Sólo a uno serviré
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Introducción
Recuerda que dijimos, ¿qué de la forma como tú miras determinara el valor que le des?
Tú y yo Como creyentes verdaderamente convertidos debemos cuidar nuestro corazón, para que todas nuestras intenciones y sentimientos sean buenos y se transformen en acciones que glorifiquen a Dios. La Biblia nos enseña que debemos ser cuidadosos al momento de poner nuestra atención en cualquier cosa.
Rick Warren dice: “cualquier cosa que atrape tu atención te atrapara a ti”.
Nuestros ojos juegan un papel muy importante ya que generalmente todo lo que nos cautiva entra por ellos
También dijimos que: “Todos los seres humanos estamos naturalmente orientados en las cosas”, nos inclinamos fuertemente a estar enfrascados en buscar, adquirir, disfrutar y proteger posesiones materiales. En culturas como en las que vivimos la mayoría de los occidentales, la tendencia a construir nuestras vidas alrededor de las cosas es especialmente grande y diría yo demasiado notoria, desde que nacemos nuestros padres y ancestros nos han inculcado que el poder, el respeto, el liderazgo, está en lo que tengamos materialmente.
John stott dice en su libro el sermón del monte: “la ambición mundana tiene para nosotros una fuerte fascinación, el hechizo del materialismo es muy difícil de romper”
Y el apóstol Pablo le recuerda a su discípulo Timoteo en su primera carta; “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto”
IFRAN: El Principio de Dios para su pueblo siempre ha sido: “honra a Jehová con tus bienes y con tus primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus Lagares rebosarán de mosto. El señor Jesús afirmó: “dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; Por qué con la misma medida con que medís, os volverán a medir. El apóstol Pablo asegura que el que siempre escasamente también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.
Esa es la fórmula de Dios para ganar dividendos que estén garantizados y sean permanentes.
Por lo tanto, nuestra atención principal debe estar en lo espiritual ya que ellas son las que producen las verdaderas riquezas espirituales y definen nuestra fidelidad hacia aquello que nosotros consideramos más importante: Dios o lo que el mundo ofrece.
Así cuando algo captura nuestra atención se apodera de nuestro corazón, y generalmente define nuestra fidelidad a aquello que tanto apreciamos. Si nuestra mirada está dirigida a las cosas eternas, nuestro corazón le pertenecerá a Dios y por ende nuestra fidelidad; pero, si nuestro interés está en hacer riquezas en esta tierra, nuestro corazón le pertenecerá a las cosas terrenales y sus prioridades giraran alrededor de ellas y por tanto Dios no será su Señor.
quiero invitarle para que descubra por ud mismo a quien servirá de acuerdo con las decisiones que halla tomado con respecto a sus tesoros:
Una cosa surge de todo esto: el poseer riqueza, dinero cosas materiales, no es un pecado, pero sí una tremenda responsabilidad. Si uno posee muchas cosas materiales, no es algo por lo que se deba felicitar, sino que es algo por lo que se deba orar para que las usen sabiamente Como Dios demanda y quiere.
Mateo 6:24
Ahora, Jesús explica que detrás de la elección entre 2 tesoros (dónde lo hacemos) y dos visiones (dónde ponemos nuestros ojos) se halla la lección más básica entre dos señores (a quien hemos de servir).
Es una elección entre Dios y Mamon. Es decir, entre el mismo creador el Dios viviente y cualquier otro objeto de nuestra propia creación el cual nombremos posesiones riqueza, dinero; porque no podemos servir ambos.
Muchos no están de acuerdo con este dicho del señor Jesús. Rehúsan enfrentarse con tal elección franca y severa y no ven la necesidad de ella, aseguran que es perfectamente posible servir simultáneamente a dos señores, porque ellos se las arreglan muy satisfactoriamente para hacerlo.
Existen varios arreglos y ajustes posibles que les atraen; o sirven a Dios los domingos y a Mamon entre semana, o a Dios con sus labios y a Mamon con sus corazones, o a Dios en apariencia y a Mamon en realidad, o a Dios con la mitad de su ser y a Mamon con la otra mitad.
