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Haciendo posible lo imposible - Parte 2

Prédica Haciendo posible lo imposible Parte 2

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No quiere decir que haciendo estas cosas nos vamos a convertir en hijos de Dios, sino más bien, como ya somos hijos de Dios, somos llamados a imitarlo en todo, y demostrar su amor que ya hemos recibido, dando de gracia, sin esperar nada a cambio, de lo que él nos ha dado.

Mateo 5:43-48

El domingo 10 de septiembre hablamos de los significados del amor.

Dijimos que eran 4:

Storgue: estas palabras son las más características de la familia amor. Son las que describen el amor de los padres a los hijos y de los hijos a los padres.

Eros: esta palabra describe el amor entre un hombre y una mujer, siempre conlleva pasión y es siempre el amor sexual.

Filein: Estas son las palabras griegas más cálidas y mejores para el amor, describen el amor verdadero, el verdadero afecto.

Agape: es el amor a pesar de, esta palabra indica benevolencia inconquistable una buena voluntad invencible.

Si miramos un ser humano con ágape, esto quiere decir que no importa lo que esa persona nos haga, o como nos trate; no importa que nos insulte o injurie u ofenda: no dejaremos que nos invada el corazón ninguna amargura contra ella, sino que la seguiremos mirando con esa benevolencia inconquistable y esa buena voluntad que no procurará sino su bien supremo.

Agape no quiere decir un sentimiento del corazón, que no podemos evitar, y que no sucede sin quererlo ni buscarlo; lo que quiere decir es que es una decisión de la mente mediante la cual conseguimos esta inconquistable buena voluntad aún para los que nos hacen daño u ofenden. Agape ha dicho alguien, “es el poder de amar a los que no nos gustan y a los que no les gustamos”.

De hecho, solo podemos tener “Agape”, cuando Jesucristo nos permite conquistar nuestra tendencia natural a la ira y al resentimiento, y lograr esta buena voluntad invencible para con todo El Mundo

El señor Jesús estableció este tipo de amor como la base para las relaciones personales. La gente usa este pasaje como una base para el pacifismo y como un texto en relación con las relaciones internacionales. Por supuesto que lo incluye todo, pero lo primero y principal es que se refiere a nuestras relaciones personales con nuestra familia y con nuestros vecinos Y con las personas que encontramos en nuestra vida diaria, esto es con nuestro prójimo.

El mandamiento que el Señor Jesús quiere que tu y yo pongamos en práctica, es el mandamiento en el que tengamos que decir: “esto va para mi primero”.

Debemos notar que este mandamiento es solo posible para un cristiano. Solo la gracia de Jesucristo puede capacitar a una persona para tener esta inconquistable benevolencia y esta buena voluntad invencible en sus relaciones personales con otros.

Solo cuando Cristo vive en nuestros corazones llega a morir la amargura y brota este amor a la vida. Se dice a menudo que este mundo sería perfecto con que solo la gente viviera según los principios del sermón del monte; pero el hecho escueto es que nadie puede ni empezar a vivir según estos principios sin la ayuda de Jesucristo. Necesitamos a Cristo para que nos capacite para obedecer el mandamiento de Cristo.

Este mandamiento implica que nosotros como cristianos debemos hacer algo por los que no lo merecen, por los que no somos capaces de amar, por los que tenemos esa tendencia natural a odiar, a menospreciar y a querer asesinar: “se nos manda a orar por ellos”; nadie puede orar por otra persona y seguir odiándola. Cuando se presenta ante Dios con la otra persona que tiene la intención de odiar, algo sucede. No podemos seguir odiando a nadie en la presencia de Dios. La manera más eficaz de acabar con la amargura es orar por la persona que estamos tentados a odiar

 

Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”, Como hemos reflexionado antes, esto solo lo puede hacer el cristiano, el que no busca represalias, que no responde las ofensas y agravios personales con odio y amargura, pues ha muerto a sí mismo, y es capaz de caminar más de lo que le obligan llevando una carga, no está preocupado por sí mismo, y de acuerdo a esta última declaración, ama a estas personas que no son muy amables con él; y ha comprendido que su deber es amar al prójimo, incluso cuando este sea su enemigo.

No trata a los demás dependiendo de lo que sean o han hecho. Pues saben que todos cometemos pecados, y solo los redimidos hemos escapado del lazo del diablo por la voluntad de Dios, los demás siguen cautivos.

Por eso no se llenan de enojo y amargura ante las ofensas y persecuciones que puedan sufrir; en lugar de ello, demuestran el amor de Dios al prójimo procurando su bienestar, haciéndoles el bien que puedan, orando por ellos que Dios tenga misericordia y les de arrepentimiento para vida. No devuelven mal por mal ni maldición por maldición, sino venciendo el mal haciendo el bien, Pedro 3:9-12

Esto solo es posible, cuando podemos realmente vivir el amor recibido del señor Dios y padre (Juan 3:16) es lo que dice el Señor en el siguiente verso.

