La oración no mecánica
Parte 8

Comparte este artículo
Introducción
Familia Ifran, los últimos domingos hemos venido estudiando la oración no mecánica. (Título dado por nuestro Pastor Cesar). ¿Alguien puede definir que es la oración No mecánica? Muchas veces no sabemos cómo orar, en el “Padre Nuestro”, Jesús nos enseñó 3 elementos básicos para la comunicación con el Padre:
I: Reconocer la PERSONA del Padre
“Padre nuestro” su inmanencia (se refiere a la relación de Dios con el mundo: que El opera activamente en él, lo sostiene por su causa efectiva y está continuamente presente -es omnipresente-)
“Que estas en los cielos”. Su trascendencia
“Venga tu reino”. Su Señorío.
“Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” Su propósito.
II: Reconocer la PROVISION del Padre
“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” Su provisión espiritual para todos los creyentes.
“Perdónanos nuestras deudas” es su misericordia
III: Reconocer la PROTECCION del Padre
“No nos metas en tentación” Su dirección.
“Líbranos del mal” Su cuidado.
La oración es comunicación ¿con quién y para qué? Cuando oramos en público, ¿con quién estamos conversando? Y en nuestro lugar secreto con la puerta cerrada ¿nos ponemos en contacto con nuestro Dios? Nuestro Señor Jesucristo nos prohibió las vanas repeticiones y nos dio esta oración ejemplar. No importa si nuestras palabras son distintas, debemos reconocer la Persona, la provisión y la Protección de Dios.
Yo soy un convencido que todos tenemos debilidades, que somos tentados desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, algunos pueden enfrentarlas, pero a otros nos es muy difícil. El orgullo, la avaricia, la lujuria, la ira, la envidia, Estas son algunas de las tentaciones que el mundo ofrece. O ¿Quiénes aquí no tienen debilidades o tentaciones?
Cuando oramos “más líbranos del mal”, estamos confesando que existe un maligno que nos hará daño. Estamos admitiendo que la vida cristiana no es solo asistir los domingos a los servicios de adoración, es una constante lucha contra el enemigo que se opone.
Mateo 6:9-13
Nos dice la Palabra en el versículo 13 “Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal”. ¿Sera que nuestro Padre Celestial nos mete en tentación? ¿Qué dice Santiago en el Capítulo 1 versículo 13? “cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni El tienta a nadie”.
Cuando oramos “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal” le estamos pidiendo a Dios que nos guie por una senda moral. Debemos tener muy claro que somos débiles y propensos a caer en pecado si nos alejamos, aunque sea un poco de la comunión con Dios. El domingo pasado cuando le decíamos “perdona nuestras deudas, somos perdonados y justificados gratuitamente pero solamente a través de Jesucristo y él nos garantiza el perdón cuando suplicamos perdona nuestras deudas.
Hay entre muchas, algunas razones para orar a Dios “Y no nos metas en tentación”
- Porque no sabemos cómo vamos a reaccionar ante la tentación-
- Porque no sabemos cuándo vamos a ser tentados
- Porque perdemos el gozo
- Porque el mundo y sus pasiones son atractivas
- Porque si caemos podemos hacer tropezar a los que amamos
- Debido a la condición actual del mundo.
Cuando oramos “Y no nos metas en tentación” estamos hablando con Dios en plural, una oración por mí y por los demás, una oración por mi esposa o esposo, por mis hijos, por mis hermanos de la iglesia.
Cuando oramos “más líbranos del mal”, estamos confesando que existe un maligno que nos hará daño. Estamos admitiendo que la vida cristiana no es solo asistir los domingos a los servicios de adoración, es una constante lucha contra el enemigo que se opone. No nos creamos príncipes o princesas de Dios, que vivimos en un palacio ajenos a los males de este mundo. (1 corintios 10:12) Es un clamor de ayuda y protección, reconocemos que vivimos en un mundo lleno de desafíos y peligros espirituales.
La declaración más líbranos del mal es una guerra diaria, es una lucha diaria, es ganar o perder. Es obtener la victoria o sucumbir a la tentación y permitir que el diablo nos utilice para sus fines contra nuestro Dios Grande y Poderoso.
Santiago en el capítulo 1 verso 12 dice: “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”.
Cuando oramos “Y no nos metas en tentación”, estamos admitiendo que estamos expuestos a extraviarnos y a delinquir. Debemos confesar nuestra debilidad clamando a Dios para que nos sostenga y no nos deje caer en las sendas del mal, que no nos deje ser tentados más de lo que podemos resistir (1 Corintios 10:13)
La tentación en la Biblia, es una prueba o desafío para seguir los mandamientos de Dios y pueden manifestarse de dos maneras:
- Tentación Interna: es cuando una persona desea hacer lo contrario a lo que Dios ha ordenado
- Tentación externa: cuando alguien o algo intenta influir en una persona para que desobedezca a Dios.
