Lo que es correcto por un motivo erróneo

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Todos los años la revista “Forbes” que es una revista especializada en negocios y finanzas, nombra a las 10 personas más ricas del mundo.
Entre los 3 primeros lugares están Jeff Bezos dueño de Amazon, Bill Gates, dueño Microsoft, Warren Buffet dueño de Berkshire Hathaway (seguros de vidas, inversiones) Estas tres personas ganan muchos millones de dólares y también son conocidos por ser las personas más filantrópicas del mundo.
Sin duda ellos pueden dar dineros a muchas cosas y muchas personas los reconocen por eso. Sin embargo, ninguna de todas estas obras de caridad son “buenas obras” para Dios.
(efesios 2:9-10)
Todas las obras que hacen los hombres sin Cristo son obras muertas que no lo justifican delante de Dios porque no vienen de un corazón arrepentido ni son frutos de una verdadera conversión. (tienen un tinte de hipocresía)
Esto se viene mostrando de forma evidente en las enseñanzas que Jesús está predicando en el sermón del monte en donde quiso enfatizar el corazón de la ley.
• No solamente el matar es pecado sino el deseo del corazón de odiar al otro (Mt 5:22)
• No solamente el adulterar es pecado sino el desear a otra mujer u hombre en el corazón (Mt 5:28)
• No solamente el jurar en vano es pecado sino el usar nuestras palabras para afirmar cosas que no vamos a cumplir (Mt 5:37)
• No es solamente el pecado ignorar al enemigo, sino que además desearles el mal (Mt 5:44)
Esto quiere decir que el pecado no solo está en el acto pecaminoso sino también en la intención detrás del acto pecaminoso.
La persona hipócrita le muestra un rostro distinto a cada persona con la que está, de modo que el resto siempre crea que tiene con ella una conexión especial, y por lo tanto es imposible saber lo que realmente piensa y siente.
Mateo 6:1
Mateo 5:21-48 se centra en la enseñanza de la ley, lo que los hombres creen, y este capítulo se enfoca en la práctica de la ley, y lo que los hombres hacen. La primera sección hace hincapié en la justicia moral interior, y ofrece 6 ilustraciones representativas con relación al asesinato, al adulterio, al divorcio, a los juramentos, a la venganza y al amor. Esta segunda sección resalta la justicia formal externa.
Para los judíos, había tres grandes obras cardinales en la vida religiosa, tres grandes pilares sobre los que se asentaba lo que ellos consideraban una vida buena: “LA LIMOSNA, LA ORACIÓN Y EL AYUNO”; el señor Jesús no lo habría discutido ni por un momento.
Lo que le llamaba la atención al predicador del sermón del monte era qué tan a menudo en la vida humana las cosas más auténticas se hacen por los motivos falsos.
Lo que parece extraño es que estas tres grandes buenas obras se presten tan fácilmente a los motivos erróneos. Jesús advertía que, cuando estas cosas se hacen con la única intención de dar gloria al agente, pierden con mucho la parte más importante de su valor.
– Puede que una persona de la ofrenda, no realmente para ayudar a quién se le da, sino simplemente para demostrar su propia generosidad, Y para mejorar su autoestima ligada al agradecimiento y a la alabanza de quien lo recibe.
– Puede que una persona haga oración, de tal manera que su oración no vaya dirigida realmente al Dios altísimo, si no a sus semejantes. El hacer oración era simplemente un intento de demostrar su piedad excepcional de manera que nadie dejara de darse cuenta.
– Puede que una persona ayune, no realmente para el bien de su alma, ni para humillarse delante de Dios, sino simplemente para mostrarle al mundo lo espléndidamente disciplinada y sacrificada que se es.
– Puede que una persona haga buenas obras, simplemente para ganarse las alabanzas de la gente para aumentar su propio prestigio y para mostrarle al mundo lo buena que es.
Se cuenta la historia de un Santo asceta oriental que se cubrió de cenizas como señal de humildad y con regularidad se sentaba en la esquina de una calle famosa de su ciudad. Cuando los turistas le pedían permiso para tomarle una fotografía, el místico reacomodaba las cenizas para dar la mejor imagen de miseria y humildad.
