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¿Dónde está tu tesoro?

Dónde está tu tesoro

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Introducción

Todos los seres humanos estamos naturalmente orientados en las cosas, nos inclinamos fuertemente a estar enfrascados en buscar, adquirir, disfrutar y proteger posesiones materiales. En culturas prósperas como en las que vivimos la mayoría de los occidentales, la tendencia a construir nuestras vidas alrededor de las cosas es especialmente grande y diría yo demasiado notoria, desde que nacemos nuestros padres y ancestros nos han inculcado que el poder, el respeto, el liderazgo, está en lo que tengamos materialmente.

 

Los líderes religiosos de la época del Señor Jesucristo estaban preocupados por las cosas. Eran materialistas, codiciosos, ávaros, ambiciosos y manipuladores.

Que los fariseos eran avaros no era algo adicional a los demás pecados por los cuales el señor Jesús los reprendió.

Puesto que no tenían un punto de vista correcto de sí mismos, de la relación que tenían con El Mundo, de la palabra de Dios, de la moralidad, y de los deberes religiosos, era inevitable que no estuviera en un punto de vista correcto de las cosas materiales.

En esta predicación del sermón del monte el señor Jesús muestra primero que el punto de vista que los fariseos Tenían de las cosas materiales no esenciales era pervertido, y luego muestra también cómo su punto de vista de las cosas esenciales materiales estaba pervertido. Su perspectiva de los lujos y de las necesidades estaba deformada.

Una falsa doctrina lleva a falsas normas, falsa conducta y falsos valores, Y la religión hipócrita parece siempre estar acompañada de codicia e inmoralidad.

Ofni y finees, los dos hijos del sumo sacerdote Elí, no tenían consideración por las cosas de Dios, sino que codiciosamente se aprovechaban del cargo eminente de su padre y de sus propias posiciones sacerdotales. Ellos eran hombres impíos y no tenían conocimiento de Jehová. Los hijos de Eli tomaban para sí mismos más de la parte prescrita de la carne sacrificial, y cometían adulterio con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión.

Anás y Caifás, que fueron sumos sacerdotes durante el Ministerio de Jesús, se volvieron sumamente ricos por las muchas concesiones por licencias que manejaban en el templo.

A lo largo de la historia De la Iglesia hasta el día de hoy, los charlatanes, falsos profetas, han usado sus ministerios como un medio de acumular riqueza y así proveer oportunidad para satisfacer sus deseos más perversos.

A menudo tales personas, al igual que los escribas y fariseos, han usado su prosperidad material como evidencia imaginada de su espiritualidad, proclamando sin ninguna vergüenza que son materialmente bendecidos porque son espiritualmente superiores. Trastornan, manosean enseñanzas como la que nos ha dejado Deuteronomio 28:1-3 (verde).

De verdad que es increíble cuando Oseas dice: “que mi pueblo pereció porque le faltó conocimiento”, Miles y miles de creyentes incautos siguen comiendo cuento, de cuánto mentiroso aparece en las redes sociales autodenominándose profeta y luego dando la cuenta de Niqui, Bancolombia, daviplata, para que siembren la semilla.

Estos incautos no se dan cuenta que las bendiciones están claras y reiteradamente supeditadas a la obediencia al Señor. Los demás beneficios materiales terrenales que son acumulados por codicia, deshonestidad, engaño, o de cualquier otro modo inmoral no deben concebirse como bendiciones de parte del señor. Reclamar la aprobación de Dios tan solo en base a riqueza, salud, prestigio o cualquier otro aspecto es pervertir la palabra de Dios y usar en vano su nombre.

 

John stott dice en su libro el sermón del monte: “la ambición mundana tiene para nosotros una fuerte fascinación, el hechizo del materialismo es muy difícil de romper”

los problemas económicos tales como inflación, recesiones y depresiones implican muchos factores complejos: monetarios, políticos, militares, sociales, climáticos, etc. Pero con excepción de los climáticos, sobre los cuales el ser humano casi no tiene control, la causa detrás de la mayoría de dificultades económicas es la codicia.

los problemas son provocados en primer lugar por avaricia, y con frecuencia son al parecer imposibles de resolver por la misma razón.