A este tipo de perspectivas de los seguidores mundanos que hace concesiones es a la que el señor Jesús declara con vehemencia que no es posible: “ninguno puede servir a dos señores… no podéis servir a Dios y a las riquezas”.
Para entender todo lo que esto quiere decir e implica debemos recordar dos cosas sobre los esclavos en El Mundo antiguo.
Primera; un esclavo no era una persona, sino una cosa, a los ojos de la ley. No tenía absolutamente ningunos derechos; su amo podía hacer con él lo que le diera la gana. A los ojos de la ley, el esclavo era una herramienta viva. Su amo podía vender, apalear, expulsar y hasta matar. Su amo era su propietario tan totalmente que poseía todo lo que fuera o tuviera.
Segunda; En El Mundo antiguo un esclavo no tenía literalmente nada de tiempo para sí mismo. Cada momento de su vida pertenecía a su amo.
Aunque para nuestra mente finita sea muy, muy complicado de entender y produzca desconcierto, rabia, depresión y hasta se valla de esta iglesia en búsqueda de una mentira que lo satisfaga, así es, pues, nuestra relación con Dios. En relación con Dios no tenemos derechos propios; Dios debe ser el dueño indiscutible de nuestras vidas. Por lo tanto, nuestro actuar diario debe depender de lo que Dios quiera hacer en y a través de nosotros.
Realmente para ser más explícito ser cristiano esto es ser un verdadero creyente ¡no es a tiempo parcial es a tiempo completo! Dios demanda de sus hijos un servicio exclusivo
El término Mamon al que se refiere este texto en particular hacer referencia a una palabra hebrea que significa posesiones materiales. La historia de esta palabra muestra bien a las claras que las posesiones materiales pueden llegar a usurpar un lugar en la vida que no estaba programado que ocuparán. Las posesiones, “Mamon” Llegaron a convertirse en las cosas en las cuales la persona ponía su confianza.
No se puede describir mejor el Dios de una persona que diciendo que es el poder en el que confía; y cuando se pone la confianza en las cosas materiales, estas se han convertido, no en su apoyo sino en su dios.
Este dicho del señor Jesús nos obliga a plantearnos el lugar que deben ocupar en nuestras vidas las posesiones materiales. La enseñanza del predicador del sermón del monte descansa sobre tres grandes principios:
1. Todas las cosas pertenecen a Dios. La escritura lo deja bien claro en el salmo 24:1 y salmo 50:10,12
2. Las personas son siempre más importantes que las cosas. Si se adquieren posesiones, si se amasa un capital, si se acumula la riqueza a costa de tratar a las personas como cosas, entonces todas esas riquezas son malas.
3. La riqueza material será siempre un bien subordinado. La Biblia no dice que el dinero es la causa de todos los males; pero sí dice que el amor al dinero es la raíz de todos los males (1ª Timoteo 6:10).
Una persona puede que crea que, porque es rica, puede comprarlo todo, y salir airosa de cualquier situación. La riqueza se puede convertir en su vara de medir; puede llegar a ser un único deseo, la única arma para enfrentarse con la vida.
Si se desean los bienes materiales para tener una independencia honrosa, para ayudar a la familia, para ayudar y apoyar a los semejantes, para apoyar la obra de Dios eso estaría bien; pero si se desean simplemente para amontonar placeres, y para multiplicar el lujo; si la riqueza se ha convertido en el fin principal del hombre, por y para lo que vive, ha dejado de ser un bien subordinado, y ha usurpado el lugar que solo Dios debe ocupar en su vida.
Una cosa surge de todo esto: el poseer riqueza, dinero cosas materiales, no es un pecado, pero sí una tremenda responsabilidad. Si uno posee muchas cosas materiales, no es algo por lo que se deba felicitar, sino que es algo por lo que se deba orar para que las usen sabiamente Como Dios demanda y quiere.
