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La preocupación y la ansiedad: enemigos del cristiano maduro Parte 2

La preocupacón y la ansiedad enemigos del cristiano maduro Parte 2

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Introducción

¿Uds. recuerdan la pregunta que Dios le hizo a salomón en un sueño, en 2º Crónicas 1:7?

¡“pídeme lo que quieras que yo te de”!

¿Qué le responderías?, ¿cuál sería la respuesta correcta?

Se requiere de intimidad, mucha intimidad para poder responder correctamente.

Cuando queremos escuchar la voz de Dios, cada día es un día de aprendizaje, solo que necesitamos estar totalmente dispuestos y disponibles.

La Biblia dice: “Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti.”  Esta es palabra de Dios y se cumple para quienes le obedecen

Mire le digo algo:

DIOS permite que pasemos por desiertos para que analicemos cual es la prioridad en nuestras vidas;

  • DIOS o Sus bendiciones.
  • Si tenemos nuestra mirada en la provisión de DIOS o en el DIOS que provee.

DIOS está perfeccionando un pueblo y conoce como somos de murmuradores, conoce que somos inestables, El nos enseña cada día a depender más y más de El, a entender que El es el dador y que lo demás es mera añadidura.

Yo quiero que ud sepa algo: Somos un pueblo escogido por DIOS.   1ª. Pedro 2:9.

Pero a pesar de esa identidad que DIOS nos da generalmente estamos más en busca de la respuesta que realmente estar en la presencia del JEHOVA JIREH (el yo soy que provee).

Un creyente genuinamente arrepentido realmente está de rodillas independientemente de la respuesta, para él, Dios Jehová de los ejércitos, es una promesa continua cada día de su vida mira lo que dice su palabra: si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, é hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová RAPHA “tu sanador”

Preocuparse es el pecado de desconfiar de la promesa y la providencia de Dios, y sin embargo es un pecado que los cristianos cometen quizás más a menudo que cualquier otro.

Mateo 6:25-34

Como lo vimos antes, En Mateo 6:19-24 el señor Jesús se enfoca en la actitud hacia la opulencia, o posesiones físicas innecesarias que los hombres almacenan y acumulan por  razones egoístas. 

En los versículos 25-34 nuestro Señor se enfoca en la actitud hacia lo que los hombres comen, beben y usan, las necesidades de la vida que absolutamente deben tener para poder existir. El primer pasaje se dirige en particular a los ricos y el segundo directamente a los pobres. Tanto los ricos como los pobres tienen sus problemas espirituales especiales.

Los ricos están tentados a confiar en sus posesiones, y los pobres están tentados a dudar de la provisión de Dios.

Los ricos están tentados a sentirse satisfechos en la falsa seguridad de sus riquezas, y los pobres están tentados a preocuparse y temer en medio de la falsa inseguridad de su pobreza.

Sean los seres humanos ricos o pobres, o que estén en algún punto intermedio, su actitud hacia las posesiones materiales es una de las señales más confiables de su condición espiritual.

Como criatura terrenal, el hombre se preocupa de modo natural por las cosas de este mundo. En Cristo somos creados de nuevo, Pablo así lo dejo escrito en 2ª corintios 5:17

como hijos de nuestro Padre celestial nuestras preocupaciones ahora deben enfocarse principalmente en cosas celestiales, incluso mientras seguimos viviendo en la tierra.

Cristo nos envía al mundo a hacer su obra, así como el Padre lo envió al mundo para que hiciera la obra del Padre. Pero ¡NO! debemos ser “del mundo” tal como Jesús mismo cuando estaba en la tierra tampoco era “del mundo”. ¿Recuerdan la oración más sublime del Señor Jesús en Jn. 17:15? “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal”

 

Una de las pruebas supremas de nuestra vida espiritual es cómo nos relacionamos ahora con esos dos mundos. Mire le cuento esto:

Dieciséis de las treinta y ocho parábolas de Jesús tratan con dinero.

Uno de cada diez versículos en el Nuevo Testamento tiene que ver con ese tema.

La Biblia contiene unos quinientos versículos sobre la oración, menos de quinientos sobre fe, y más de dos mil sobre el dinero.

La actitud de los creyentes hacia el dinero y las posesiones es determinante.

 

Vivimos en una era de materialismo descarado, una época guiada por la codicia, la ambición, el éxito, el prestigio, el poder a toda costa. Como puede un ser humano dormir cuando se roba más de 2 billones de pesos de los pobres y se justifica haciéndoles creer que es por el bien de los mas desamparados. A lo anterior le sumamos la autoindulgencia y el consumo ostentoso.

