El valor del Arrepentimiento
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Introducción
En medio de estos tiempos acelerados donde los días no alcanzan se ha vuelto viral la palabra cortina de humo; mire.
Los medios que de por sí son amarillistas muestran los problemas de las inundaciones, pero se les olvidó mostrar el problema más grave: “la falta de cultura y sentido de pertenencia”, ud se come un dulce, se toma una gaseosa y ¿a dónde va ese vaso o ese papelito? Al suelo, los escombros generados por las mejoras en las viviendas, las construcciones etc, la poda de los ante jardines, el mal uso del agua potable etc; eso produce las inundaciones que afectan los barrios suburbanos y las carreteras como la autopista norte.
La pésima y paupérrima administración del gobierno, la corrupción, las investigaciones que se le siguen al presidente y su familia se tapan con cortinas de humo como la demanda contra la periodista Vicky Dávila, el caso Pegasus, la cop. 16, las eliminatorias de fútbol, etc.
Y en nuestra vida espiritual también hay cortinas de huma que nosotros mismos creamos:
No hace devocional; no tengo tiempo, tengo mucho trabajo, no voy a la iglesia, no tengo tiempo, tengo que ir a la ciclovía, tengo que llevar a mis hijos a hacer deporte, tengo que hacer los informes de mi trabajo y eso es los domingos.
Pero cuando pasa algo dicen: “¡AY DIOS MÍO, POR QUÉ!”
Producto de todo esto muchos se han apartado de Dios, han perdido la motivación de la búsqueda insaciable de la presencia de Dios.
y….. si no hago devocional, no voy a los G.D.V, no asisto a la iglesia, ¿que podemos decir del arrepentimiento?
“SE HAN OLVIDADO DEL ARREPENTIMIENTO”
El domingo anterior inicié una serie sobre el arrepentimiento. Definimos, que es el arrepentimiento:
El arrepentimiento es un cambio de mente, de actitud. Es abandonar nuestros propios caminos para andar en los caminos del señor; es dejar nuestra confianza en nosotros mismos y en nuestra propia piedad, para confiar plena y exclusivamente en la gracia divina.
Hay quienes se “arrepienten” y lloran, simplemente porque fueron sorprendidos en su maldad; ¿¡y…. si no hubiera sido así!?
nunca hubieran expresado arrepentimiento.
El arrepentimiento no es la vergüenza o el llanto por haber sido descubiertos, es el dolor de descubrir que en nosotros no hay nada bueno, que lo que hay en nuestro corazón nos avergüenza delante de Dios, así nadie más sepa de nuestra maldad. Es volvernos a Dios con un corazón humilde y sincero, para suplicar que su gracia nos cobije, nos perdone y nos haga sus hijos
Compartí la diferencia entre Arrepentimiento y remordimiento: y dijimos
En el remordimiento no hay un verdadero aborrecimiento por el pecado.
Uno puede estar lleno de remordimiento por algo que ha hecho sin sentir demasiado dolor por el pecado mismo.
En tal caso el alma se vuelve sobre sí misma en amargura. No se acude a Dios con juicio propio.
De nada sirve que alguien diga que se arrepiente de sus pecados mientras persiste en los mismos.
Mateo 4:17
Evidencias del arrepentimiento.
Los Puritanos fueron un grupo de reformistas calvinistas que nace en el siglo 16 y rechazaban la iglesia católica y la anglicana en Inglaterra.
Ellos se aseguraban de que sus predicaciones llegarán a lo profundo, rompiendo la tierra rocosa de las almas de sus oyentes.
Sus sermones producían arrepentimiento genuino en sus congregaciones. Y, a través de los años esto produjo cristianos fuertes, maduros y fieles.
“Hoy, sin embargo, la mayoría de las predicas son todo siembra sin arar”.
