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La oración no mecánica
Parte 6

La oración no mecánica 6

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Introducción

¿Quiénes alcanzaron a desayunar hoy? ¿Quiénes incluyen normalmente pan dentro en su desayuno? Los que no, ¿por qué no lo incluyen?… Y si es tan malo (engorda, gluten, harina, etc.), ¿por qué el Señor Jesús nos dice que Él es el pan de vida y que deberíamos pedirlo cada día?

 

Ahora, pregunto: ¿quiénes de los que estamos aquí en algún momento de nuestra vida, hemos permitido que la preocupación por nuestras necesidades diarias, como el alimento y el sustento (el pan nuestro de cada día) haya afectado nuestra relación con Dios?

 

Iglesia, se han dado múltiples sermones acerca de la oración del Padre Nuestro, se han escrito infinidad de libros, nuestro mismo Pastor que es campeón en este tipo de prédicas conformadas por series ha dedicado una larga serie, en buena parte a esta oración y, sin embargo, todavía no hemos terminado de extraer todo su contenido, su peso y su significado. Así que hoy vamos a continuar con esta serie.

 

Si bien las primeras peticiones del Padre Nuestro son teocéntricas, como debe ser, porque la vida, el universo, la creación es Teocéntrica; no podría ser de una manera diferente en la que Su nombre, Su reino y Su voluntad fueran prioritarias en esta oración. Luego nos encontramos con la cuarta petición a modo de “bisagra” que mantiene unidas las peticiones teocéntricas con las peticiones “nos”, que nos llevan a reconocer nuestra total y absoluta dependencia de Dios.

 

IFRAN: ¿estás listo/lista para un mensaje que alimentará tu alma y saciará tu apetito por la Palabra de Dios, por el pan verdadero? ¡Porque hoy vamos a hablar de un tema que va directo al estómago del asunto y saldrás con el corazón rebosante de gratitud y confianza en nuestro generoso proveedor celestial! ¿Estás listos para eso? ¡Entonces vamos a sumergirnos en la palabra de Dios!

¿Qué haces derribando graneros y edificando otros más grandes para acumular más y más grano, más y más bienes intentando aliviar la ansiedad de tu alma cuando lo que ella necesita es ser saciada con lo eterno, con el pan de vida con Cristo Jesús y no con lo que la polilla come y el óxido destruye? ¡Necio! Dice Dios, esta noche tu alma puede ser reclamada y para quién será todo lo que has provisto, mientras tu alma se pierde.

Mateo 6:9-13

El pasado 8 de Marzo se celebró el Día Internacional de la Mujer y no puedo pasar por alto este reconocimiento a todas las mujeres IFRAN. Quiero que sepan que ustedes son apreciadas, valoradas y celebradas, que son hijas amadas de Dios, creadas a su imagen, dotadas de talentos y llamadas a cumplir un propósito divino.

Estoy seguro que ustedes, mujeres, para sus esposos, para sus hijos, para sus nietos, para sus familiares ustedes son el pan de vida. Mi esposa es mi pan de vida, tu eres quien de Dios puso como mi apoyo, mi sustento emocional y espiritual, no hay mayor felicidad que verte al llegar a casa y abrazarte porque eres vida para mí.

De manera que pido a Dios que Su amor las envuelva a ustedes mujeres como un abrazo cálido, recordándoles ese amor infinito por ustedes.

Imagina esta situación: estás en casa, con el estómago rugiendo como un león hambriento en la selva (como león rugiente buscando a quién devorar), y decides abrir la despensa con la esperanza de encontrar un manjar digno de un rey, pero, ¿qué encuentras? una librita de arroz que parece que lleva en la despensa desde la Edad Media y una lata de pastas instantáneas, de esas que les debes agregar agua caliente, pero aun siendo optimista, se ve sospechosa.

Quizá muchos hemos pasado en algún momento de nuestras vidas por una situación similar bien por alguna situación económica difícil porque somos perezosos para ir a hacer mercado. Sabemos que nuestro estómago anhela alimento físico, pero muchas veces descuidamos que nuestras almas también anhelan y claman por ser nutridas por la presencia y la provisión de Dios.

Este mensaje nos llevará desde el rugido del estómago pero no el físico, sino el de nuestra alma, mientras exploramos el significado profundo detrás de esas simples pero poderosas palabras: “Danos hoy el pan nuestro de cada día”.