 

La palabra de Dios es un compendio claro de estilo de vida contrario al que el mundo nos muestra y nos invita a seguir si queremos alcanzar la felicidad, Pero por desgracia, hay poca evidencia de que a la mayoría de los evangélicos modernos les interese tal ética. Damos mucha más evidencia de seguir las tendencias mundanas de nuestra época que de reducirlas, confrontarlas o modificarlas.

Teniendo esto en cuenta, es difícil para la mayoría de nosotros identificarnos con la advertencia de Jesús de no preocuparnos acerca de las necesidades básicas; Estamos bien alimentados, bien vestidos y bien equipados en todas las otras cosas necesarias, y en muchas que son totalmente innecesarias.

 

El centro del mensaje del Señor Jesús en estos versículos de hoy es: No se  preocupen, ni siquiera por sus necesidades. Nos lo manda recordándonos tres veces no os afanéis y ofrece varias razones de por  qué  está mal   preocuparse o estar ansiosos:

 

  1. Preocuparse y estar ansioso es algo desleal a causa de nuestro señor.

El término “Por tanto” se refiere otra vez al versículo anterior, en que Jesús declara que el único Señor de un cristiano es Dios. Por lo cual está diciendo: “Debido a que Dios es vuestro Señor, os digo: No os afanéis.

La única responsabilidad de un esclavo es hacia su amo, y que los creyentes Se preocupen es ser desobedientes y desleales a su Señor, quien es Dios.

Para los cristianos la preocupación y la ansiedad deberían estar por fuera de nuestra vida y definirse como prohibidas, y pasar esa línea seria pecar contra Dios

IFRAN; Dios nos dio la vida; y, si él nos dio la vida, no debemos dudar en confiar en él aún para las cosas más pequeñas, si Dios nos dio la vida estoy seguro que podemos confiar el que él nos dará la sabiduría para poder sustentarla. ¿Usted recuerda lo que dice Juan 3:16?

Y si él nos amó de tal manera que dio a su unigénito hijo aun estando muertos en nuestros delitos y pecados para nuestra salvación, ¿cómo podremos dudar de que Dios es nuestro Jehová jireh?

no os afanéis incluye la idea de dejar de preocuparnos y nunca comenzar a hacerlo. Por vuestra vida hace completo al mandamiento. Psuché (vida) que es un término amplio que abarca todo el bienestar del individuo: físico, mental, emocional y espiritual. Jesús está refiriéndose a vida en su sentido más pleno posible. Absolutamente nada en ningún aspecto interno o externo de nuestras vidas justifica que nos afanemos cuando tenemos el Señor con el que contamos.

 

Preocuparse es el pecado de desconfiar de la promesa y la providencia de Dios, y sin embargo es un pecado que los cristianos cometen quizás más a menudo que cualquier otro.

El término preocupación en español viene de una palabra latina que significa “ocuparse con antelación de algo”, y se refiere al temor o angustia que la persona tiene ante una situación que teme puede darse. Eso es exactamente lo que hace la preocupación; es una clase de estrangulación mental y emocional, lo cual es probable que ocasione más aflicciones mentales y físicas que cualquier otra causa.

Alguien en alguna ocasión me dijo: la preocupación es “PRE”, ósea antes de, preocuparnos es desgastarnos innecesariamente esto nubla el entendimiento, y la sabiduría y el conocimiento desaparecen para darle entrada a la ansiedad; mejor es “OCUPARNOS”

 

la preocupación es casi siempre muy pequeña en comparación con el tamaño que forma en nuestras mentes y el daño que hace a nuestras vidas. Alguien ha dicho: “La preocupación es una corriente fina de temor que se escurre a través de la mente y que si se promueve corta un canal tan ancho por el que se drenarán todos los demás pensamientos”.

 

La preocupación es lo opuesto al contentamiento, que debería ser el estado mental normal y continuo del creyente. Todo cristiano debería saber de memoria, conociendo y entendiendo lo que el Apóstol Pablo quiso decir en filipenses 4:11-12 y lo que le expreso a su discípulo Timoteo en su primera carta 6:6-8

El contentamiento del cristiano se encuentra en Dios, y solo en Dios: en su pertenencia, control y provisión de todo lo que poseemos y de lo que alguna vez necesitaremos.

Tenga en cuenta esto:

Primero, Dios es dueño de todo,

incluido el universo entero. David proclamó: “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan (Sal. 24:1). También afirmó: “Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas” (1 Cr. 29:1l).

