El Sermón del Monte y la Ley - Parte 1

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Propósito:
“DIOS, promete su gracia y todo bien a quienes cumplen sus mandamientos.”
Introducción:
Me pareció prudente dentro del estudio que estamos haciendo del Sermón del monte detenerme por un momento y volver al lugar de los comienzos.
El fundamento mas importante de todo creyente en Cristo Jesús Señor nuestro es la santa palabra de Dios, toda, ¡que dije?! ¡TOOODA! Desde Genesis1:1 hasta Apocalipsis 22:21.
En ella encontramos que Dios nos habla de muchas maneras; por medio de las circunstancias, por su palabra, por la iglesia, por el Espíritu santo Y a todas estas debemos atender cuidadosamente; pero yo podría decir que nunca habló, en momento alguno, como cuando dió los Diez Mandamientos.
Dios había dado antes esta ley al hombre; estaba escrita en su corazón, pero el pecado la desfiguró tanto que fue necesario revivir el conocimiento de ella. La ley es espiritual, y toma conocimiento de los pensamientos, deseos y disposiciones secretas del corazón.
Su gran exigencia es el amor, sin el cual la obediencia externa es pura hipocresía. Requiere la obediencia perfecta, infalible, constante; ninguna ley del mundo admite la desobediencia.
La Biblia dice en Santiago 2 que Cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Omitir o variar algo en el corazón o en la conducta, en pensamiento, palabra u obra, es pecado y la paga del pecado es muerte.
Para Israel la observancia de la ley y su justicia era un acto moral y ético, era un acto de conducta más que una obligación; pero para el cristiano de hoy la observancia de la ley, debe ser un gozo.
Los seres humanos convertidos o impíos siempre tenemos formas de ver las cosas, y raras veces coinciden, por ejemplo en la aplicación de los diez mandamientos todo depende de la óptica como se vean como ley o como preservación; como ley son una carga y siempre se busca como evadirlos o argumentarlos y muchas veces se cree que solo se cumplen cuando nos ven. Cuando los vemos como preservación los vemos como ese cuidado que el autor, “Dios Jehová de los ejércitos” tiene para con nosotros es la muestra de su amor, por lo tanto se convierten en gozo y son mandatos espirituales; “se cumplen en mi interior y se reflejan en mi exterior.”
Y lo más importante depende de a que Dios vemos o en que Dios creemos y tú como creyente debes evaluar esa pregunta:
¿crees en un dios circunstancial?, ¿crees en un dios emocional?, ¿crees en un dios bombero “apagaincendios”? o crees en el Dios de la Biblia, en el Dios de los cielos, “EL ELOHIM”, el
todo poderoso, grande, fuerte, sublime y temible, lento para la ira y pronto en misericordia, omnisciente, omnipresente, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, para los que creemos en ese Dios, los diez mandamientos son gozo, cuidado y amor incondicional.
Los diez mandamientos se dividen en dos grandes grupos:
a. Primer grupo: del 1º al 4º mandamiento: Deber hacia Dios; Mt 22.37, 38
b. Segundo grupo: del 5º al 10º mandamiento: Deber hacia nuestro prójimo; Mt 22.39.
De esta simple observación se puede concluir que nuestro amor a Dios debe ser de todo corazón: nuestro amor a nuestro prójimo debe ser sin egoísmo.
PRIMER MANDAMIENTO: “No tendrás dioses ajenos delante de mí”.
El Apóstol Pablo hace una referencia para la iglesia de hoy en Romanos 1: 21-25
La Idolatría fue siempre el tendón de Aquiles del pueblo de Israel. El mensaje contra la idolatría fue siempre la advertencia desde Moisés hasta el Profeta Malaquías, y entrados al Nuevo Testamento sigue la advertencia para el Pueblo de Dios.
Jesucristo dijo: “No podéis servir a dos señores.”, “NO podéis servir a Dios y a Mamon.” También el Apóstol Pablo en varias ocasiones dijo: “¿Que comunión tiene Dios y los ídolos, o la luz con las tinieblas?”
Hoy día el problema de la idolatría sigue siendo el pecado que divide o limita la comunión entre Dios y su pueblo. Hoy por hoy la idolatría se da en varios sentidos. De tal manera que hasta los mismos guías espirituales vienen a ser objeto de idolatría para los feligreses. Nadie ni nada debe tomar o robar el lugar de Dios en nuestras vidas, es la consigna ante el peligro de la idolatría de hoy día.
