Iglesia Familiar de Restauración: IFRAN Bogotá Norte
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INTRODUCCIÓN

Se hace una ilustración basada en la historia del padre que antes de morir decidió repartir todo su patrimonio a sus 4 hijos, el cual estaba compuesto por un lujoso apartamento, una hermosa casa vacacional campestre, un gran monto de dinero depositado en una cuenta bancaría y la joya de la corona era su exitosa empresa del sector automotriz. A cada uno de sus hijos entregaría de esa manera su herencia…se narra brevemente el desenlace de la historia.

DESARROLLO

  1. La Gracia de Dios y la iglesia establecida por el Señor Jesucristo (v.4-5)

En la carta a los Efesios el apóstol Pablo mencionó la frase “si es que habéis oído de la dispensación de la gracia de Dios que me fue dada”

Explicando un poco la palabra “Dispensación” en la Biblia, es un periodo de tiempo en el que Dios determina de qué manera él salvará a la humanidad.

En Genesis 12 encontramos la Dispensación de la Promesa, dada a Abraham cuando Dios lo llamó y le dijo que en él serían benditas todas las familias de la tierra.

Seguidamente vino la dispensación de la Ley, la cual comenzó en el monte Sinaí con los diez mandamientos dados al pueblo a través de Moisés y terminó en el monte Calvario donde el Señor Jesucristo pagó la deuda del pecado de la humanidad para dar comienzo a la era de la iglesia cristiana, o Dispensación de la Gracia.

Y definiendo la palabra Gracia, según la Biblia, es un don de Dios nuestro Padre, un regalo inmerecido, un favor divino que no se puede ganar por méritos humanos y que nos fue dado a través de su Hijo Jesucristo.

  1. El poder de la Gracia de Dios (v.6-8)

En los escritos del apóstol Pablo, encontramos en la carta a los Romanos capítulo 3 y en la carta a los Gálatas capítulo 3 que por cumplir la ley (los 10 mandamientos) ningún hombre es justificado y que el propósito de esa ley era servir de ayo (bastón) para guiar hacia Jesucristo. Y por eso el corazón del texto bíblico base de esta predicación dice: “Porque por gracia somos salvos por medio de la fe”.

Ningún hombre por justo que sea puede cumplir a cabalidad los diez mandamientos, solamente el Señor Jesucristo lo hizo y con esa misma base fue que él, según el texto bíblico de Mateo 22:36-40, resumió la ley en dos grandes mandamientos: 1) Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 2) Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Y el mismo Señor Jesucristo dijo en el sermón del monte que él no vino a abrogar sino a cumplir la ley y las enseñanzas de los profetas del A.T., y lo más importante en este punto es que él le dio el verdadero significado a la ley Mosaica y en él se cumplieron las profecías Mesiánicas.

De otro modo vemos que la fe, también fue relevante en el A.T. y encontramos varias referencias claras, por ejemplo, desde Génesis 3:15 se empieza a percibir la promesa de un redentor para salvación de la humanidad.

 Así que Abraham creyó y le fue contado por justicia y en el fueron benditas todas las familias de la tierra.  El mismo Job declaró: yo sé que mi redentor vive. Y el profeta Habacuc escribió: más el justo por la fe vivirá.

Podemos concluir entonces que, la salvación es por la Gracia de Dios, y lo único que hace el hombre pecador es creer, pero Dios lo hace todo porque él mismo es quien coloca la fe en el corazón, y realmente lo que hace el pecador es recibir un regalo que no merecía.

No hay sacrificios ni méritos humanos que el hombre pecador pueda hacer para alcanzar la salvación y vida eterna.

Ninguna persona se salva por las buenas obras que haga, sino que más bien es salvado por Jesucristo para hacer buenas obras, mostrando el amor de Dios.

Recordemos que hubo un momento en que la iglesia tradicional creó las indulgencias como una manera de vender la salvación y esa fue una de las razones para que unos siglos después se diera la reforma protestante liderada por Martin Lutero y Juan Calvino y se dejara bien claro que la salvación es solo por Gracia, sustentada solo en la Fe, solo en la Palabra, solo en Cristo, y por todo ello solo a Dios sea la gloria.

  1. La conducta del creyente que ha sido salvo (v.9 -10)

Con esta idea, el propósito es que cada persona que ha sido alcanzada por la Gracia divina y constituido hijo de Dios, tenga claro que debe vivir una vida en la cual tiene relación directa con: a) Dios Padre a través de Jesucristo; b) relación con el sistema del mundo en el que vivimos; c) relación con los demás creyentes miembros del cuerpo de Cristo.

a. Relación con Dios padre a través de Jesucristo:

nadie viene al Padre sino a través de Jesucristo. (Juan 14:6: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al padre sino por mí.)

Es una relación que está enmarcada en ser obediente a la Palabra de Dios, estableciendo unos hábitos de vida diaria que tienen que ver con:

 -La Oración: tiempo de intimidad con Dios.

– La lectura de la Biblia: es indispensable trazar un plan periódico de lectura.