Todo lo que ahora tenemos le pertenece al Señor, y todo lo que tendremos alguna vez le pertenece a Él. ¿Por qué entonces nos preocupamos de que Él nos quite lo que realmente le pertenece?  Como exclamo Job en 1:21-22 y como satanás utiliza a los más cercanos para quitarnos del centro de la voluntad de Dios con nuestras preocupaciones Job 2:9-10

 

Segundo, un cristiano debe estar contento porque Dios controla todo,

Una vez más David nos ofrece la perspectiva correcta: “Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas, sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos” (1 Cr. 29:12).

Daniel declaró: “Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. Él muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos” (Dn. 2:20-21).

Daniel no habló por hablar. Los sucesos registrados en Daniel 2 y 6 estuvieron separados por muchos años. Cuando los celosos sátrapas y gobernadores engañaron al rey Darío para que ordenara que Daniel fuera lanzado al foso de los leones, fue el rey, no Daniel, quien estuvo preocupado. Al rey “se le fue el sueño” durante la noche, pero al parecer Daniel durmió profundamente junto a los leones, cuyas bocas las había cerrado un ángel (6:18-23).

 

Tercero, los creyentes deben estar Contentos porque el Señor provee todo.

El supremo propietario y controlador también es el supremo proveedor, tal como a indica uno de sus nombres más antiguos, Jehová-jireh, que significa Jehová proveerá” Ese es el nombre que Abraham atribuyó a Dios cuando Él proveyó un carnero para ser sacrificado en lugar de Isaac (Gn. 22:14). Si Abraham con su limitado conocimiento de Dios pudo estar tan confiado y contento, ¿cuánto más debemos estarlo nosotros que conocemos a Cristo y que tenemos toda su Palabra escrita?

Así nos asegura el apóstol Pablo: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”.

Las necesidades que Jesús menciona aquí son las más básicas: comer, beber y vestir. Esas son cosas que toda persona en cualquier época ha necesitado;

pero debido a que la mayoría de los cristianos occidentales las tenemos y algunos en abundancia, a menudo no nos preocupamos por ellas.

Sin embargo, a lo largo de la Biblia la comida y el agua rara vez pudieron darse por sentado. Cuando había poca nieve en las montañas había poca agua en los ríos, y la carestía de lluvias era frecuente. La escasez de agua traía naturalmente escasez de alimentos, lo que afectaba de manera seria toda la economía y hacía más difícil comprar ropa. No obstante, Jesús declaró: No os afanéis por nada de esto.

Conclusión

La ultima parte de este versículo es una pregunta retorica que el Señor Jesús le hace a sus oyentes y lectores: ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Todas esas tres necesidades pertenecen al cuerpo, y Jesús explica que la plenitud de vida es más que cuidar tan solo del cuerpo.

Cuidar el cuerpo siempre ha sido una obsesión común en los Seres humanos. Aunque no estemos muriéndonos de hambre o sed, ni estemos desnudos, damos una excesiva cantidad de atención a nuestros cuerpos.

Mimamos demasiado el cuerpo, lo decoramos, lo ejercitamos, lo protegemos de la enfermedad y el dolor, lo desarrollamos, lo adelgazamos, lo cubrimos con joyas, lo mantenemos caliente o frío, lo entrenamos para trabajar y jugar, lo ayudamos a que duerma, y cien cosas más con que servimos y satisfacemos nuestros cuerpos.

Incluso como cristianos a veces quedamos atrapados en la idea del mundo de que vivimos a causa de nuestros cuerpos. Y ya que creemos que vivimos a causa de nuestros cuerpos, vivimos para nuestros cuerpos.

Desde luego que tenemos mejor criterio, pero esa es la forma en que a menudo actuamos. Nuestros cuerpos en sí no son la fuente de nada. No nos dan vida, sino que quien les da vida es Dios, el origen de toda vida: espiritual, emocional, intelectual y física. Por tanto, sea que el Señor nos dé más o nos dé menos de alguna cosa, como propietario, controlador y proveedor todo le pertenece. Y es responsabilidad nuestra agradecerle por lo que nos da y usarlo de manera prudente y generosa por el tiempo que nos lo confía.

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Predicaciones por el Pastor César Muñoz Iglesia Familiar de Restauración IFRAN

La preocupación y la ansiedad: enemigos del cristiano maduro - Parte 2

📖 Mateo 6:25-34

🗓09 de Junio de 2024