Gran parte de la religión equivale a nada más que “cenizas” religiosas reacomodadas para impresionar al mundo con la supuesta humildad y devoción del individuo. Por supuesto, el problema es que esa humildad es un acto fingido, y la devoción es hacia el ego, no hacia Dios.
Tal religión no es nada más que un juego de fingimiento, un juego en el cual los escribas y fariseos de la época de Jesús eran maestros, Debido a que su religión era sobre todo un espectáculo y una burla del camino de la verdad revelada de Dios para su pueblo.
Las denuncias más fuertes del señor Jesús estaban reservadas para estos dirigentes religiosos, y no escapan los dirigentes religiosos del siglo 21 esos que podrían denominarse traficantes de la fe que más que predicar el Evangelio de salvación predican un Evangelio light, un Evangelio acomodado con el fin de evidenciar su poder y su oratoria a través de la multitud de personas que lo siguen.
Este primer versículo del cap.6, tiene un énfasis muy poderoso de la conducta humana y se centra en ella para que halla un cambio de actitud real en la vida practica del cristiano (estilo de vida); ¡y ese énfasis es en la hipocresía!
Me quiero detener un poco en este termino para que podamos entender la importancia de lo que el Señor Jesús quería mostrar:
Alguien decía: “Alguien hipócrita puede comportarse de forma más caritativa cuando es observado”.
Pero: ¿Qué es hipocresía?
Una persona hipócrita es aquella que finge o expresa sentimientos, opiniones o valores contrarios a los que realmente tiene, ya sea para esconder a los demás las propias intenciones y la verdadera personalidad, o para ganarse falsamente su validación y su simpatía. Dicho de un modo más sencillo, la hipocresía se puede entender como tener “doble cara” o “doble moral”.
Las palabras “hipócrita” e “hipocresía” provienen del griego hypokrisin (“actor” o “recitador”), un origen sumamente apropiado si se considera que el hipócrita finge o actúa, ocultando su verdadero ser y diciéndole a los demás lo que quieren oír o lo que al hipócrita le conviene decirles.
Por eso es común que a las personas hipócritas se las acuse de ser falsas, deshonestas o de no tener una personalidad propia.
Una persona puede tener diferentes razones para ser hipócrita, tales como una necesidad incontrolable de aceptación, mucho miedo al rechazo o una falta importante de autoestima; estos motivos la empujan a disimular su propia personalidad y simular una que no tiene. Sin embargo, es posible que una persona actúe hipócritamente en una situación dada, a pesar de que normalmente no lo haga.
De este modo, una persona hipócrita se transforma de acuerdo a la compañía con que se encuentre, por ejemplo: si a los demás les gusta la pizza con piña, esta persona dirá que es su pizza favorita; pero cuando cambie de grupo y note que sus miembros detestan ese sabor particular, dirá que ella lo odia y se burlará del mal gusto de quienes comen pizza con piña. La misma lógica aplica para los afectos, los intereses, los sentimientos y otros aspectos de la interacción social.
La persona hipócrita le muestra un rostro distinto a cada persona con la que está, de modo que el resto siempre crea que tiene con ella una conexión especial, y por lo tanto es imposible saber lo que realmente piensa y siente.
En algunos casos, son víctimas de su necesidad de agradar y de una dinámica de autoengaño permanente, pero en otras se trata de una forma de manipular y manejar a los demás.
En las sociedades occidentales capitalistas, las personas a menudo se ven obligadas a actuar de manera hipócrita para sobrevivir en los contextos sociales, incluso si esto va en contra de sus necesidades básicas. Por ejemplo, una persona puede mostrar una actitud determinada en el trabajo, pero luego actuar de manera diferente fuera de él para satisfacer las demandas laborales.
En resumen, la hipocresía es una actitud conductual que se refleja en la falta de coherencia entre lo que una persona dice y lo que hace. Puede ser una respuesta defensiva a heridas emocionales previas o un resultado de los dictámenes sociales que exigen ciertas actitudes o comportamientos. Es importante reconocer estas actitudes hipócritas y tratar de evitarlas en nuestras relaciones interpersonales.