De modo que cuando oramos “Danos hoy el pan nuestro de cada día”, reconocemos, al menos, cinco verdades con respecto a esa total y absoluta dependencia de Dios.

1. Primera verdad. Tenemos necesidades diarias.

Lo primero que debes recordar es que la oración no es una forma de lograr beneficios como muchas veces la hemos usado, sino debe ser un ejercicio para lograr intimidad con Dios y poder ser dirigidos por Él, no para que Él cambie Su voluntad o en espera de que Él bendiga nuestros planes sino para que nosotros hagamos nuestros Sus propósitos y rendir nuestra voluntad a Él porque nadie mejor que Dios conoce nuestras necesidades.

Por tanto, no se preocupen, diciendo: “¿qué comeremos?” o “¿qué beberemos?” o “¿con qué nos vestiremos?”. Porque el mundo busca ansiosamente todas estas cosas; el Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. Nota que lo que Dios prohíbe es la preocupación, no la provisión responsable para las necesidades de uno mismo y las de su familia; ¡Dios provee alimento para las aves, pero éstas tienen que buscarlo!

Ahora, Dios no creó gente autosuficiente, que nos creamos autosuficientes es otra cosa, El conoce nuestras necesidades porque nos creó con necesidades desde la más básica como la de respirar, como la necesidad de alimento para darnos energía física hasta la necesidad de protección, de amor, de sentirnos completos y la necesidad de socializar como parte de nuestra felicidad.

¿Y por qué Dios nos creó con necesidades? Quizá para que cuando nos alejemos de Él a causa de nuestro constante sentido de rebeldía e inagotable ilusión de autosuficiencia; esas mismas necesidades nos hagan volver a El, como a muchos ya nos ha sucedido.

DIOS nos hizo para que tengamos necesidades con el propósito de que nos fijemos en El como quien suple nuestras necesidades. Lo vemos en la cotidianidad de la vida, en la forma en que creó y puso a funcionar el mundo.

Si no hubiera necesidad de pan, la mayoría no trabajaría. Si no hubiera necesidad de pan, la mayoría se sentaría y no haría nada y el asunto es que no Glorificamos a DIOS cuando no hacemos nada. Si no necesitamos pan, no crearíamos nuevas maneras de hacer las cosas. Es precisamente por nuestras necesidades que crecemos, que nos hacemos mejores, que ayudamos a otros, que producimos.

Pero la prioridad es clamar a Jesús como nuestro pan de vida reconociendo nuestra dependencia continua de Él para nuestras necesidades espirituales primeramente y luego materiales buscando primero su reino en todas las cosas.

Segunda verdad: Dios provee para nuestras necesidades

En esta petición también evidenciamos el interés de Dios de proveernos a nosotros como sus hijos y por eso podemos acercarnos a decirle: “Danos”. Sin embargo, no puedes tener una actitud de pedir si no te has ocupado primero de santificar Su nombre, de pedir que venga su reino y que Su voluntad sea hecha en la tierra. Ocurre muchas veces, vamos a Dios a pedir sin tomar en cuenta lo que nos enseña la primera parte de la oración modelo.

Y para empeorar las cosas, sucede frecuentemente que cuando hemos obtenido el pan, creemos que únicamente sucedió por nuestro propio esfuerzo y por nuestro trabajo, y que bien merecido lo tenemos.

Es innegable que si queremos comer, debemos de trabajar. Hoy el pan no desciende como Maná, para conseguirlo requiere de la labor humana, del nuestro esfuerzo, pero y ¿quién da la salud, las fuerzas, la creatividad, las ideas? Él es quien da la productividad a la tierra. Puedes sembrar y regar, pero Dios es quien da el crecimiento”.

Pedir “el pan nuestro de cada día”, equivale a reconocer que ” toda buena dádiva y todo don perfecto, viene de arriba, desciende de parte del Padre. (Santiago 1: 17). Pide el pan, reconoce de dónde viene y no olvides jamás dar el reconocimiento debido (1 Corintios 10: 31). Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.

Pedir el “Pan Nuestro”, es reconocer nuestra dependencia de El, es una declaración de fe, que implica más que el plato de comida que tenemos al frente.