Ojo, no quiere decir que haciendo estas cosas nos vamos a convertir en hijos de Dios, sino más bien, como ya somos hijos de Dios, somos llamados a imitarlo en todo, y demostrar su amor que ya hemos recibido, dando de gracia, sin esperar nada a cambio, de lo que él nos ha dado.

La razón de amar a nuestro prójimo no es porque es buena gente, porque nos agrada, nos trata bien, nos da cosas o hace cosas por nosotros. La razón de amar al prójimo es porque somos hijos de Dios que demuestran el amor de su padre celestial a todos, tal como él mismo lo hace.

 

Esta verdadera justicia que es el amor al prójimo se hace solamente con el amor de Dios, No con el amor egoísta que hemos aprendido del mundo pecador que solo busca lo suyo, su propio beneficio y ventaja. No con el amor idealista y sentimentalista de las novelas o ideologías de “paz y amor” o “tolerancia” que nos venden los medios de comunicación y la sicología, donde por ejemplo no hay que castigar al niño para que no se traumatice, y solo hay que tratarlo con ternura para que un día llegue a ser tierno, donde no hay que perseguir y judicializar a los terroristas sino hablarles bien y atender sus requerimientos como muestra de buena voluntad para que ellos hagan lo mismo.

No se trata de esta caricatura del amor, se trata del único amor genuino, del amor de Dios que nos dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”.

Ese amor que constantemente nos habla de Cristo nuestro salvador, que nos deja ver por todos los medios su tierno cuidado.

 

Dios no suele evitar que llueva y salga el sol en las tierras productivas de los incrédulos y que solo llueva y salga el sol en la de los creyentes. No solo bendice a los creyentes con la abundancia de sus recursos naturales que ha puesto al servicio de la humanidad entera. Dios no suele bendecir solamente los esfuerzos legítimos de los creyentes y prosperar únicamente sus empresas, también derrama de su misericordia con los que no son creyentes, Dios demuestra su amor y cuidado de su creación constantemente, De modo que nadie puede tener excusa de no haber visto jamás evidencia alguna de su amor, si no llegan a conocer a Jesucristo, no pueden desconocer los beneficios de la naturaleza que Dios creó.

Este amor divino, es un amor Que procura el bien de todos.

Una descripción preciosa de este amor lo narra el salmista en Salmo 104, especialmente el verso 24. 

Es cierto que solo los escogidos de Dios reconocerán este amor porque Dios mismo les abre los ojos y les da vida para que crean. Pero toda la humanidad goza de los beneficios que Dios da a su creación en general, pero a pesar de ello, no todos son humildes y reconocen ese amor y cuidado divino. Pero los escogidos de Dios no solo ven ese amor en la creación, sino que lo ven en su salvador Jesucristo, quien se ha dado por ellos en sacrificio por el pecado para darles vida eterna, y los lleva a orar por toda clase de personas en el mundo entero,

1ª  Tim. 2:1-4.

 

Es solo este amor de Dios el Que nos capacita para amar; Es imposible cumplir esta ley de Cristo si el Espíritu de Cristo no está en nosotros, es imposible dar de lo que no tenemos, es imposible amar a nuestros enemigos si no entendemos que nuestra posición ante Dios sin Cristo es de enemigos que merecen solamente la ira y condenación eterna de Dios sobre nosotros, pero por Cristo, fuimos librados de esa ira, y fuimos llenados con ese amor como bellamente nos expresa el apóstol Pablo en Rom. 5:1-5

No es en nuestra fuerza y capacidad natural que lograremos amar a nuestros enemigos, a los jefes difíciles de sobrellevar, al cónyuge testarudo que no quiere someterse a la voluntad de Dios, al hijo desobediente y contumaz, a los blasfemos e injuriadores, al que no es sincero en sus palabras y acciones hacia nosotros, al que no cree ni se goza en Cristo como nosotros. Solo Dios nos capacita para amar, al enseñarnos la grandeza de su amor en Cristo.

 

Este amor del que habla Cristo en el Sermón del monte es un amor completo, No es un amor a medias, no es una caricatura del amor, es un amor completo y perfecto como es la fuente de dicho amor. Cristo nos manda amar al prójimo con el amor del Padre celestial, demostrar un verdadero amor: Que va más allá de lo externo.

Más allá de acciones físicas como no matar o caer en inmoralidad sexual, o destruyendo a otros también con las palabras que proferimos. Va más allá del compañerismo o simpatía que podamos tener con algunas personas, sino un amor genuino que busca el bienestar de todo el que esté cercano a nosotros, incluso el que se comporta como enemigo.

