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Recordar con el corazón : “La Cena Del Señor”

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Introducción

Desde hace un buen tiempo he querido predicar sobre este tema, y después de ese precioso tiempo de ayer como fueron los bautismos lo he considerado muy oportuno.

He notado que un gran porcentaje de los creyentes en nuestras congregaciones están tomando la cena del Señor indignamente, por ignorar ciertos fundamentos o principios para poderla celebrar con gozo y alegría en nuestros corazones, pero sobre todo agradar a nuestro buen Dios Jehová de los ejércitos.

Déjeme le hago una pregunta: ¿para usted qué significa realmente participar de la cena del señor, ¿es solo un rito, una costumbre eclesiológica? O por el contrario cada vez que la celebra es una experiencia viva con el Señor Jesucristo.

Muchos cristianos hacen de la cena un mero acto de  transustanciación, convirtiendo dicha ceremonia en un acto fúnebre.

Otros no conocen la diferencia entre la celebración de La Pascua y la santa Cena como una nueva institución, otros desconocen los requisitos para formar parte de dicha celebración imponiendo mandamiento de hombres, negándole a un pueblo a participar de una ordenanza que es parte de su vida devocional y que de paso es su derecho.

1ª Corintios 11:23 – 30

A veces no nos damos cuenta de ese trato, porque el orgullo nos bloquea el entendimiento. ¡Mi hermano querido; eso se llama CARNE!

¿QUÉ ES LA CENA DEL SEÑOR?

La Cena del Señor no es solo un ritual religioso, sino un acto de fe, gratitud y comunión; es un recordatorio de lo que el Señor Jesús hizo por nosotros, un símbolo de nuestro presente compañerismo con él y una promesa de lo que hará en el futuro y nos invita a vivir en santidad hasta su regreso.

El señor Jesús dijo: “haced esto en memoria de mí”, no es un simple recordatorio histórico, sino una memoria viva del sacrificio que nos dio libertad. Cada vez que comemos el pan y bebemos de la Copa, recordamos que el Señor Jesucristo murió por amor, para perdonarnos y reconciliarnos con Dios, por esa razón cada vez que tú y yo participamos de la cena del señor nuestro corazón debe de estar limpio, pero sobre todo lleno de gratitud hacia él.

En muchas iglesias, la cena del señor se ha convertido en algo monótono y rutinario: el pan, el jugo de la uva, y una oración rápida y ya….. Pero el señor Jesús instituyó este acto para que el corazón de la Iglesia nunca olvide el sacrificio de la Cruz.

La cena del señor es una memoria viva, un encuentro espiritual que nos lleva a mirar atrás (la Cruz), al presente (nuestra comunión) y al futuro (su regreso).

Según el Nuevo Testamento la iglesia de Cristo tiene dos ordenanzas que deben ser obedecidas y practicadas por sus miembros, para mostrar al mundo su amor a Cristo.

La Biblia dice en juan 14:15

“Si me amáis, guardad mis mandamientos”.

Y en juan 14:23:

Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él

La cena del Señor es un acto de celebración donde los creyentes se apropian por fe de los beneficios adquiridos por el Señor Jesús en su muerte y en su resurrección.

La Cena del Señor es algo más que una conmemoración de su muerte, no es el acto de recordar su muerte sino el triunfo que obtuvo sobre la muerte y los beneficios adquiridos por dicho triunfo. La Cena del Señor es una fiesta solemne de gozo donde se celebra nuestra redención en la dispensación de la gracia.

Según la Palabra de Dios el Señor Jesús estableció dos ordenanzas para su iglesia, El Bautismo y la Cena del Señor.  Los dos fueron dados para todo cristiano nacido de nuevo y cuando participemos en estas dos estamos mostrando al mundo nuestra obediencia y amor a nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.

El Señor Jesús participó en las dos ordenanzas, al iniciar su ministerio público fue bautizado y al final de su ministerio en este mundo tomó la Cena del Señor con sus discípulos.  Cuando nos sometemos al bautismo y tomamos la Cena del Señor con su iglesia, estamos gozando la plena comunión que todo cristiano debe tener con su amado Salvador.

