El amor es la única esperanza

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Introducción
La motivación recae sobre la base del deseo. Para que alguien ore póngame atención para que alguien ore debe desear la oración, para orar como requiere en las escrituras a de crearse un gran deseo de hacerlo. La oración no es un monologo, la oración no es repetir, la oración no es rezar, rezar es repetir oraciones consigo mismo, no es algo mecánico que hacemos simplemente por cumplirle a Dios. La oración tampoco es un ejercicio religioso, la oración no es simplemente pedirle un favor a Dios, tampoco es una válvula de escape para aliviar conciencia, tampoco es usar a Dios como bombero, solamente cuando estamos en apuros, solamente cuando tenemos necesidad, solamente cuando queremos adquirir algo entonces necesitamos la intervención poderosa de Dios, alguien decía la oración no es para torcer la voluntad de Dios, es para torcer mi voluntad a la voluntad de Dios.
Mis amados la oración es la más importante y principal arma del cristiano, la oración es vital para la vida de un cristiano, mis amados un cristiano que no ora es un cristiano derrotado, yo no sé, yo sigo pensando todavía que me invente una frase, todavía no me ha aparecido el dueño de esa frase, una iglesia que no evangeliza es una iglesia que tiene tendencia a morir, pero una iglesia que no ora ya está muerta.
La oración es lo que realmente nos mantiene en plena comunión con Dios, por lo cual nosotros somos llamados a desarrollar oración permanente con Dios, diariamente, así como usted desayuna, almuerza, come, unos toman onces, otros toman nueves, así de esa manera debemos alimentarnos, la oración aparte de ser de manera individual, personal también debe de ser congregacional.
Voy a decirle algo: lo que más le agrada a Dios es la oración congregacional. Lo que más le agrada a Dios es cuando tú te reúnes con un grupo para orar juntos en la búsqueda de un proyecto comunitario, en la búsqueda del propósito de Dios para nuestras vidas, cuanto usted se reúne como iglesia es cuando realmente hay un sentir de buscar el rostro de Dios.
Cualquier persona que se pone a orar quiere saber la clase de Dios al que se dirige. Quieres saber en qué clase de atmósfera se oirán sus oraciones.
¿Estará orando a un Dios mezquino al que hay que sobornar para que le conceda su peticion?
¿Estará orando a un Dios sarcástico?
¿Estará orando a un Dios cuyo corazón es tan amable y amoroso que está más dispuesto a darnos de lo que nosotros estamos a pedirle?
El señor Jesús vino a una nación que amaba la oración, había un dicho rabínico que decía, “Dios está tan cerca de sus hijos como lo está el oído de la boca”
Los seres humanos apenas podemos oír a dos personas que están hablando al mismo tiempo; pero Dios, si todo El Mundo le estuviera invocando al mismo tiempo, oiría el clamor de cada uno. El señor Jesús se había educado en el amor de la oración y en la predicación del sermón del monte lo deje ver claramente.
Amar a los demás del mismo modo que Dios quiere que amemos requiere antes que nada hacerlo sin arrogancia moral, sin criticar de forma descuidada, y sin condenar a otros de manera inmisericorde.
Mateo 7:7-12
Aquí tenemos la conclusión del tema principal del sermón del monte, que es darnos las normas de vida en el Reino. Jesús ha dado las normas relacionadas con uno mismo, con la moral, con la religión, con el dinero y las posesiones. Y en el texto de hoy concluye dándonos las normas sobre las relaciones humanas que comenzaron en los versículos 1 al 6.
Este pasaje encierra el lado más positivo sobre las relaciones humanas adecuadas.
Amar a los demás del mismo modo que Dios quiere que amemos requiere antes que nada hacerlo sin arrogancia moral, sin criticar de forma descuidada, y sin condenar a otros de manera inmisericorde. Si esa actitud está presente, tiene que eliminarse de nuestras vidas.
No ser injustamente críticos con una persona no es lo mismo que amarla, pero es absolutamente necesario antes que pueda existir el verdadero amor. El amor es mucho más que algo negativo, es muchísimo más que simplemente no desear mal a otros ni hacerles algo malo. “La simple ausencia de odio y de mala voluntad no constituye el amor”
El lado positivo del amor es el lado activo, es el lado productivo, el lado que resulta en la verdadera medida y prueba del amor. Esto no se ve en lo que nos abstenemos de hacer sino en lo que hacemos – 1ª Corintios 13:4-7
La esencia, la clave de la verdadera expresión de amar está en el versículo 12 del Evangelio de Mateo capítulo 7 Esta es la regla de oro del amor cristiano.
En esta parte del discurso el señor Jesús nos da 3 razones para obedecer el mandato de amar a otros como a nosotros mismos.
