“El Señor dice: te guiaré por el mejor sendero para tu vida; te aconsejaré y velaré por ti”.

El salmo 32 es uno de los tres Salmos que nos ofrecen una perspectiva más completa del efecto del pecado sobre la vida del ser humano. Y lo vemos también en los salmos 36 y 51.

El salmo 32 hace parte de uno de los salmos escritos por David, un hombre conforme al corazón de Dios. 

David expresaba sus experiencias y emociones espirituales a través de los salmos.

El salmo 32 está clasificado como un masquil, como lo dice en varias versiones, término hebreo que sugiere un poema contemplativo o instructivo. 

La experiencia de un creyente siempre aporta valiosas enseñanzas a otros. En este salmo, David reflexiona sobre la alegría del perdón y las bendiciones de estar en buena relación con Dios.

Es una invitación para que confiemos en Dios y en su sabiduría divina, en lugar de enfrentar la vida por nuestra propia cuenta

Para entender completamente el salmo 32:8 es importante ver todo el contexto del salmo. David en los versículos 1 y 2 comienza exaltando la felicidad de aquellos cuyas transgresiones son perdonadas y cuyos pecados son cubiertos. En los versículos 3 y 4 relata la experiencia de su sufrimiento cuando guardó silencio por su pecado, esto nos hace ver la pesada carga del pecado no confesado.

David cambia de tono en el verso 5 cuando reconoce su pecado ante Dios, lo confiesa y no oculta su iniquidad, lo que lleva al perdón de Dios. Este acto de confesión trae consigo un profundo sentido de alivio y restauración preparando la promesa divina encontrada en el versículo 8.

Si vemos en nuestras Biblias, aparece una palabra varias veces, en la Nueva Traducción Viviente dice Interludio y en otras versiones Selah, que quiere decir que se hace una pausa para reflexionar, meditar o tomar un aliento. O pieza musical o poética que se intercalaba en los salmos;

• Estamos llamados a poner los ojos en Jesús y no en las adversidades.
• Estamos llamados a poner los ojos en Jesús y no en los afanes del mundo
• Estamos llamados a poner los ojos en Jesús y no en los errores nuestros o de los demás

En el salmo 32:8, Dios habla directamente y ofrece tres seguridades a los creyentes:

INSTRUCCIÓN: 

“Te guiaré por el mejor sendero para tu vida”, Dios promete proporcionar sabiduría y entendimiento. Esta es una instrucción intelectual, moral y espiritual, ayudándonos a navegar en las dificultades de la vida. Las enseñanzas de Dios nos ayudarán a entender las verdades más profundas de la vida y la fe. Dios no da una lección única, sino que nos enseña continuamente. El camino o sendero que es el de la justicia.

El mundo, e incluso las personas religiosas nos ofrecen consejos e ideas que están llenos de errores. Pero el Señor siempre nos guía por el camino correcto.

Los hombres pueden instruir, pero solo Dios puede hacernos entender. La acción es del Señor, la comprensión la pone el hombre

Cuando abrimos su palabra el Señor nos enseña y nos ayuda a entender su significado, debemos aplicar lo que aprendemos a la situación que estamos enfrentando.

Juan 14:26 “Sin embargo, cuando el Padre envíe al abogado defensor como mi representante, es decir, al Espíritu Santo, él les enseñará todo y les recordará cada cosa que les he dicho.”

Para que Dios nos enseñe el camino, debemos estar muy cerca de Él. 

¿Qué dice Juan 15:5? “Ciertamente, Yo soy la vid, ustedes son las ramas; los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada”.

Es con Él que podremos lograr lo que perseguimos, no sean tercos tengamos entendimiento para poder recibir la instrucción de nuestro Dios. 

los caminos que el Señor nos señala son caminos de bendición.

CONSEJO: 

“Te aconsejare” El consejo de Dios es personal e íntimo adaptado a nuestras necesidades y circunstancias específicas. Refleja la profunda comprensión de Dios de nuestras vidas. 