¿Qué podemos decir de los dioses de la nueva era? ¿De los ídolos de Hollywood? ¿De los líderes políticos? ¿De los líderes religiosos? ¿De nuestra pareja? ¿De nuestros hijos? ¿U objetos materiales o monetarios?, cualquier cosa que sustituya a Dios en nuestra vida es materia de idolatría, por lo que hay que descartarla sin darle espera, cuando el Espíritu Santo te redarguye debes hacerlo inmediatamente.
Nuestro corazón debe estar apegado solamente al Dios vivo, al rey de reyes y señor de señores. Si el pecado no puede separarnos del amor de Dios, nada, ni nadie lo podrá hacer. Todo objeto o sujeto que viene a tomar el lugar de Dios en nuestras vidas es asunto de idolatría.
Pregúntate honestamente, ¿Qué cosa, o persona, está tomando el lugar de Dios en tu Vida?, Si encuentras respuesta a esa pregunta, lo único que queda por hacer es renunciar a esa actitud, y regresa a tu primer amor que es Dios en la persona de Jesucristo. Apo.2:5 DICE: Recuerda, por tanto, de donde has caído y…
SEGUNDO MANDAMIENTO: “No te harás ídolos o imágenes para postrarte y adorarlas”.
El anterior mandamiento tiene relación con este segundo. El primero tiene que ver con lo que nos rodea, ahora, este tiene que ver con nuestra imaginación, Y por ende nuestra acción.
Cuando hemos sido influenciados por la idolatría, el segundo paso es la de fabricar o tallar imágenes.
Algunos practicantes de la idolatría fomentaban postrarse ante piedras talladas, recordemos el caso de Arón, quien fabrico un ídolo frente al Monte Sinaí. La ira de Dios no se dejó esperar por mucho tiempo. De allí en todo el peregrinar hacia la tierra prometida estaba siempre la sentencia y advertencia contra la idolatría, Pablo en su carta a los corintios le llama a la idolatría fornicación.
En el nuevo testamento se menciona mucho a varios dioses de la mitología griega, a quienes se les veneraba. En los evangelios se cita al dios de las riquezas, Mamon; al dios de la sanidad, escolapio, y otros. También se advertía contra la adoración a ángeles o mensajeros, en el caso de la carta a los gálatas, se les decía: si un ángel bajare del cielo con otro evangelio, del cual hemos predicado, el tal sea anatema.
También debemos aclarar que el pecado de la idolatría no se manifiesta necesariamente de una forma exterior, porque los ídolos pueden encontrarse instalados en nuestro propio corazón. No en vano los apóstoles pronunciaron advertencias en tal sentido.
Por ejemplo, el apóstol Juan en su primera carta 5:21 dijo: Hijos, guardaos de los ídolos. Y el apóstol Pablo en su primera carta a los Corintios 10:14, dijo: Por tanto, amados míos, huid de la idolatría. Muchos no adorarían a Baco, el dios del vino de las antiguas fiestas romanas y griegas de la antigüedad, pero adoran la botella, cayendo en el alcoholismo.
Otros adoran a Afrodita, diosa del sexo. Otros al dinero. Cualquier cosa a la que entregues tu tiempo, tu corazón y tu propia alma, se convierte en tu dios, en tu ídolo. Y Dios dijo que no deberíamos tener otros dioses fuera de Él.
En el aspecto espiritual, religioso, es menester tener un día especial de la semana para dedicarse al área espiritual, en la comunión con Dios. Este día es de mucho beneficio; pues recuperan las fuerzas o energías desgastadas y se renuevan para seguir la labor escogida.
TERCER MANDAMIENTO: “No tomarás el nombre de Dios en vano”.
Hoy día son muchos los que acostumbran innecesariamente a jurar por Dios. Para hacer ver como valedera su palabra.
Cuando la palabra personal es válida no hay necesidad de incluir a nadie, ni a Dios en nuestras promesas.
Para mí la palabra vale mucho y va mucho más allá de cualquier acto. Lamentablemente hoy no se cree en la palabra personal, por lo que se ha acudido a tener que firmar documentos ante abogados y notarios.