– Vida de Adoración a Dios por lo que él es y vida de alabanza a Dios por lo que él hace.

b. Relación con el sistema del mundo en el que vivimos:

Sabemos que este mundo es gobernado por Satanás y por esa razón el Señor Jesús en su oración de Juan capítulo 17 dijo que nosotros no somos del mundo y pidió al Padre para que fuéramos guardados de todo mal. Este mundo es gobernado principalmente a través de los sistemas políticos impulsados por la sombra del príncipe de las tinieblas y por eso abunda la corrupción, el crimen, la violencia, las guerras, la muerte, la injusticia, las violaciones a los derechos humanos, el hambre, la pobreza, los secuestros, la depravación, el petrismo, etc. etc. etc.

Y dado este panorama, los hijos de Dios estamos llamados a dar testimonio de quienes somos con nuestro estilo de vida, porque el Señor Jesucristo de manera metafórica dijo que nosotros somos la sal de la tierra y la luz del mundo. (La sal preserva para que todo no se descomponga y la luz alumbra en medio de la oscuridad).

c. Relación con los demás creyentes miembros del cuerpo de Cristo

Esta relación, basada en el amor fraternal, debe estar sustentada en lo dicho por el Señor Jesucristo en el evangelio de Juan 13:34-35: Así que ahora les doy un nuevo mandamiento: ámense unos a otros. Tal como yo los he amado, ustedes deben amarse unos a otros. El amor que tengan unos por otros será la prueba ante el mundo de que son mis discípulos.

Por momentos da la impresión que en la iglesia el significado del amor se confundió con el significado de odio y amargura y por eso como que se volvió normal escuchar a personas hablando chismes y mentiras contra otros, personas juzgando a otros sin confrontarse a sí mismas primero, personas buscando un reconocimiento primero para sí mismos antes que para otros, personas proclamándose mejores líderes que otros esperando ser servidos y sin disposición para servir, personas queriendo hacer las cosas a su manera sin seguir un orden establecido, personas que quieren dar de sus dones espirituales cuando su alma está sedienta de la presencia de Dios, o simplemente personas que ya no encuentran diferencia entre pecado y santidad…

…y con este tipo de comportamientos queremos mostrar que somos discípulos de Cristo y convencer a los no creyentes…

  1. Vivir en la gracia de Dios depende del poder del Espíritu Santo que habita en el creyente

Hay que reconocer que para un hijo de Dios el vivir una vida en la gracia divina, sin caer en las practicas del pecado, es imposible si lo hace en sus propios esfuerzos humanos.  Es por esto que a cada hijo de Dios le es dada la presencia del Espíritu Santo, quien le hace nacer de nuevo. Así comprendemos entonces que el grande propósito de la Presencia de Dios en la vida del creyente es reproducir la semejanza del Señor Jesucristo en él.

La declaración mas completa de la transformación que hace el Espíritu Santo en los hijos de Dios la encontramos en la carta a los Gálatas 5: 22-23: Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, dominio propio…y sobre tales cosas nos enseñó el Pastor César en sus ultimas predicaciones…

Adicionalmente varios textos Bíblicos nos muestran claramente acerca de la obra que el Espíritu santo hace en la vida del creyente:

Santifica la vida del creyente: 1 Corintios 6:11: “Y esto eran algunos; más ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya son justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

Ayuda a aprender la Palabra de Dios: Juan 14:26 “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que les he dicho.”

Da fortaleza e inspira en la oración: Romanos 8:26 De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque no sabemos qué debemos pedir como conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.”

Da poder para servir a Dios por medio de la iglesia: Hechos 1:8Pero recibirán poder, cuando haya venido sobre ustedes el Espíritu Santo, y me serán testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”

Guía a los hijos de Dios al Padre Romanos 8:14:”Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios.”

 Consuela a los hijos de Dios: Juan 14:16, Jesús dijo: “Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Consolador, para que esté con ustedes para siempre.” 

Se entristece cuando un hijo de Dios peca: Efesios 4:30 “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”

 

Conclusión

Querido hermano y amigo…si tal vez estás en este momento de tu vida con la duda y la inseguridad de sí realmente eres un hijo de Dios, alcanzado por la gracia divina y heredero del cielo a través del Señor Jesucristo, Dios te está dando la oportunidad hoy para que te pongas cara a cara con él y permitas que su presencia selle tu vida y que tengas un encuentro personal con Dios y su Espíritu Santo habite de una manera sobrenatural por siempre en tu vida.

Si de pronto tu situación es que eres un hijo de Dios que aún sigues luchando con un pecado en tu vida, el cual te aparta de tener intimidad con Dios y te aleja de tener buenas relaciones con los hermanos en la iglesia, aprovecha esta oportunidad y rinde tu corazón a los pies de Jesucristo y permítele al Espíritu Santo que continúe un proceso de santificación y renovación en tu vida.

Posiblemente tú seas un líder o un servidor que has puesto tu vida al servicio de Dios en la iglesia, pero hoy te encuentras desanimado, o sientes que tus fuerzas han menguado y como que no quieres seguir, yo te encargo que te postres ante la presencia de Dios y permitas que el Espíritu Santo te de nuevas fuerzas y te dejes guiar por él cada día.

Y si tú eres ese hijo fiel que amas a Dios y anhelas ser obediente a él y hacer su voluntad cada día, pídele hoy que aumente su gracia en ti y te enamores más y más de él y todo lo que hagas sea solamente para que la gloria sea dada a Dios.

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