Por ser un acto de celebración, no debemos hacer de la cena un acto fúnebre que inspire tristeza, debemos evitar caer en hacer de los elementos de la cena una transustanciación.

La transustanciación: Doctrina teológica que defienden los católicos y ortodoxos según la cual el pan y el vino de la Eucaristía se convierten, tras la consagración del sacerdote, en el cuerpo y la sangre del Señor Jesús.

LA CENA DEL SEÑOR ES UNA NUEVA INSTITUCIÓN

La cena del Señor fue dada para que la iglesia nunca se olvidara del gran precio que la salvación costó el Padre y su Hijo Jesús.  Para los que reciben, la salvación es gratis, sin precio; pero para el que la ofrece, costó un precio muy alto, la muerte del unigénito Hijo de Dios.  

El pan quebrado representa el cuerpo de Jesús que fue clavado a una cruz y la sangre que salió de su cuerpo cuando un soldado hirió su costado con una lanza muestra el supremo amor que el Padre tiene para con los que creen en él.

La cena del Señor, al igual que el bautismo no lleva a ninguno al cielo, pero cualquier persona que la realice, debe haber entregado su vida a Cristo y haberlo reconocido como su único y suficiente salvador.

Nunca antes se había celebrado la Cena, el Señor Jesucristo la instituyó y la estableció como ordenanza para la Iglesia. La Cena del Señor no es una sucesión o continuación de las Pascuas, es una sustitución de las Pascuas.

La misma noche que Jesús tomó la última pascua con sus discípulos, se instituyó por primera vez la Cena del Señor, 

DIFERENCIA ENTRE LAS PASCUAS Y LA CENA

La pascua fue una institución dada específicamente a un pueblo (Israel) por causas y motivos diferentes.

La Cena es para todo el que pertenece a la Iglesia o al Cuerpo de Cristo.

La pascua se celebraba bajo tres elementos principales con características diferentes: Hierbas amargas, panes sin levadura y el cordero.

Cuando los Israelitas tomaban la pascua, ellos tenían que hacer memoria al tomar cada uno de estos elementos de los beneficios adquiridos en el día de la expiación.

Cuando comían las hierbas amargas, hacían memoria y eran agradecidos de haber sido libre del yugo de esclavitud.

Cuando comían el pan sin levadura, entendían su destino como pueblo separado en consagración para Dios y sacados de en medio de un pueblo pagano.

Al comer el cordero eran agradecidos por la prolongación de vida al ser libres del ángel de la muerte.

Todo este acto que los israelitas hicieron sobre los elementos se le llama “Discernir”, el no hacerlo bajo estas pautas es entrar en indignidad.

Discernir implica: conocer el significado de cada uno de los elementos y apropiarse de sus beneficios por fe.

Pablo dice que el que coma y beba sin discernir, indignamente lo hace. Sabemos que el discernir tiene que ver con el pleno conocimiento en lo que se hace, el apropiarse en fe de los beneficios que encierra cada uno de los elementos, nunca debemos olvidar este principio.

En cuanto a la Cena, ésta se celebra bajo dos elementos: El pan y el vino, cada uno de estos elementos encierra un significado que nos da unos beneficios.

Mateo 26:26. 

“Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.”

El creyente debe tomar el pan que representa el cuerpo herido y flagelado de Jesús y apropiarse en fe de los beneficios que trajo dicho sufrimiento.

“Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.”

El vino que estaba usándose en el momento de la cena del Señor, era sin fermentar. 

La palabra original y traducida como leudado es “fermentado”. El fermento o levadura es símbolo de pecado, y estaba prohibido tomar cualquier tipo de alimento fermentado o leudado durante la semana previa y el día de Pascua.

El apóstol Pablo nos recuerda en 1ª Corintios 5: 6 – 8

Solo los que han nacido de nuevo están autorizados por Dios para tomar la comunión de los santos, es un derecho que les pertenece, es parte de su vida devocional. Por lo tanto, debemos observar la Santa Cena en el propósito por el cual fue instituida.