Un arar profundo no sólo llama la atención a la enfermedad del pecado; llega hasta la causa de la enfermedad. Muchas de las predicaciones que escuchamos hoy se enfocan en el remedio mientras que ignoran la enfermedad. Ofrecen la cura sin conocer la enfermedad. “CORTINAS DE HUMO”
Tristemente, hacemos que la gente piense que han sido sanadas del pecado cuando nunca supieron que estaban enfermos. “puro populismo religioso”
Les venden la idea de santidad con shows, música estridente, reguetón espiritual, discursos motivacionales para que no se cambien de iglesia
Ponen vestimentas de justicia sobre ellos cuando nunca supieron que estaban enfermos. Les instan a que confíen en Cristo cuando ni siquiera saben que necesitan confiar.
C.H. Spurgeon, el poderoso predicador inglés, dijo acerca de la necesidad de arrepentirse: “No entiendo mucho acerca de la fe a ojo seco; sé que vine a Cristo por el camino de la cruz, del llanto…Cuando vine al calvario por fe, fue con gran llanto y súplicas, confesando mis transgresiones, y deseando encontrar salvación en Jesús, y en Jesús solamente.”
Cuando una iglesia es del Señor, puede confiar en el Espíritu de Dios para llevar el mensaje de la ley cada vez que sea necesario.
Si Jesús ve a su pueblo cayendo en un “credo facilista,” él traerá una vez más la vara de la ley sobre ellos, con toda misericordia y gracia.
Quiero decirte algo: el arrepentimiento no se experimenta una vez. No es como un huracán que azota una vez y luego se va en busca de otras tierras. Tampoco experimentamos el arrepentimiento en momentos de crisis, y luego lo convertimos en meras anécdotas.
¡No, el dolor por el pecado debe ser nuestro maestro constante!
“El dolor por el pecado es una lluvia perpetua, la cual para el hombre verdaderamente salvo dura toda la vida…Siempre se siente afligido porque ha pecado…Nunca deja de sentirse afligido hasta que todo el pecado se haya ido.” Efesios 4:13-15
¿Recuerdan las siete iglesias que Juan menciona en Apocalipsis capítulo 2? Entre ellas está la iglesia de Éfeso, una congregación altamente encomendada por Jesús.
Me gusta pensar en nuestra iglesia como si fuera la iglesia de Éfeso. Ese cuerpo de creyentes trabajaba sin desmayar en una de las ciudades más populares del mundo de ese tiempo, en medio de la maldad más vil. La gente vivía sacrificadamente, odiaban el pecado y no aceptaban doctrinas falsas. Estaban fuertes en la fe, amando a Dios con todo su corazón sin importar las tentaciones que Satanás les lanzaba.
Sin embargo, Cristo sabía que había una falla entre esta gente. Y él amaba tanto a esta iglesia, era una lámpara tan brillante a las naciones, que él no estaba dispuesto a dejarla morir.
Así que él les dijo a los efesios, “Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor.” (Ap. 2:4).
Jesús estaba diciendo, “Tú fuego se está apagando! Tu amor por mí que una vez motivaba fidelidad está menguando. Una vez llevabas mi carga por el perdido, pero ahora estás satisfecho con sentarte y escuchar sermones. Estás totalmente envuelto en tus propios intereses, y estás ignorando los míos. Has caído lejos de donde has estado”
Así que….., estás aún encendido por Jesús? ¿Estás aún enamorado de él como cuando le aceptaste? ¿O has perdido interés en lo que a él concierne, abandonando todo ministerio? ¿Tienes muchas cosas en tu vida? Si es así, el Señor te está diciendo, ¡hoy!
“! Tengo algo contra ti, que, ¡Has dejado tu primer amor!”
Él señor dice: “Si rehúsas arrepentirte, si permaneces en tu apatía, te quitaré el candelero. No tendrás influencia entre tu familia, tus colegas, con nadie”
Él nos está diciendo, “Si te arrepientes, te daré vida constante de mi propio ser. Y mientras sigas amándome, proveeré un fluir de vida sobrenatural en ti. Esta vida te será revelada en discernimiento, tu amor por la gente, tus buenas obras para el reino”
Este es el rasgo que distingue a todo cristiano que está verdaderamente enamorado de Jesús. Tal creyente está lleno de vida, y todos a su alrededor lo saben
Jesús promete que tu tristeza piadosa, tu corazón arrepentido y tu nuevo amor por él te llevarán a la vida.