El apóstol Pablo le recuerda a su discípulo Timoteo en su primera carta; “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto”

“El señor Jesús ¡NO! Está diciendo que si ponemos nuestro tesoro en el lugar correcto nuestro corazón estará entonces en el lugar correcto; SI NO Que la ubicación de nuestro tesoro indica dónde se encuentra ya nuestro corazón,

Mateo 6:19-21

En la primera mitad del sermón del monte, El Señor Jesucristo describe la vida privada del cristiano “en lo secreto”, (ofrendar, orar, ayunar), en la segunda mitad se interesa en nuestro oficio público en El Mundo (asuntos tales como el dinero, las posesiones, la comida, la bebida, vestido y ambición). Uno de los Énfasis que el Señor Jesucristo hace reside precisamente en la idea de que Dios está interesado en cada una de las dimensiones de nuestra vida.

Recuerda que, si somos cristianos entregados a Cristo realmente, todo lo que hacemos, Todo lo que digamos, no importa qué tan secular sea; Se hace en la presencia de Dios y según la voluntad de Dios. Recuerda que él dice por una parte: “tu padre celestial ve en lo secreto”, y por la otra “vuestro padre celestial sabe de qué tenéis necesidad”

 

En ambas frases se oye también la misma insistente convocatoria del señor Jesús: el llamado a ser diferentes de la cultura popular: diferentes de la hipocresía del religioso, y diferentes también del materialismo del impío.

 

De hecho, el Señor Jesucristo aclara que:

– Hay dos tesoros; en la tierra y en el cielo,

– Dos condiciones del cuerpo; luz y tinieblas,

– Dos señores; Dios y las riquezas, y

– Dos preocupaciones; nuestros cuerpos y el Reino de Dios.

“No podemos ubicarnos en el medio de ambos”. O es blanco o es negro, pero a los grises los vomitará de su boca.

En esta parte de su predicación el Señor Jesús dirige nuestra atención hacia la durabilidad comparativa de los dos tesoros. Tiene que ser fácil decidir cuál acumular. Implica por lo tanto entender que los tesoros en la tierra son corruptibles y por lo tanto inseguros, mientras que los tesoros en el cielo son incorruptibles y por lo tanto seguros. Después de todo, si nuestro objetivo es hacer tesoros, probablemente nos concentremos en el tipo de tesoros que duran y que pueden almacenarse sin que sufre depreciación o deterioro.

 

Pero miremos honestamente ¿Qué prohibía Jesús al decirnos que no hiciéramos tesoros para nosotros en la tierra?

Hagamos una lista de lo que él ¡NO! Prohibía, ni prohíbe.

En primer lugar, no se censura a las posesiones en sí mismas; las escrituras no prohíben en ninguna parte la propiedad privada.

En segundo lugar, no se les prohíbe a los cristianos ahorrar para el futuro imprevisto, o en relación con ello tener una póliza de seguro de vida, que solo es un tipo de ahorro obligatorio autoimpuesto. Por el contrario, las escrituras alaban a la hormiga que almacena en el verano la comida que necesitará en el invierno (prov. 6:6-8). Se nos dice que “en toda labor hay fruto; más las vanas palabras de los labios empobrecen”, y qué “con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará; y con ciencia se llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable”. “El que labra su tierra se saciará de pan; más al que sigue a los ociosos se llenará de pobreza”.

Es correcto proveer para nuestras familias, hacer planes razonables para el futuro, hacer inversiones sabias, y tener dinero para echar a andar negocios, dar a los pobres y apoyar la obra del señor. Lo que está mal es ser deshonestos, codiciosos, ambiciosos ávaros y miserables en cuanto a las posesiones. Ganar de modo honesto, ahorrar y dar es sabio y bueno; acumular y gastar solo en nosotros mismos no solo es desaconsejable sino pecaminoso

 

En tercer lugar, no debemos despreciar, sino que por el contrario disfrutar, de las cosas buenas que nuestro creador nos ha dado en abundancia para que las disfrutemos. De modo que ni tener posesiones ni proveer para el futuro ni disfrutar de las dádivas del creador están incluidas en la censura de la acumulación de tesoros en la tierra.