Como padre amoroso el señor cuida de nosotros dando consejos sabios para la vida.

Hay varios aspectos en la situación diaria que no vemos, pero Dios los conoce todos, por lo tanto, debemos buscar su instrucción para el camino que debemos seguir.

Si nuestros hermanos vienen en busca de consejo, debemos buscar primeramente la sabiduría de Dios, cada vez que damos un consejo debemos confiar en esta promesa, porque somos responsables ante Dios por el consejo que damos.

Proverbios 3:5-6 “Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar.

VELAR:

 “Y velaré por ti” esto nos trasmite el cuidado atento y afectuoso de Dios, nos está vigilando y protegiendo, nos asegura que no es un Dios distante o indiferente; sino que está estrechamente involucrado en nuestras vidas, velando con amor.

Nuestro Padre no dejará que nuestro pie resbale y que el que vela por nosotros, no dormirá. Él nos dará consuelo y seguridad.

Testimonio: 

Los ojos de Dios contemplan toda la tierra, la mirada de Dios está observando todo y de manera particular a cada uno de nosotros. Y nosotros nos podemos preguntar si Dios nos mira a todos de la misma manera o de una manera diferente a cada uno. Él nos mira a todos para que le conozcamos, quiere que todos lleguemos a él.

Y Dios si nos mira a todos de manera diferente y es de acuerdo a la condición del corazón.

Cuando nuestro Señor Jesucristo estuvo en la tierra veía las grandes, multitudes, pero con ojos de compasión, y veía a sus discípulos de una manera personalizada y eso hace con cada uno de nosotros.

¿Cuántos se gozan de compartir de Jesús, las maravillas que hace en sus vidas?

Venimos con un corazón lleno de expectativa para ver que quiere hacer por nosotros.

Salmos 121:4-6 “En efecto, el que cuida a Israel nunca duerme ni se adormece. ¡El Señor mismo te cuida! El Señor está a tu lado como tu sombra protectora.

Podemos ser íntegros, no perfectos, pero si quienes queremos agradar al Señor en la casa, en la iglesia, en el trabajo, en el estudio, en Transmilenio, en todo lugar. Podemos estar alineados en todos estos ambientes, y preguntarnos ¿Qué quiere hacer Dios conmigo? ¿Él conduce mi vida?

Dios obra en nosotros si nos disponemos. Antes que alguien te hablara de Dios, él ya conocía de ti. Te está formando, disciplinando y transformando en todo momento. ¡ESTÁ VELANDO POR TI!

¿Lo conoces realmente, como él te conoce a ti?

Mateo 24:42 dice: así que ustedes también deben estar alerta porque no saben qué día vendrá su Señor.

C.S. Lewis escribió: Búscate a ti mismo, y encontrarás a la larga solo odio, soledad, desesperación, rabia, ruina y decadencia. Pero busca a Cristo y lo encontrarás, y con él todo lo demás añadido.

Dios nos asegura que nos guiará a través de cualquier situación si le permitimos hacerlo. Él nos enseñará el camino correcto a seguir a través de sus enseñanzas, su palabra y su amor eterno.

Cuando enfrentamos situaciones difíciles en la vida, tendemos a luchar solos y a buscar soluciones por nuestra propia cuenta. Nuestro Padre amoroso nos invita a que nos apoyemos en él y confiemos en su guía por el camino que debemos seguir.

Dios es el que conoce el camino recto, así como el que tiene la potestad para establecer ese camino. Nuestra mejor elección es dejar que Dios nos enseñe el camino que ha establecido como recto.

Isaías 35:8 dice: un gran camino atravesará esa tierra, antes vacía; se le dará el nombre de carretera de santidad. Los de mente malvada nunca viajarán por ella. Será solamente para quienes anden por los caminos de Dios; los necios nunca andarán por ella.