Que tu oración en la presencia de Dios a partir de hoy sea: “Señor, dame un corazón verdaderamente arrepentido. Llévame a quien yo era cuando primero estuve enamorado de ti. Sin embargo, esta vez llévame más allá, ¡más profundo de lo que antes había estado!”
Y mientras te arrepientes, el Espíritu de Dios comenzará a producir en ti una nueva revelación de la gloria de Cristo.
Ahora bien;
¿Cómo puede uno saber que se ha arrepentido lo suficiente?
El arrepentimiento nunca es tan profundo como debiera, pero si un pecador arrepentido se vuelve del yo a Cristo, entonces su arrepentimiento ha tomado la buena dirección.
Encontrará la paz y la bendición al confiarse a Cristo, y al descansar en Su obra consumada para salvación.
Hay personas que piensan que son salvas sólo por haber hecho la oración del pecador en algún momento de su vida.
La Biblia dice en el evangelio de Lucas cap.3: en el ver. 8: Haced, pues, frutos dignos de Arrepentimiento
Los frutos dignos de arrepentimiento se muestran de una manera práctica. Dejas de mentir, de sobornar, de murmurar, de juzgar, de hacer cosas deshonestas. La Biblia lo señala por medio de Juan el Bautista:
Por eso, Juan decía a las multitudes que acudían para que él las bautizara: “¡Camada de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira que vendrá? “Por tanto, den frutos dignos de arrepentimiento; y no comiencen a decirse a ustedes mismos: ‘Tenemos a Abraham por padre,’ porque les digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras. “El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.” Y las multitudes le preguntaban: “¿Qué, pues, haremos?” Juan les respondía: “El que tiene dos túnicas, comparta con el que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.” Vinieron también unos recaudadores de impuestos para ser bautizados, y le dijeron: “Maestro, ¿qué haremos?” “No exijan (No colecten) más de lo que se les ha ordenado,” les respondió Juan.
También algunos soldados le preguntaban: “Y nosotros, ¿qué haremos?” “A nadie quiten dinero por la fuerza,” les dijo, “ni a nadie acusen falsamente, y conténtense con su salario.”
De nada sirve que alguien diga que se arrepiente de sus pecados mientras persiste en los mismos. Un hombre verdaderamente arrepentido no solo confiesa sus pecados, sino que los abandona. El autor de proverbios dice en el capítulo 28: 13-14
Entre otras señales de verdadero arrepentimiento observaremos una buena disposición a hacer restitución a cualquiera que haya sido perjudicado.
En la gran mayoría de los casos se busca perdonar y ser perdonados.
¿Uds? ¿ recuerdan a Zaqueo?, Este es un caso de dar frutos dignos de arrepentimiento.
Cuando el Señor Jesús respondió con tanta gracia a su deseo de verle, y llevó la salvación a su casa, Zaqueo dijo: «si en algo he defraudado a alguno, se lo devolveré cuadruplicado» (Lc. 19:8).
Alguien me preguntó en una ocasión:
Si alguien muere no arrepentido, ¿habrá alguna posibilidad de que se arrepienta después de la muerte?
Es la bondad de Dios la que lleva al arrepentimiento (Ro. 2:4).
Cuando alguien muere en sus pecados, sale para siempre de la esfera en la que está activa la bondad de Dios. No hay nada en el infierno para cambiar el corazón del hombre. La Escritura muestra claramente que “ahora es el día de salvación”. Es en esta vida que quedan fijados nuestros destinos eternos.
En Lucas 16 se nos muestra que el rico en el infierno desea que sus hermanos sean advertidos. Dice él: «si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán». Los perdidos en el infierno se dan cuenta que su oportunidad para arrepentirse se ha desvanecido para siempre.