La Biblia dice que Dios no da por inocente al malvado, ni porque jure por su nombre. Los antiguos Israelitas le tenían mucho respeto al nombre de Dios. Los únicos que podían usar el nombre del señor eran los mensajeros, o profetas que predicaban en el nombre de Él. Los profetas falsos tenían una sentencia al ser descubiertos en su falsedad.
También se condenaban la actitud de algunos profetas que querían desviar o confundir del camino al pueblo para llevarlos a adorar a otros dioses.
Así como hubo falsos profetas en el Antiguo Testamento, también lo hubo en el Nuevo Testamento, y los hay en este tiempo, en Hechos Cap. 20:29 Pablo los llama Lobos rapaces, Jesús los menciono en sus predicas como salteadores asalariados, Jn.10
Hoy no es la excepción, los llamados iluminados y falsos apóstoles, que hacen de la grey mercadería para sus ganancias personales. Predican en el nombre de Dios, engañando a las ovejas sin pastor. Ya Jesús los había denunciado en Mateo 7: 20-23
Pablo los llama hombres amadores de sí mismos. Y todos estos actúan en el nombre de Dios, o de Jesucristo, haciendo mucho daño al pueblo de Dios y a la humanidad. Son Instrumentos de Satanás.
No tomar el nombre de Dios en vano es no aprovecharse de las ovejas y de la humanidad utilizando el nombre del Señor. En toda la historia de la humanidad hasta nuestros días ha habido personas e instituciones que se han aprovechado económicamente diciendo cosas en el nombre de Dios, pero Dios jamás les ha dicho a ellos nada. (Mat. 7:23)
Su recompensa será el lago de fuego eterno donde estarán Satanás y sus huestes. Últimamente se han desatados legiones de seudo predicadores, profetas, apóstoles, maestros, aprovechándose de la ingenuidad y de las necesidades emocionales y espirituales de las personas, y todos ellos lo hacen en el nombre de Dios. Por eso la sentencia es “No tomarás el nombre de tu Dios en vano”. Como se dijo anteriormente ya les espera su castigo.
CUARTO MANDAMIENTO: “Acuérdate del día de reposo”.
Este mandamiento viene desde Génesis capitulo uno, cuando Dios termina toda la obra de sus manos. Dice las escrituras que “Dios reposo de sus obras”.
Y en el séptimo día completó Dios la obra que había hecho, y reposó en el día séptimo de toda la obra que había hecho. Y bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que Él había creado y hecho. “Génesis 2:1-3”
¿A que se refería Dios Jehová con Séptimo día?:
En la Biblia, el número siete representa lo completo y perfecto. Sin duda el más grande trabajador que ha existido se llama Jehová de los ejércitos. Después que descansó siguió y sigue trabajando. Jesucristo dijo que mientras el día dura es necesario trabajar porque la noche viene cuando nadie podrá trabajar.
Decir que Dios descansó no quiere decir que dejó de actuar, sino que dio por bien lograda su obra. En el evangelio de Juan dice 5.17.
En la actualidad, el Padre sigue trabajando en pro de la conversión del pecador. El espíritu Santo sigue trabajando en la tarea de redargüir al pecador a que regrese a la fuente de vida que es Cristo.
Es necesario que el hombre se dedique a una labor y que repose el día séptimo.
En el aspecto espiritual, religioso, es menester tener un día especial de la semana para dedicarse al área espiritual, en la comunión con Dios. Este día es de mucho beneficio; pues recuperan las fuerzas o energías desgastadas y se renuevan para seguir la labor escogida.
Ahora bien, escúcheme: “lisen to mi” jeje, Al pueblo de Israel se le reguló este día atraves de la palabra Shabat, este término tiene varias connotaciones. “Shabat en hebreo significa literalmente descanso”. Shabat, erróneamente se tradujo a la palabra sábado, sábado viene de la palabra Saturno, pero en su original Shabat simplemente significa descanso y nunca sábado.
Finalmente, este mandamiento tiene una profundidad teología en la persona del salvador del Mundo, nuestro Señor Jesucristo. La carta a los hebreos en el cap. 10 es una clara protesta del autor hacia el pueblo, denuncio que Dios estaba cansado de sus días de fiestas y sus sacrificios.
El SHABAT y no el sábado, en todo el canon del Antiguo testamento fue una sombra de nuestro redentor Jesucristo, solo en él se podría reposar de nuestras obras y pecados. Ese fue el reposo anunciado anticipadamente. Existe un nuevo reposo para el pueblo de Dios, ¡Jesucristo!