Ejemplos de persona hipócrita
Es difícil nombrar ejemplos específicos de personas hipócritas, ya que la hipocresía es una conducta que puede manifestarse en cualquier persona en algún momento de su vida. Sin embargo, aquí les dejo algunos ejemplos hipotéticos de situaciones en las que se puede observar la hipocresía:
• Un político que dice luchar contra la corrupción, pero que a su vez acepta sobornos o favores de empresas.
• Un compañero de trabajo que critica a los demás por llegar tarde, pero que él mismo siempre llega tarde sin ninguna justificación.
• Un amigo que te dice que puedes contar con él para lo que sea, pero que cuando realmente lo necesitas no está ahí para ayudarte.
• Un familiar que presume de ser una persona solidaria y generosa, pero que en realidad solo piensa en sí mismo y no ayuda a nadie.
• Un famoso que se presenta como defensor de los derechos humanos y la justicia social, pero que en su vida privada tiene comportamientos egoístas o discriminatorios.
• Un compañero de clase que se hace pasar por amigo, pero que en realidad te traiciona y habla mal de ti a tus espaldas.
• Una persona que siempre está presumiendo de su honradez y honestidad, pero que en realidad ha mentido en numerosas ocasiones y ha engañado a quienes confiaban en ella.
En definitiva, la hipocresía puede manifestarse de muchas formas y en cualquier ámbito de la vida, y muchas veces puede ser difícil detectarla si no se conoce bien a la persona.
Las consecuencias de ser una persona hipócrita y falsa pueden ser graves a medio o largo plazo, ya que esta conducta puede suponer una merma de la salud física, emocional y espiritual de la persona.
Desde la caída del hombre ha habido hipócritas. La Biblia nos menciona desde génesis hasta apocalipsis. Caín, fue el primer hipócrita que fingió adorar al ofrecer un tipo de sacrificio que Dios no quería. Cuando la hipocresía de Caín fue desenmascarada este mató a su hermano Abel por resentimiento.
Absalón, juró hipócritamente lealtad a su padre, el rey David, mientras pensaba en el derrocamiento de su régimen.
Pero el principal hipócrita de la historia fue Judas iscariote, quien traicionó al señor con un beso.
Ananías y Safira afirmaron de manera hipócrita haber dado a la iglesia todos los ingresos de la venta de una propiedad, y perdieron la vida por mentir al Espíritu Santo.
Los hipócritas también los encontramos en el paganismo, en el judaísmo y en el cristianismo mismo. Los hipócritas han existido a través de toda la historia, el apóstol Pablo nos asegura que los habrá hasta el final de los tiempos, 1ª Timoteo 4:1-2
Mis amados la hipocresía es endémica para el hombre caído y parte integral de su naturaleza carnal.
En tiempos del Nuevo Testamento algunas personas se ganaban la vida como plañideras profesionales a quienes les pagaban por llorar, gemir y rasgar sus vestiduras en funerales y en otras ocasiones de tristeza. Se dice que algunas plañideras tenían cuidado de rasgar sus vestidos por una costura, de modo que la tela pudiera volver a cocerse para el siguiente duelo.
Tanto las plañideras profesionales como quienes las contrataban eran unos hipócritas, contratando y siendo contratadas en una demostración de duelo que era un fingimiento total.
La hipocresía no se trata con ligereza en la Biblia. Dios declaró por medio del profeta Amós en 5:21-24
Aparte de la idolatría, el mayor pecado en Judá y en Israel eran la religión hipócrita. Los judíos fueron conquistados y llevados cautivos en gran medida porque convirtieron la verdadera adoración a Dios en una parodia fingida.
Con relación a esa verdad el profeta Isaías expresa en 1:11-18.
¡Dios quería pureza y justicia, no rituales superficiales!
Conclusión
La falsa justicia tiene una recompensa: el reconocimiento y el aplauso de otros hipócritas e ignorantes. No obstante, ese es el límite del honor, porque Jesús afirma que quienes practican tal hipocresía de Justicia no tendrán recompensa de su padre que está en los cielos.
Dios, el Dios Jehová de los ejércitos, el Dios de la Biblia, no premia a los que quieren agradar a los hombres, porque le roba la gloria a él.
Por eso el apóstol Pablo es enfático en afirmar en Gálatas 1:10
¡¡¡AMÉN!!!