 

Cristo dice: “Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?”.

Como se podría entender que La misma gente que manifiesta odio y maldad hacia otros, tenga un círculo de personas a las cuales muestra compañerismo, simpatía, cordialidad y hasta lealtad. Si nos limitamos a mostrar el amor de Dios únicamente a la gente que nos agrada, no hay nada en nosotros que pueda mostrar diferencia a los que están sin Dios en el mundo, ¿qué verán de diferente en nosotros? Cristo nos llama a ser diferentes, y mostrar un amor diferente, un amor completo, perfecto, como el de nuestro Padre celestial.

 

Otra vez dice Cristo, “Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?”. ¿Podemos llegar a saludar al vecino o familiar incómodo, hablar con cortesía y respeto al que es irrespetuoso y arrogante?, o ¿solamente lo hacemos con el que nos agrada?, es más, ¿lo hacemos con sinceridad en nuestro corazón o simplemente por un formalismo que nos deje bien delante de los demás como personas educadas, morales y tolerantes? ¿Consideramos la dignidad del otro por ser hecho a la imagen de Dios?, ¿o más bien consideramos nuestra reputación y bienestar?, Señor nos ha dado un amor tal que debemos demostrar a todos, no solamente mediante formas corteses y respetuosas, sino anhelando sinceramente el bienestar de nuestro prójimo, anhelando su salvación, y haciendo cuanto esté a nuestro alcance por mostrarles al salvador.

¡“Esto es, un amor Que manifiesta la perfección de Dios”!

La conclusión de Cristo a esta parte de su sermón es: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. A Dios no le falta absolutamente nada, su amor no carece de virtud alguna, no se puede señalar de defectuoso o incompleto. Y nuestro llamado es buscar esa perfección, viviendo como nos enseña nuestro Padre celestial.

Déjeme por favor un momentico le comparto esto: la palabra griega utilizada aquí para perfecto es teleios. Esta palabra se utiliza a menudo en griego en un sentido muy especial. No tiene nada que ver con lo que podríamos llamar perfección abstracta o metafísica o perfección total. La idea griega de la perfección es funcional. “Una cosa es perfecta si cumple plenamente con el propósito para el que fue pensada diseñada y hecha”.

Por ejemplo: tenemos un tornillo suelto en casa y queremos ajustarlo. Echamos mano de un destornillador, y vemos que se ajusta perfectamente a la mano y en la cabeza del tornillo. No es ni demasiado grande ni demasiado pequeño, ni demasiado áspero ni demasiado suave. Lo ajustamos a la muesca del tornillo, y nos damos cuenta de que encaja perfectamente.

Le damos las vueltas que sean necesarias y el tornillo queda fijo. En el sentido que les compartí anteriormente ese destornillador es teleios, Porque cumple perfectamente el propósito para el que lo necesitábamos.

Así pues, una persona es teleios si cumple el propósito para el que fue creada, ¿y con qué propósito fue creada la persona humana? Genesis 1:26ª

¿Sabe cuando seremos imagen semejante a Dios?: “cuando aprendamos a perdonar como Dios perdona y a amar como Dios ama”

¿Es este nuestro compromiso como cristianos?, ¿ese es el cristianismo que estamos dispuestos a vivir?, ¿o nos conformamos como los no creyentes en decir: “pues nadie es perfecto”?

Conclusión

El cristiano llora por esto, al verse vil, lleno de pecado y de incapacidad en sí mismo de andar en esa perfección, incapaz de manifestar el amor de Dios, completo, perfecto.

Pero su llanto es escuchado por Dios, quien le limpia de todo pecado en Cristo, quien le muestra su tierno amor y cuidado como Padre celestial, y le enseña a confiar en su amor, y a demostrar ese amor reaccionando piadosamente ante las tribulaciones, persecuciones y ofensas a las que pueda ser sometido, sabiendo que tiene un gran galardón en los cielos, anhelando que otros también puedan disfrutar ese galardón.

Mostrando así en su forma de vivir una gran diferencia entre los que son hijos de Dios y los que no lo son, viendo la gente en ellos algo muy especial, totalmente distinto a los demás, esto es, el amor de Dios. Si Dios es nuestro Padre, este amor está en nosotros, roguemos al Señor que podamos disfrutarlo y manifestarlo en verdad en la cotidianidad de nuestra vida.

¡¡¡AMÉN!!!

Una respuesta

  1. Hermosa predica, Dios nos siga capacitando para llegar a su perfección y cumpla su propósito en nosotros

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Predicaciones por el Pastor César Muñoz Serna Iglesia Familiar de Restauración IFRAN

Haciendo posible lo imposible - Parte 2

📖 Mateo 5:43

🗓24 de Septiembre de 2023