Va más allá de una bendición por tu trabajo para producir, va más allá de pedirle a Dios que te de la manera de obtener ese pan y lo necesario para el sustento, le estas manifestando a DIOS tus necesidades físicas, pero más importante, tus necesidades espirituales que solo se sacan con el pan de vida y al hacerlo, esta oración pone a Dios en Su lugar y te pone a ti en tu lugar y de esa manera, la criatura es dependiente del creador.

Tercera verdad: Actitud de confianza, pide a DIOS que supla tus necesidades.

Nota cómo Jesús nos manda a pedir por algo sencillo: “el pan de cada día”, es decir, olvídate del mañana, cada día trae su afán, ocúpate del hoy, confía en tu proveedor. En serio, confía. Tu no sabes si vas a vivir mañana y si no lo sabes, entonces ocúpate del hoy en el que estás vivo.

De hecho esto lo vemos en lo que sucedió en el desierto con la provisión del Maná, Él proveyó para cada día, no para toda la semana o para dos o tres días, no, para cada día. Dice la Biblia, que algunos recogieron mucho; otros, solo un poco, pero todos tenían lo justo y necesario.

A ninguno le sobró y a ninguno le hizo falta. La orden era: no guarden nada para el día siguiente, pero no faltaron los paranoicos del siglo XXI, adelantados a su época, que no hicieron caso y lo que guardaron, estaba lleno de gusanos y apestaba al día siguiente.

Déjame decirte algo: la vida apesta cuando nos angustiamos por lo que no ha sucedido, la vida apesta cuando intentamos controlar lo incontrolable, lo que no depende de nosotros, sino de Dios, es decir, el mañana.

¿Qué haces derribando graneros y edificando otros más grandes para acumular más y más grano, más y más bienes intentando aliviar la ansiedad de tu alma cuando lo que ella necesita es ser saciada con lo eterno, con el pan de vida con Cristo Jesús y no con lo que la polilla come y el óxido destruye? ¡Necio! Dice Dios, esta noche tu alma puede ser reclamada y para quién será todo lo que has provisto, mientras tu alma se pierde.

IFRAN: si la oración va dirigida al Padre Poderoso, fiel a Sus promesas, ¿porque sufrimos de tanta ansiedad? ¿Eres de los que piensa que la oración es un dispensador automático: donde una moneda es igual a una gaseosa y si no funciona, entonces le das un golpe para forzar el milagro, ¿con una pataleta o con un alejamiento de Dios?

Algunas personas piensan que podemos exigirle a Dios porque nos lo hacen creer con el evangelio de la prosperidad, que con ayuno chantajeamos a Dios, y que pálidos y muertos del hambre, de nuevo, forzamos el milagro. Piensan que debemos declararlo para hacerlo realidad.

Iglesia, ¡Él no es una máquina dispensadora!. ¡El punto principal en la oración es que pidamos primero el pan de vida. Nosotros no podemos manipular a DIOS para recibir lo que creemos que es justo o lo que sea que deseemos. La oración es más que lo que pides, La oración es más que lo que haces. La oración es más que lo que dices.

Escúchame muy bien: muchas veces Dios te mantiene amarrado con cuerdas cortas para que vivas fiel a Él. Espera con paciencia y carácter porque cuando deseas glorificarlo por medio de la petición y la provisión de tus necesidades, en el mientras, el proceso se lo dejas a El.

Cuarta verdad: Comunión con el dador del pan

La oración del Padre Nuestro no tiene como finalidad recibir dones de Dios sino mantener una estrecha e íntima relación con El, con el pan de vida. Como alguien dijo: En la oración debemos tomar la mano de DIOS, no las monedas que hay en ella Salmo 73: 25-28 (25) 

¿A quién tengo yo en los cielos sino a Ti? Fuera de Ti, nada deseo en la tierra. (26) Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, Pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre. (27) Porque los que están lejos de Ti perecerán; Tú has destruido a todos los que te son infieles. (28) Pero para mí, estar cerca de Dios es mi bien; En DIOS el Señor he puesto mi refugio Para contar todas Tus obras.

¿Ves a pecadores teniendo prosperidad terrenal? Tu, preocúpate por estar satisfecho con Dios y con Su favor en tu vida, porque el Él te sustenta y te guía aquí en la tierra y te llevará a salvo a la gloria eterna. ¿Qué más necesitas? ¿Qué más puedes desear? Aún todos y cada uno de tus cabellos están contado por Dios.