En la Biblia se traduce mejor por la palabra probar que por tentar, en el Nuevo Testamento, tentar a una persona no es tanto tratar de inducir al pecado, como probar su fuerza y lealtad.
La prueba en la Biblia se refiere a un examen o evaluación que Dios realiza en la vida de las personas para medir su fe, su fidelidad y su amor hacia él. La prueba es una forma en la que Dios nos permite crecer y desarrollarnos espiritualmente, aunque pueda ser difícil o dolorosa, su propósito siempre es para nuestro bien.
En Génesis 22 Dios ordena a Abraham que sacrifique a Isaac; Dios probó a Abraham. Dios no lo tentó ni lo indujo a que pecara. ¿Qué probo?: su lealtad y su obediencia.
En el N.T. nuestro Señor Jesucristo es tentado por el diablo, pero, en cada una de las tentaciones Jesús le respondía al diablo “escrito esta” y al final le dijo “vete satanás porque escrito esta: al Señor tu Dios adoraras, y a él solo servirás.
La finalidad de la tentación (Prueba) no es para hacernos caer, sino para hacernos más fuertes y mejores personas. No para hacernos pecadores, sino para hacernos más puros.
La vida es una prueba constante, somos tercos y queremos hacer lo que no debemos.
Satanás ataca usando todo medio posible pone una trampa a cada persona en forma de una tentación específica, para hacerlo caer, la trampa está dirigida a la debilidad de la persona. Cuando oras “Y no nos metas en tentación” le estas pidiendo a Dios que no te exponga a esa trampa.
Usted es atacado por tres canales básicos: (lo encontramos en el libro discipulado uno a uno, que estudiamos en nuestra iglesia)
- Satanás ataca directamente: para destruir la relación con Dios y la fe. Se debe reconocer que el diablo existe y resistirlo.
- Satanás ataca por medio del mundo: cuando el mundo lo tiente, examine su relación con Dios en vez de tratar de pelear, es decir, examine su tiempo devocional con Dios.
- Satanás ataca por medio de los deseas de la carne: los deseos sexuales son tentaciones muy grandes en esta cultura. Es importante que usted se esfuerce para evitar esas tentaciones.
Estamos en continuo peligro por las tentaciones que nos rodean, hay tentaciones por todos lados. Todo lo que es agradable a nuestros sentidos o a nuestras mentes, tienden a alejarnos de Dios. Incluso las cosas más sencillas son trampas para nosotros. La comida, la vestimenta, las comodidades de todo tipo y aun nuestros parientes. A estas tentaciones se les da fuerza por las corrupciones de nuestro corazón.
Es necesario saber que Dios espera que no peques; él puede protegerte del pecado, si, puedes lograr vivir en victoria. Vivir victoriosamente no es lo mismo que vivir sin pecado. La única persona que vivió sin pecado pero que fue tentado, fue nuestro Señor Jesucristo
Cuando oras “Y no nos metas en tentación” estas vigilante, tienes una actitud expectante por tu vida espiritual. (1 Pedro 5:8)
Jesús encontró durmiendo a sus discípulos en el huerto en Mateo 26:41 y les dijo “velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”.
Además de nuestras corrupciones internas, tenemos, en satanás, un enemigo grande y poderoso. Es representado en las Escrituras como el adversario más sutil y cruel del hombre. Se le llama serpiente por su sutileza, dragón por su fiereza y dios por el dominio hacia los hijos de los hombres.
Satanás es el diablo y resistirlo en nuestras propias fuerzas es imposible. Tiene artimañas que no sabemos cuáles son, si se le permite destruye hasta el más santo de los hombres. Ninguno está fuera de su alcance. Judas traiciono a Jesús, Ananías le mintió a Dios, Pedro negó a su Señor.
La palabra nos dice “porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”. Podemos ganar esas batallas que creemos perdidas, pero con la ayuda de nuestro Padre Amoroso.
Dios nos librara del diablo y de la tentación, nos ha proporcionado una armadura para usar de la forma adecuada y nos librara de todos los dardos del enemigo. Efesios 6:11 “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”.
Conclusión
Recordemos la importancia de pedir la ayuda divina para superar las tentaciones y el mal que nos rodean a diario. Debemos buscar la sabiduría y la fortaleza divina para vencer el mal y mantener nuestra fidelidad a Dios en todo momento.
“Con esto tendremos la victoria en los obstáculos”
¿Cuál es la estrategia?
- Respetar a nuestro enemigo
- Alejarnos del mal
- Resistir el peligro
- Estar siempre listos
Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos.
¡¡ AMEN !!