1. LA PROMESA DE DIOS A SUS HIJOS
Aquí podemos leer una de las promesas más grandes y completas del señor para quienes le pertenecen, para los que son sus hijos y ciudadanos del reino. A la luz de esta gran promesa podemos sentirnos libres para amar por completo a los demás y sacrificarnos totalmente por otros, porque nuestro padre celestial establece el ejemplo en su generosidad para con nosotros, y promete que tenemos acceso a su tesoro eterno e ilimitado a fin de satisfacer tanto nuestras propias necesidades como las de los otros. Podemos hacer por otros lo que queremos que ellos hagan por nosotros sin temor de agotar los recursos divinos y que no quede nada más.
Déjame que podamos entender esto: Los versículos 7 al 11 forman un puente perfecto entre la enseñanza negativa acerca de un espíritu crítico y la enseñanza positiva de la regla de oro del ver. 12.
Aunque hemos sido limpiados de nuestro pecado- habiéndonos quitado la viga de nuestro ojo necesitamos sabiduría divina para saber cómo ayudar a que un hermano quite la paja de su ojo y sin la ayuda de Dios no podemos estar seguros de cuáles son los perros o los cerdos con los lobos vestidos de oveja que son los falsos profetas y apóstatas a quienes no debemos ofrecer las cosas santas y preciosas de la palabra de Dios.
De las muchas cosas por las cuales debemos pedir, buscar, y llamar, la sabiduría de Dios debe estar entre nuestras mayores necesidades. No podemos discernir y discriminar sin el Consejo divino de nuestro padre celestial; y el medio principal para lograr tal sabiduría es pedirla en oración, así no lo dejas saber el Pastor Santiago en 1:5
En este texto el predicador del sermón del monte en realidad está diciendo: “si queréis sabiduría para saber cómo ayudar a un hermano pecador y para poder discernir la mentira y la apostasía, acudid a vuestro padre celestial. Pedid, buscad, y llamar a las puertas del cielo, y recibiréis, encontrareis, y se te abrirá la puerta”
Los versículos 7 y 8 yo quiero que usted lo tenga bien claro no son un cheque en blanco para que cualquier persona lo presente a Dios:
- esta promesa es válida solo para creyentes,
Todo aquel se refiere a aquellos que pertenecen al padre celestial. Los que no son hijos de Dios no pueden llegar a él como su padre. Las dos relaciones básicas enfocadas en el libro de Mateo son las del Reino de Dios y la familia de Dios.
El concepto del reino trata con el gobierno, y el concepto de familia trata con la relación. En el sermón del monte el enfoque principal está en la familia de Dios y a compañeros creyentes como hermanos.
Hay dos realidades muy importantes que no podemos perder de vista que conforman la verdad cristiana: 1- que Dios es nuestro padre y 2- que los cristianos son nuestros hermanos. Los creyentes son la familia de Dios.
- La obediencia,
aquel que reclama esta promesa debe estar viviendo en obediencia a su padre 1ª Juan 3:22
- Nuestro motivo para pedir debe de ser correcto,
el apóstol Santiago dice en el capítulo 4:3 Dios no se obliga a responder peticiones egoístas y carnales de sus hijos.
En el versículo 7 Jesús manda: Pidan, busquen y llamen. Esto es lo que se requiere para recibir la sabiduría divina que pedimos en oración. Tienes que tomar estos sencillos pasos. ¿Por qué? Porque si no lo haces, ¡no recibirás! No recibes porque no buscas. No recibes porque no llamas a Su puerta. ¡Es muy simple! Si quieres sabiduría divina, entonces pide, busca y llama.
Es importante notar que estos tres verbos (pedir, buscar y llamar) se encuentran en la forma verbal que corresponde al presente. Lo cual significa que Cristo quiso decir que no es cuestión de una sola vez, sino es una acción continua.
En realidad, estaba diciendo: pide y sigue pidiendo, busca y sigue buscando, llama y sigue llamando. ¡No te des por vencido en tu búsqueda! Él establece claramente que no puedes obtener esta sabiduría a menos que persistas en la oración. Si vienes con indiferencia a presentar tu petición, no la recibirás. El tiempo verbal presente muestra que tiene que ser una decisión voluntaria y deliberada, y que tienes que tomarla continuamente. Busca a Dios. Él quiere que demuestres que dependes de Él continuamente.
Segunda razón para obedecer el mandato:
2. EL MODELO DE DIOS PARA SUS HIJOS.
La Biblia dice en Efesios 5:1-2 Si afirmamos ser hijos de Dios, la naturaleza divina de reflejarse en nuestras vidas, imperfectas como todavía son. El señor Jesús procedí aquí a mostrarnos algo de cómo es el amor del padre celestial.