Las cosas que realmente valen la pena son eternas y, sí, las cosas materiales son importantes para tu sostenimiento, pero lo que tiene valor real, es eterno, no efímero, no es etéreo.

Pero Dios no es sólo una esperanza para la eternidad, sino también un deseo terrenal, una fuerza continua que te debe impulsar a mantenerte en comunión con Él, porque Dios es tanto tu herencia en el cielo como en la tierra. IFRAN: no pidas herencia aquí abajo, comprométete con la herencia de arriba, con el pan de vida.

Quinta verdad: Solidaridad con nuestros semejantes

Reflexionemos un poco sobre la palabra “Nuestro”. El profeta Isaías haciendo referencia al ayuno verdadero dice (ISAIAS 58: 6-7) (6) ¿No es este el ayuno que Yo escogí: Desatar las ligaduras de impiedad, Soltar las coyundas del yugo, Dejar ir libres a los oprimidos, Y romper todo yugo? (7) ¿No es para que compartas tu pan con el hambriento, Y recibas en casa a los pobres sin hogar; Para que cuando veas al desnudo lo cubras, Y no te escondas de tu semejante?

Un hombre muy rico oraba: ” Señor, acuérdate de los pobres y suple sus necesidades”.
Un día su hijo al oír la oración le dijo: papá, cuanto me gustaría poder disponer de tus bienes antes de que mueras. ¿Por qué? Le pregunto su padre. Porque yo daría respuesta a tus oraciones.

IFRAN: Tu, como pecador redimido, ya eres libre de cualquier angustia, temor, zozobra e incertidumbre. De manera que puedes practicar la generosidad con libertad porque esa esperanza firme te quita ansiedad ante el futuro y tus pasos han sido afirmados y aunque no eres inmune a las caídas, la mano que te sostiene con seguridad nunca, jamás te soltará.

La abundancia no está mal y Dios no la prohíbe, genera lucha con nuestro egoísmo y el cristianismo no comprometido. La comprensión de nuestra responsabilidad social nos llevará a orar con la seriedad que la petición exige: ¡Dios a los que tienen hambre dales pan y a nosotros que tenemos pan, danos hambre de justicia, danos hambre del pan de vida!.

Conclusión

Iglesia, pido que no falte el pan en tu mesa, pero me refiero al pan de vida, a Cristo Jesús, un pan puro, sin gluten, que no engorda, ese pan con el que nunca más tendrás hambre.

Basta ya de vivir agachado internado recoger y acumular maná y levanta tu mirada y fíjala en la Cruz, en aquel que derramó Su preciosa sangre por ti, esa sangre que te purificó, que te transformó, que te limpió, que te sanó, que te salvó.

Pon tu mirada en aquel que como pan de vida, da continuamente vida al mundo. Elévate del nivel de la provisión material. Dile “dame hoy el pan nuestro de cada día”, Él jamás te echa fuera, reconoce tus necesidades físicas que Él ya conoce, pero primero reconoce tus necesidades espirituales, recuerda que Dios es el proveedor fiel que las suple todas según Sus riquezas en gloria.

IFRAN: ¡Qué consuelo saber que nunca nos abandona en nuestra necesidad!

Hoy te desafío, Iglesia a adoptar una actitud de confianza al acudir a Dios, sabiendo que Él te escucha y responderá según Su perfecta voluntad. ¡Qué alegría experimentar la comunión con el dador del pan de vida!

Que el mensaje de hoy, también te inspire a vivir en solidaridad con tus semejantes, compartiendo generosamente lo que has recibido, porque tú, que estás aquí sentado has sido llamado a ser instrumento de la gracia y el amor de Dios en el mundo.

Hoy sal de este templo con la certeza en tu corazón de que nuestro Dios es el Pan de Vida que sacia todas tus necesidades. Vive cada día con la confianza de que Él te proveerá, para ser canal de su amor y provisión para aquellos que te rodean porque has buscado primero Su reino y Su justicia.

Así que, ¡ve y comparte el pan de vida que recibes cada día con aquellos que aún tienen hambre! Y recuerda siempre estas palabras de Jesús: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” (Mateo 5:6).

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Gildardo Marín Galvis Predicador

La oración no mecánica - Parte 6

📖 Mateo 6:9-15

🗓 10 de Marzo de 2024