Por este pasaje, así como por muchos otros de la Biblia, está muy claro que el señor Jesús no está defendiendo la pobreza como un medio hacia la espiritualidad.

En todas sus muchas instrucciones distintas, solo una vez le dijo a un individuo: “vende lo que tienes y dalo a los pobres”. En este caso particular la riqueza del joven rico era su ídolo, y por lo tanto una barrera especial entre él y el señorío de Jesucristo.

Esto proveyó una excelente oportunidad para probar si ese hombre estaba o no totalmente comprometido y entregar el control de su vida a Cristo. La respuesta que dio el joven demostró que no lo estaba.

El problema no radicaba en la riqueza misma, si no en la disposición de despojarse de ella.

El señor no requiere específicamente que sus discípulos renuncien a todo su dinero y a otras posesiones a fin de seguirlo, aunque podría ser que algunos de ellos lo hicieran de una manera voluntaria. El precio era demasiado alto para aquel el líder joven y rico, Y para quién las posesiones eran la prioridad principal.

 

Escúchame bien: En la Biblia se reconoce el derecho a posesiones materiales, incluso a dinero, tierra, animales, casas, ropa y todas las demás cosas adquiridas con honestidad. Dios ha hecho muchas promesas de bendición material para quienes le pertenecen.

Los mandamientos hablan de no hurtar, ni codiciar, es malo por qué lo que se hurta o se codicia le pertenece por derecho a otra persona

Dios espera, y en realidad manda, que su pueblo sea generoso. Pero también espera, e incluso ordena, no solo que seamos agradecidos por las bendiciones, sino que disfrutemos de lo que él nos concede, incluso de las bendiciones materiales.

El apóstol Pablo se lo declara a su discípulo en 1ª Timoteo 6:17

Dicho versículo está especialmente dirigido “a los ricos de este siglo”, y sin embargo no manda, o ni siquiera sugiere, que se despojen de sus riquezas sino más bien les advierte que no se dejen engañar por ellas ni confíen en sus riquezas

La clave de la advertencia de Jesús está en el pronombre “OS” ¡no os hagáis!

Cuando acumulamos posesiones simplemente para nuestro propio bien, trátese de acumular o de gastar de manera egoísta y extravagante, dichas posesiones se convierten en ídolos

 

¿Que se prohíbe entonces?

Lo que el señor Jesús prohíbe a sus seguidores es la acumulación egoísta de bienes, la vida extravagante y opulenta; la dureza de corazón que no siente la necesidad del necesitado; la fantasía insensata de que la vida de una persona consiste en la abundancia de los bienes que posee.

IFRAN, mire le doy un ejemplo que usted lo puede ver todos los días, en las noticias en las redes sociales en todos los medios, jugadores de diferentes deportes que generan riqueza, actores, políticos etc. Lo primero que hacen cuando tienen excedentes de capital es buscar la manera de cómo demostrar que tienen. es así que empiezan a comprar cosas que no necesitan para parecerle a quien no le interesa. Colecciones de carros de alta gama, casas de altísimos valores, fincas, casas de descanso, yates, aviones, etc , nunca las llegarán a utilizar, no las usan ni las prestan, pero sí las muestran; “eso es lo que se llama ostentación extravagante”

 

Es posible que tanto nuestros tesoros en la tierra como nuestros tesoros en el cielo puedan involucrar dinero y otras cosas materiales.

Las posesiones que se usan de manera sabia, amorosa, voluntaria y generosa para los propósitos del reino pueden ser un medio de acumular posesiones celestiales. Sin embargo, cuando se atesoran y almacenan no solo se convierten en un obstáculo espiritual, sino que están sujetas a perderse por medio de la polilla, el orín, y los ladrones.