La garantía que Jesús nos da se encuentra en los versículos 9 y 10 donde básicamente dice: No te haré daño. Te hago una promesa. Si pides pan, no te daré una piedra. Esa es una garantía muy importante que los creyentes deben entender. ¿Por qué? Porque a veces los creyentes me preguntan, “Si digo ‘Señor, te entrego todo’. ¿Me obligará a hacer algo que detesto?” ¡No! Él no hará eso. Tal vez te pida que hagas algo difícil para el cual necesitarás Su fortaleza para lograrlo, pero no te obligará a hacer algo que te hará daño. Si el Señor te instruye que hagas algo, eso será lo mejor que puedes hacer o lo mejor para tu vida. Puedes estar seguro de que no te hará daño. En Lucas 12:32, Cristo afirma a los discípulos: “No temas, rebaño pequeño, porque el Padre de ustedes ha decidido darles el reino”. Él desea darte las bendiciones de Su reino mucho más de lo que tú deseas recibirlas. El Padre se preocupa por tu familia y por ti.
La muestra de amor, generosidad y misericordia está en el versículo 11 qué pensaría que es la base de todas las garantías: “Pues si ustedes, siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que Le piden?”
Entonces, ¿cuáles son las cosas buenas que debemos pedirle? En el contexto de este sermón, Él quiere que tomes decisiones sensatas. Quiere que sepas cómo y a quién debes ministrar la verdad. Estas son algunas de las cosas buenas que Él quiere darte. El resto de estas cosas buenas son el resultado de Sus grandes y preciadas promesas.
Jesucristo quiere hacer una simple comparación entre estas palabras. Compara el cuidado paternal de Dios con el cuidado que tenemos por nuestros hijos. Observa que Cristo llamó a los discípulos malos, lo cual se refiere a nuestra naturaleza pecaminosa. Jesús dijo que eso eres. Lo único bueno que hay en mi es lo que proviene de la nueva naturaleza que Él me da y el poder del Espíritu Santo que me capacita para ponerlo en práctica. Pero, si somos malos y aun así queremos hacer cosas beneficiosas por nuestros hijos, ¿cuánto más es Su amor y bondad hacia nosotros? ¡Qué gran comparación! Ningún padre se sienta a pensar: “¿Cómo puedo destruir la vida de mis hijos?” Eso ni siquiera pasa por la mente de un padre en sus cinco sentidos. El saber esto de nosotros mismos y de Dios sirve para magnificar Su bondad aún más. La relación más naturalmente desinteresada entre seres humanos en la de los padres con sus hijos. Somos más propensos a sacrificarnos por nuestros hijos, incluso hasta el punto de entregar nuestras vidas, que por cualquier otra persona en El Mundo. Pero el amor paternal humano más grande no puede compararse con el de Dios.
No hay límite para lo que nuestro padre celestial nos dará cuando le pedimos en obediencia y de acuerdo a su voluntad. La verdad que el señor Jesús proclama aquí es que si los padres humanos imperfectos y pecadores dan a sus hijos de manera tan dispuesta y libre los elementos básicos de la vida, Dios los extenderá infinito en medida y en beneficio. “Por eso es que los hijos de Dios somos bendecidos, con toda bendición espiritual”
IFRAN, Si queremos que Dios nos trate con amorosa generosidad como sus hijos, debemos tratar así a los demás, porque somos portadores de la imagen del padre celestial.
La tercera razón para obedecer el mandato:
3. EL PROPOSITO DE DIOS.
El amor perfecto del padre celestial se refleja más en sus hijos cuando estos tratan a los demás como ellos mismos quieren ser tratados.
Dentro de un incrédulo no hay capacidad para amar del modo en que Jesús manda aquí. Los no creyentes pueden realizar muchas cosas éticas, e incluso de vez en cuando pueden acercarse al nivel de estas normas de éticas más elevadas. Pero no pueden mantener ese desinterés porque no tienen el recurso divino necesario para vivir de manera regular y habitual en ese plan.
El versículo 12 del capítulo 7 podría decirse que es una paráfrasis del segundo gran mandamiento: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
El modo en que debemos tratar a otros no debe determinarse por cómo esperamos que nos traten ni cómo creemos que deberían tratarnos, sino por cómo queremos que nos traten.
El problema básico del hombre es la preocupación por sí mismo lo acosa de manera innata el narcisismo. En el análisis final todo pecado resulta de la preocupación por nosotros mismos. Pecamos porque somos totalmente egoístas, totalmente dedicados a nosotros mismos en lugar de dedicar nuestra vida adiós y ayudar a los demás. Un ser humano no regenerado no puede estar a la altura de esta norma tan tremenda e importante en la vida del creyente que es el amor desinteresado el amor que ama a los demás como a sí mismo y que trata a otros de la misma manera que queremos que nos traten.