No podemos afirmar que Cristo es nuestro señor sin nuestra lealtad es para algo o alguien más, incluidos nosotros mismos. Y cuando conocemos la voluntad de Dios, pero no queremos obedecerla, damos evidencia de que nuestra lealtad está en otro que no es él. No podemos servir a dos señores al mismo tiempo más de lo que no podemos caminar en dos direcciones al mismo tiempo. De quien sirve a dos señores se deduce que: o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro.
Juan Calvino escribió: “donde las riquezas tienen el dominio del corazón Dios ha perdido su autoridad”. Nuestro tesoro está o en la tierra o en el cielo, nuestra vida espiritual o está llena de luz o de tinieblas, y nuestro amo es Dios o lo son las riquezas.
Las órdenes de esos dos señores son diametralmente opuestas y no pueden coexistir.
Uno nos ordena a caminar por fe y el otro exige que andemos por vista.
Uno nos llama a ser humildes y el otro a ser orgullosos,
Uno nos llama poner nuestras mentes en las cosas de arriba y el otro a ponerlas en las cosas de abajo,
Uno nos llama a amar la luz, el otro a amar las tinieblas.
Uno nos dice que miremos hacia las cosas invisibles y eternas y el otro que miremos las cosas visibles y temporales.
La persona cuyo amo es Jesucristo puede afirmar que cuando come, bebe o hace cualquier otra cosa, Lo hace todo para la gloria de Dios 1ªco. 10:31.
Puede decir como el rey David en el salmo 16:8
De todo lo anterior podríamos concluir:
¿Cuál es mi tesoro? Y ¿dónde está?, ¿con que ojos lo estoy viendo?
Las posesiones nos plantean dos cuestiones importantes, y todo dependerá de las respuestas que demos a esas cuestiones;
1. ¿Cómo obtuve las posesiones? De una manera que le agradaría a Dios?, ¿de una manera que le gustaría que el Señor Jesucristo pudiera ver?, o por el contrario de una manera qué querría ocultarle al Señor Jesucristo
Una persona puede obtener sus posesiones a expensas del trabajo duro honrado y que da honor a sus generaciones,
Amado, cuando tú haces riqueza quitándole a otro aumentas en la tierra, empobreces tu alma y disminuyes en el cielo.
Una persona puede obtener sus posesiones aplastando intencionadamente alguien más débil. El éxito de muchos está basado en el fracaso de otros. La prosperidad de muchos se ha conseguido a base de echar a la cuneta a otros.
2. ¿Cómo usa una persona sus posiciones?
Una persona puede que use las cosas que ha adquirido de varias maneras.
Puede que no las use en absoluto. Puede que padezca la manía avarienta que se deleita sencillamente en poseer. Sus posesiones pueden que sea totalmente inútiles, y la inutilidad siempre invita al desastre.
Puede que las use malvadamente. Uno puede usar sus posesiones para persuadir a algún otro hacer las cosas que no tiene derecho a hacer, o vender lo que no tiene derecho a vender. Se ha sobornado o seducido al pecado a muchos jóvenes con el dinero de algún otro. La riqueza da poder y una persona corrompida puede usar sus posesiones para corromper a otros; y eso es un pecado terrible a los ojos de Dios.
Conclusión
Puede que las use para su propia independencia y para ayuda y felicidad de otros.
No se necesita una gran fortuna para hacer eso, porque una persona puede ser lo mismo de generosa con $100.000 pesos o con 1.000.000=.
Uno ¡NO! puede equivocarse mucho si usas sus posesiones para ver cuánta felicidad puede llevar a otros, El apóstol Pablo nos recuerda un dicho que dice es más bienaventurado dar que recibir.
Uno de los más grandes atributos del Dios Jehová de los ejércitos es dar; y, Si en nuestras vidas apreciamos el dar por encima del recibir, usaremos lo que poseemos como es debido sea mucho o sea poco
¡De esas respuestas dependerá a quien sirvo!