Nada que poseamos está completamente seguro de la destrucción o el robo. E incluso si mantenemos nuestras posesiones perfectamente seguras durante toda nuestra vida, sin duda nos separaremos de ellas en la muerte. ¡Muchos millonarios serán indigentes celestiales, y muchos indigentes serán millonarios celestiales!

Pero cuando nuestro tiempo, nuestra energía y nuestras posesiones se usan para servir a los demás y promover la obra del señor, edifican recursos celestiales que son totalmente libres de la destrucción o del robo. Allí ni la polilla ni el orín corrompen, y… ladrones no minan ni hurtan. La seguridad celestial es la única seguridad absoluta.

Jesús pasa a señalar que las posesiones más preciadas de una persona y sus motivos y deseos más profundos son inseparables, “porque donde esté vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón”, o estarán en la tierra, o estarán en el cielo. Es imposible tener el uno en la tierra y el otro en el cielo, La Biblia dice en Santiago 4:4

Como siempre, el corazón primero debe de ser recto. Es más, si el corazón es recto, todo lo demás en la vida cae en su lugar apropiado. La persona que está bien con el señor será generosa y feliz al dar para la obra de Dios. De igual manera, un individuo que es codicioso, indulgente consigo mismo, y tacaño tiene buen motivo para cuestionar lo que la palabra de Dios dice acerca del dar y su relación con el señor.

 

Ojo con esto que le voy a decir:

“El señor Jesús ¡NO! Está diciendo que si ponemos nuestro tesoro en el lugar correcto nuestro corazón estará entonces en el lugar correcto; SI NO Que la ubicación de nuestro tesoro indica dónde se encuentra ya nuestro corazón”

Los problemas espirituales siempre son problemas del corazón. Las acciones pecaminosas vienen de un corazón pecaminoso, así como las acciones justas vienen de un corazón recto.

¿Quieres ver un avivamiento en IFran?. Este no depende de la cantidad de personas que lleguen sino de cómo está tu corazón. Cuando el pueblo de Israel empezó su proceso del regreso a su tierra lo primero que ellos hicieron fue volverse a la palabra de Dios, Cuando el pueblo oyó la palabra de Dios por medio de Nehemías, el pueblo quedó convencido de su pecado, comenzó entonces a alabar a Dios, y decidió empezar a obedecerle y a apoyar fielmente la obra del templo

Un verdadero avivamiento siempre estará afectado por los recursos económicos y materiales que cada creyente está dispuesto a ofrecer.

Cuando el tabernáculo se estaba construyendo, “vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Jehová para la obra del tabernáculo de reunión” fue así que el rey David expresó en 1º Crónicas 29: 9-11.

 

¿Ud, recuerda en el avivamiento de pentecostés en hechos de los apóstoles que pasó?

Hechos 2:44-47 (naranja).

El Principio de Dios para su pueblo siempre ha sido: “honra a Jehová con tus bienes y con tus primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus Lagares rebosarán de mosto. El señor Jesús afirmó: “dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; Por qué con la misma medida con que medís, os volverán a medir. El apóstol Pablo asegura que el que siempre escasamente también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

Esa es la fórmula de Dios para ganar dividendos que estén garantizados y sean permanentes.

Conclusión

Hacer tesoros en el cielo parece referirse también a cosas tales como:

El desarrollo del carácter semejante al de Cristo, ya que todo lo que podemos llevarnos al cielo es nuestro propio ser.

El aumento de la fe, esperanza y caridad, ya que todas dijo el apóstol Pablo permanecen, crecimiento en el conocimiento de Cristo al que un día veremos cara a cara.

El esfuerzo activo mediante la oración y un estilo de vida que lleve testimonio.

Presentar a otros a Cristo para que puedan también heredar la vida eterna; y el uso de nuestro dinero en causas cristianas que es la única inversión cuyos dividendos son perdurables.

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Predicaciones por el Pastor César Muñoz Iglesia Familiar de Restauración IFRAN

¿Dónde está tu tesoro?

📖 Mateo 6:19-21

🗓05 de Mayo de 2024