡AMÉN!!!

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