La Cena del Señor trae bendición y no castigo. ¿Cuál es la actitud correcta que el creyente debe tener hacia la Santa Cena?

1.- En primer lugar debemos ver hacia atrás.  Debemos recordar que ÉL MURIÓ.

A muchos no nos gusta recordar la muerte de nuestros seres queridos. Siempre pensamos en ellos, y nos acordamos de momentos gratos que pasamos. Pero Jesús quiere que recordemos su muerte. ¿Por qué?, Porque todo lo que tenemos como cristianos se centra en la muerte de Cristo. 1 Corintios 15.3-4 

No es la narración de su vida o sus enseñanzas que salvarán al pecador, sino La misma muerte de Cristo, Por eso debemos recordar el porqué de su muerte: Él murió por nuestros pecados, Él fue nuestro substituto.  Isaías 53:6 

Lo más importante es que este “recordar” no es simplemente traer a la mente hechos históricos. Sino que debemos participar de verdades espirituales. Cuando estamos a la mesa con Cristo, no debemos ser admiradores pasivos, sino participantes activos en una relación con un Salvador vivo, a quien hemos alcanzado con nuestro corazón solamente por la fe en ÉL mismo.

2.- En segundo lugar, tenemos que mirar hacia adelante

Observamos la Cena “hasta que Él venga.” El regreso de Jesucristo es la bendita esperanza de la iglesia cristiana y el individuo. Jesús no sólo murió por nosotros, sino que también resucitó y ascendió al cielo, y un día ¡VENDRÁ! a llevarnos al cielo.

3.- En tercer lugar debemos ver dentro de nosotros.

El apóstol Pablo no dice que debemos ser dignos de participar de la Santa Cena. Sino que dice que debemos participar de una manera digna.

En alguna ocasión un pastor notó que una señora de la congregación no aceptó el pan que le ofrecía el diácono para participar de la Santa Cena. En lugar de eso, ella soltó en llanto. El pastor, dejó el púlpito y fue hasta donde ella y le dijo, “acéptalo mi amada hermana, es para pecadores”… De hecho lo es.  Es para los pecadores salvados por la Misericordia de Cristo. 

Pero los pecadores salvados por la gracia de Dios no deben tratar a la Santa Cena de una manera pecaminosa. Si hemos de participar de una manera digna, debemos examinar nuestro corazón. Llegar a la mesa de la Santa Cena sin confesar nuestros pecados, es hacernos culpables de la muerte de Cristo, de su cuerpo y de su sangre.

Pablo en la carta a los Corintios hace una exhortación a los creyentes en cuanto a la vida de santidad, haciéndoles entender, que nunca podemos participar de la mesa del Señor y de la mesa de los Demonios al mismo tiempo, el principio radica, en que no hay comunión entre la luz y las tinieblas. De modo que se requiere una vida de santidad para tomar la cena y gozar de sus beneficios. 1ª Corintios 10:21

4.,- debemos mirar alrededor.

La Santa Cena debe ser una demostración de la unidad de la iglesia 1ª corintios 10:17.  De hecho la celebración de la Santa Cena en la iglesia de Corinto, era una demostración de la desunión de la iglesia. Es el propósito de Dios que todos seamos una sola familia. Y en la familia de Dios, debemos amarnos los unos a los otros. Es imposible amar a Dios y no amar a quien Jesucristo dio su sangre por él.

Conclusión

El tomar la cena del señor, es el acto de reverencia más grande que existe; y por esta razón no se debe tomar a la ligera. Yo le ánimo para que la próxima vez que tome la cena del señor y piense en darle una porción a su hijo que aún no ha tomado la decisión por Cristo y le quiere hacer un drama, lo piense para que no lo haga indignamente.

el tomar la santa Cena es un derecho que todo nacido de nuevo que forma parte del Cuerpo y cumpla con los principios antes mencionados está apto para tomar y nadie en la congregación se lo puede evitar, es parte de su vida devocional

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Predicaciones por el Pastor César Muñoz Iglesia Familiar de Restauración IFRAN

Recordar con el corazón : “La Cena Del Señor”

📖 1ª Corintios 11:23 - 30

🗓26 de Octubre de 2025